Educar en la diversidad: qué es y su importancia

Educar en diversidad, ya sea desde la familia o desde aulas y colegios, es una tarea de la que todos somos responsables. ¡Toma nota de estos consejos!

Cuidado infantil

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En la actualidad, las aulas concentran grupos de alumnos con una gran diversidad. Diferencias por razones sociales, étnicas y culturales; alumnos con baja motivación o con altas capacidades, alumnos con necesidades educativas especiales, etc. Todo esto conlleva que los procesos de enseñanza y aprendizaje no solo tengan como base los distintos niveles educativos marcados, sino que requieren una adaptación, una flexibilidad en el aula y un apoyo de todos los niveles implicados en la educación.


Ante esta realidad, el respeto a la diversidad es uno de los principales elementos para el fomento de la convivencia y, por tanto, de la educación para la paz. Una responsabilidad que también debe ejercerse en el hogar. 


Qué significa educar en la diversidad

Educar en la diversidad es un concepto, una filosofía o una ideología de educación desde la justicia, la igualdad, la equidad y la libertad. Significa educar respecto de la diversidad como una manifestación de capacidades diferentes, para evitar y prevenir la discriminación y promover el trato igualitario en la educación y la integración social, tanto desde las escuelas como desde el propio hogar.


La importancia de educar en la diversidad

Educar desde las escuelas debe hacer de este concepto una realidad, a través de estrategias de aprendizaje variadas y flexibles dando respuestas a las necesidades de todas las personas, sobre la base del respeto y los derechos humanos.


Educar en la diversidad es enseñar a aceptar e integrar a todas las personas como parte de nuestras vidas, fomentando el respeto a las capacidades de otros, así como a sus individualidades y diferencias, entre las circunstancias, pensamientos, creencias e ideologías de otros y las de uno mismo.



6 razones para educar en la diversidad 

  1. Es importante enseñar al niño a ver el mundo y las cosas desde diferentes ángulos y perspectivas, así como fomentar la flexibilidad del pensamiento, de manera que puedan llegar a ser personas adultas capaces de tener en cuenta otras visiones o perspectivas diferentes de las propias.
  2. Porque lo diferente nos hace pensar, razonar, dialogar… Nos ofrece nuevas experiencias y conocimientos, otros pensamientos; nos hace ver realidades distintas y no solo la nuestra, que a veces nos empuja a ser intolerantes, inflexibles, exigentes y clasistas.
  3. Porque es positivo educarlos en la empatía y en el respeto a la diversidad; a ser solidarios, tolerantes y respetuosos. Esto les permitirá crecer con valores humanos necesarios para vivir en sociedad.
  4. Los seres humanos somos diferentes; por lo tanto, no podemos educar a todos los niños bajo el mismo paradigma. 
  5. Porque una sociedad son sus diferentes culturas, sus lenguas, sus ideales, sus capacidades, sus debilidades, sus fortalezas, sus opiniones, sus poblaciones, sus etnias, etc., aportando los unos a los otros.
  6. Porque la educación en el desarrollo emocional es clave en la visión de la diversidad, teniendo en cuenta las necesidades reales de cada ser humano y su forma de estar en la sociedad.