Guía práctica de los principales desinfectantes para el hogar

Lejía, amoniaco y salfumán son los tres desinfectantes más utilizados para la limpieza del hogar.  Son los productos más efectivos para eliminar bacterias y gérmenes, pero hay que tener cuidado en su utilización porque un mal uso puede dañar nuestra salud.

A examen

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¿Después de la ‘limpieza general’ se queda realmente limpia la casa? Mientras que con limpieza sólo nos referimos al uso de agua y de jabón para hacer desaparecer la suciedad, la desinfección, incluye además el uso de productos específicos que eliminan bacterias y otros gérmenes que pueden dañar nuestra salud

Existen limpiadores que nos garantizan zonas libres de ‘habitantes indeseables’. La lejía, el amoniaco y el salfumán son tres de los productos desinfectantes más utilizados en nuestros hogares. Los tres se caracterizan por su composición química, su fuerte olor y sus ‘poderes’ antigérmenes.


LEJÍA

¿Qué es?
La lejía es una forma ‘activada’ de la sal común. Se obtiene al hacer circular corriente eléctrica a través de una disolución de cloruro de sodio. Al final de este proceso, nace el hipoclorito de sodio, un producto muy eficaz para blanquear o desinfectar.

Uso
La lejía se emplea disuelta en agua para suelos, encimeras, mobiliario de cocina y baños. Por su ‘poder’ blanqueante se utiliza para eliminar manchas resistentes en la ropa blanca sola o mezclada con detergente.


AMONIACO

¿Qué es?
Es un compuesto químico, el hidróxido de amonio.

Uso
Se utiliza como producto de limpieza siempre diluido en agua. Se utiliza para limpiar encimeras, armarios, cristales, espejos, alfombras o  tapicerías.


SALFUMAN

¿Qué es?
El salfumán, cloruro de hidrógeno o agua fuerte está formado por una disolución de ácido clorhídrico. Forma vapores cuando entra en contacto con el aire.

Uso
Su uso más común  es como desincrustante, para eliminar manchas resistentes, grasa y óxido. Es corrosivo, incluso en la versión que se vende para uso doméstico. Conviene realizar una prueba antes de utilizarlo sobre una superficie pequeña para confirmar que no la daña.


COCINA Y BAÑO, LOS 'PREFERIDOS' DE LAS BACTERIAS 


Las zonas del hogar más susceptibles de estar afectadas por bacterias suelen estar en la cocina y en el cuarto de baño. Los ‘espacios’ preferidos para los gérmenes son esponjas, estropajos y trapos de cocina, los desagües, las toallas húmedas, el inodoro, las llaves de la luz y los pomos de las puertas, en especial la de la nevera.

Se recomienda leer la etiqueta de los productos y seguir las instrucciones de uso y precauciones, ya que se trata de productos peligrosos si no se utilizan correctamente.

Si en el hogar hay niños, personas mayores, enfermos o mascotas los riesgos para la salud de la falta de desinfección son mayores por lo que hay que extremar las precauciones. La primera medida es extender el buen hábito de lavarse las manos entre tarea y tarea para evitar ‘el trasvase’ de gérmenes de un espacio a otro.


ERRORES COMUNES

•  Rellenar otros envases con estos productos.
• Utilizar ‘de oídas’.
• Utilizar en espacios pequeños, cerrados y sin ventanas.
• Guardar en el mismo espacio que los alimentos.
• Mezclar con otros productos.
• Utilizar directamente sobre la piel.
• Comer o fumar mientras los manipulamos.

RECOMENDACIONES

• Mantener cada producto en su envase original.
• Leer el etiquetado y seguir ‘al pie de la letra’ las recomendaciones.
• Es necesario ventilar bien la estancia. Para mitigar el olor se puede optar por versiones perfumadas.
• Reservar un espacio específico, fuera del alcance de los niños.
• Solamente diluidos con agua, siempre según las instrucciones del envase.
• Utilizar guantes y/o los sistemas de protección indicados.
• Su utilización requiere atención exclusiva.