Rollitos de anís navideños

¿Todavía no has pensado qué llevar el día de Navidad? Te recomendamos que prepares la receta de los dulces valencianos más tradicionales: los rollitos de anís.

Postres

Comparte


Si hay algo que no cambia por mucho que pase el tiempo es atiborrarse de dulces cada vez que Papá Noel y los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina. Desde los famosísimos roscones de reyes hasta el chocolate caliente, pasando por uno de los dulces valencianos por excelencia: los rollitos de anís.

Las vacaciones son un buen momento para animarse a cocinar nuevas recetas y divertirse entre fogones con nuestros seres queridos. Además, si es para hacer algo dulce, ¡mucho mejor! Un pequeño consejo: esta receta, acompañada de un buen café, te hará disfrutar de una de las mejores meriendas de Valencia.


Origen de los rollitos de anís

Existen muchísimas variedades de rollitos de anís. De hecho, es una receta bastante común en toda España, la diferencia se encuentra en el acabado final. Su origen viene de tiempos atrás, parece que de la antigua Roma, desde donde se extendieron a buena parte de Europa y, sobre todo, por el Mediterráneo. En este caso, nos centraremos en las rosquillas típicas de Valencia: els rotllets d’anís.


Receta de rollitos de anís

Ingredientes

1 vaso de aceite de oliva

1 vaso de anís seco o cazalla

½ vaso de azúcar

300 g de harina

Elaboración paso a paso

1. Mezclamos el aceite, el anís y el azúcar en un bol. A la vez que removemos los ingredientes, añadimos la harina hasta conseguir una masa elástica y homogénea.

2. Colocamos la masa en una superficie enharinada, la extendemos con un rodillo y la dividimos en porciones a las que les daremos forma típica de los rollitos.

3. Después de trabajar todas las porciones, colocaremos los rollitos en el horno a temperatura media hasta que queden dorados, aproximadamente entre 15 y 20 minutos.

4. Cuando los extraigamos del horno, les espolvorearemos azúcar por encima mientras sigan calientes. Una vez fríos, ya están listos para servir.


Un buen truco para que duren en perfectas condiciones es guardarlos en un recipiente de vidrio que sea hermético. De esta forma, conservarán su sabor y textura durante varios días.