La Semana Santa, además de ser una de las fiestas religiosas y tradicionales más importantes, a casi todos nos trae recuerdos gastronómicos. ¿Quién no ha probado alguna vez la ‘Mona de Pascua’? ¿Y las ‘torrijas’?


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Tras el largo periodo de Cuaresma, la Semana Santa se convierte en una época de celebración que, en gran parte de nuestra geografía, gira en torno a las más típicas recetas. Casi todas ellas basadas, por historia y tradición, en las costumbres de abstinencia de antaño.

A pesar de que esta es una época de religiosidad y recogimiento, la Semana Santa también es momento de reunirse con la familia. Estos días, solemos pasarlos en torno a una mesa repleta de los más dulces manjares, en los que también tienen cabida otras opciones que, muchas veces, nada tienen que ver con la abstinencia de carne que propone la Cuaresma católica.

 Así pues, según la zona en la que nos encontremos, son típicos unos platos u otros. Por ejemplo, en la zona de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana y Murcia, son típicas las Monas de Pascua; en Andalucía, los pestiños y los hornazos; así como también son típicos en muchos lugares de España los platos de cuchara, como la sopa de ajo, propia del norte de España o el potaje de vigilia, hecho con bacalao en salazón, que se cocina en muchos puntos de nuestra geografía.

LA MONA DE PASCUA

La tradición de la Mona de Pascua se remonta hasta el siglo XV, cuando cada Lunes de Pascua se tenía la tradición de que los padrinos regalaran a sus ahijados la Mona (munna en árabe, que significa obsequio).La historia cuenta que se comía al aire libre, en el campo, junto con un sinfín de platos entre los que abundaba la carne a la brasa.

En sus principios, la Mona era simplemente una torta de pan circular que se horneaba con distintas formas y llevaba un huevo duro en el centro. Hoy en día, este dulce ha evolucionado hacia las figuras de chocolate, sobre todo en la zona de Cataluña, donde el verdadero protagonismo de la mona se lo lleva su decoración. Los motivos que se usan son variados y suelen girar en torno a los personajes infantiles más relevantes,aunque también hay algunas Monas más reivindicativas. 

Las Monas de Pascua se han convertido hoy en día en unas verdaderas obras de arte.




Haz tu propia Mona de Pascua

Ingredientes:
-       8 huevos
-       25 de levadura prensada
-       125 ml de leche
-       1copita de anís
-       40 g azúcar
-       1 puntita de canela en polvo
-       500 g de harina (o menos)
-        ½ vaso de aceite

Elaboración:
Casca 6 de los huevos, separando las yemas de las claras, y bate las claras, añadiéndoles la leche templada, en la cual habrás deshecho la levadura, el aceite, el anís, el azúcar y la canela; a continuación añade la harina, toda la que admita, y amasa bien haciendo 2 partes iguales; con ellas confeccionarás la masa, que dejarás fermentar unas dos horas tapada con un paño y en un sitio templado.

Cuece los 2 huevos restantes, y cuando los bollos estén a punto, incrusta cada uno de ellos en el centro de la masa, o uno en cada esquina, eso a tu gusto. Dispón las Monas en una bandeja y mételas al horno a temperatura media hasta que estén doradas.

Puedes cubrirla Mona con chocolate líquido y decorarla con figuritas de chocolate.



LONGANIZA DE PASCUA

¿Quién no ha oído hablar alguna vez de este embutido? Original de la Comunidad Valenciana, la Longaniza de Pascua es un tipo de salchicha curada que acompaña siempre a la Mona de Pascua en los días de Semana Santa, aunque podemos encontrarla durante todo el año en carnicerías y tiendas especializadas.

 Se trata de una longaniza curada elaborada con magro y tocino de cerdo picado, además de especias. Esta pasta luego se embute en tripa estrecha hasta formar una longaniza de unos 18-20 centímetros, que se seca durante 15 días aproximadamente, quedando menos seca que otras longanizas curadas. La combinación dulce-salado de la Mona y la Longaniza de Pascua, no tiene desperdicio.

 

LOS HUEVOS DE PASCUA


La tradición de regalar huevos en Pascua tiene también su origen en la Edad Media, cuando los cristianos no podían comer sus huevos por la abstinencia de Cuaresma. Para mantenerlos frescos hasta que llegara Pascua, los bañaban con una fina capa de cera líquida y los guardaban. Cuando se terminaba la Cuaresma, se reunían en la iglesia y los regalaban a sus seres queridos.

 

Aunque hoy en día la Iglesia Católica solo recomienda abstenerse de comer carne los viernes santos, la tradición de regalar huevos continúa, especialmente en los países anglosajones y en Europa Central. En España, regalar huevos siempre va ligado a la Mona de Pascua y muchas veces se decoran e, incluso, se realizan directamente con chocolate, siendo más atractivos para los niños.




¡Aprende a decorar Huevos de Pascua!

Aprovechemos estos días de descanso para enseñar a los niños algunas manualidades en torno a los huevos. Se divertirán, se mantendrán entretenidos y podrán dejar volar su imaginación.

1.    Vacía los huevos: con un alfiler, haz un agujero en la base y uno en la parte de arriba. Agítalo un poco y luego, deposita el huevo encima de un vaso y sopla para vaciarlo. Ve con cuidado para que no se rompan, límpialos y deja que se sequen.

2.    Píntalos: con rotuladores,ceras, temperas, purpurina, e incluso poniéndole accesorios de fieltro. Todo vale para crear un huevo genial. Dispón todos los materiales en una mesa y deja que los niños hagan sus propios diseños.


DELICIOSAS TORRIJAS

Sin duda, un postre muy típico de esta época son las torrijas. Un sencillo manjar realizado básicamente con pan, que admite múltiples combinaciones. Su secreto, utilizar rebanadas gorditas de pan del día anterior, bañarlas un poquito (no demasiado) en leche azucarada, escurrir, pasar por huevo batido y freír con el aceite muy caliente. ¡Están espectaculares!

 Y para completar este delicioso bocado, basta con rebozarlas con un poco de azúcar y canela. Este condimento les da un toque muy especial.



NO SOLO DE DULCES VIVE EL HOMBRE

La época de Semana Santa se caracteriza por sus dulces típicos pero la tradición por los platos de cuchara también está muy extendida en nuestro país.

 Se trata de recetas con muchos siglos de historia, que han llegado intactas hasta nuestros días. Al igual que las Monas se utilizaban como suplemento por el hecho de no poder comer carne,los guisos y las sopas también se realizaban con el mismo fin.

 En el norte, para combatir el duro frío, es tradicional la sopa de ajo. Se elabora con migas de pan duro que se van reblandeciendo en el plato junto a un huevo escalfado, todo ello condimentado con el mejor pimentón. Una sopa sencilla y sabrosa que todavía se sirve hoy en los mejores restaurantes.

 Otro plato muy ligado a estas fechas es el potaje de vigilia. Se llama así porque su ingrediente principal,el bacalao, que antiguamente se usaba como sustituto de la carne durante la Cuaresma. Es un guiso muy completo por la calidad de sus ingredientes: bacalao,espinacas, huevo y garbanzos.