5 ideas de postres fríos

Te presentamos 5 ideas de postres fríos sencillos y rápidos para que este verano sorprendas a todo el mundo con unos dulces refrescantes de escándalo.

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No son pocos los que, después de una comida, se relamen deseosos de que llegue el postre, y qué duda cabe que en verano también, aunque en esta época del año apetecen, sobre todo, postres fríos. Y es que las altas temperaturas no dan tregua, así que para combatirlas no está de más optar por recetas que nos permitan refrescar el gaznate.

Veamos ya, sin más dilación, los postres de verano que van a triunfar estos meses. ¡Apunta, que empezamos!

Helado de cerezas y yogur

Los helados se posicionan como uno de los postres fríos fáciles que puedes preparar en casa en estos meses de verano. Es fácil saber por qué: tiene una sencilla elaboración y se deja en el congelador o en la nevera reposando. Más sencillo, imposible.

En el caso de la receta de helado de cerezas y yogur, la que te traemos aquí mismo tiene la ventaja añadida de que no lleva azúcar. Puedes utilizar un yogur edulcorado, pero también dejar que la propia fruta sea la que aporte ese dulzor. Veamos cómo preparar este helado tan resultón.

Necesitaremos:

  • 500 g de cerezas
  • 1 yogur natural

Lo primero que haremos es lavar las cerezas y quitarles el hueso. Después, las dejamos en el congelador junto con yogur, que también meteremos. Cuando esté todo bien frío, lo echamos en un procesador de alimentos y batimos hasta formar un helado cremoso. Tanto es así que no será necesario volver a guardarlo en el congelador para endurecerlo: podremos degustarlo de inmediato. Si queremos darle un último toque, tenemos la opción de rociarlo con chocolate fundido. Una adicción

Mousse de chocolate negro y café

El café es un vicio para algunos –también en verano–, y está presente en postres caseros fríos como la mousse de chocolate negro y café, dos ingredientes que siempre funcionan bien y que resultan riquísimos en la boca.

Toma nota de los ingredientes que hacen falta:

  • 200 g de chocolate negro de repostería
  • 4 yemas de huevo
  • 75 g de azúcar
  • 1 cucharada de café soluble
  • 200 ml de leche
  • 200 ml de nata líquida (para montar)

Comenzamos fundiendo el chocolate. Para ello, usaremos el microondas o lo haremos al baño maría. Después, calentamos la leche en un cazo y batimos las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén espumosas y blanquecinas. Añadimos a las yemas el café disuelto en apenas unas gotas de agua. Solo queda agregar la mezcla de yemas y azúcar a la leche y dejarlo todo cociendo durante unos 5 minutos a fuego medio. Importante: no debemos dejar que llegue a hervir.

El siguiente paso es verter esta crema encima del chocolate y remover. La idea es que quede una mezcla lisa y homogénea. Después, la dejamos enfriar. A continuación toca montar la nata e incorporarla a la preparación anterior cuando esté fría. Solo queda repartirla (por ejemplo, en cazuelitas u otros recipientes) y dejarla en la nevera durante unas 2 horas. 



Tarta de queso en vasitos

Sencilla, pero resultona. Así es esta receta que se ha ganado su lugar entre los postres fríos rápidos que podemos preparar este verano. Lo bueno de esta versión de tarta de queso es que, al ser en vasitos individuales, es muy fácil de servir y también permite que cada uno pueda personalizar el topping que desee.

Para preparar este postre necesitamos:

  • 80 g de galletas (tipo Digestive, maría o tostadas)
  • 125 g de queso crema
  • 125 g de nata líquida para montar
  • 1 huevo
  • 8 g de azúcar vainillado
  • 25 g de azúcar
  • 20 g de harina de repostería
  • 1 pizquita de sal

Lo primero que haremos es precalentar el horno a 160 ºC y preparar 4 vasitos para ir poniendo las raciones. Machacamos las galletas y cubrirmos con esas migas el fondo de cada vasito (podemos hacerlo, si queremos un poco más de sabor, con un poco de mantequilla fundida). Batimos en un cuenco el queso crema con la nata y el huevo de forma que quede homogéneo. Después, incorporamos el azúcar vainillado, el azúcar normal, la sal y la harina, y batimos un poco más.

Repartimos la masa en los vasitos y los horneamos durante unos 40 minutos, el tiempo suficiente para que se hayan dorado. Después, queda esperar a que se enfríen (mínimo una hora antes de servir) para decorarlos, por último, con lo que queramos: frutos rojos, mermelada, nata montada, chocolate fundido… 




Sorbete de sandía y helado de limón

Si hay una palabra que puede definir nuestro siguiente postre es refrescante. Es lo que tiene que su indiscutible protagonista sea la sandía. Además, la presencia de la fruta hace que también sea una receta muy sana de postres fríos.  

Nos hará falta en la despensa:

  • 600 g de sandía
  • 100 ml de agua
  • 25 g de coco rallado
  • 50 g de azúcar
  • 250 ml de helado de limón
  • hojas de menta

Ponemos el azúcar y el agua a calentar en un cazo y dejamos que hierva unos 5 minutos. Pelamos la sandía, la troceamos y la ponemos en el recipiente de la batidora. La trituramos un poco, le echamos la mezcla líquida y continuamos triturándolo todo. Mezclamos ahora el helado de limón y pasamos todo a un molde amplio que tendremos que dejar en el congelador. Para que no cristalice, tenemos que remover el sorbete de vez en cuando.

Raspamos por último el sorbete y lo repartimos en copas. Solo queda espolvorearlo con el coco rallado y adornarlo con las hojas de menta.

Sandwich helado con cobertura de chocolate y crocanti 

Una última propuesta para nuestra lista de postres fáciles fríos. No en vano, el sándwich helado es uno de los postres que más se demandan, y cuya mezcla entre galleta y helado vuelve loco a más de uno. Es perfecto, además, para los más peques de la casa. 

¿Qué ingredientes nos harán falta? Lo vemos:

  • 16 galletas
  • 250 g de cobertura de chocolate negro 
  • 1 l de helado de vainilla
  • 200 g de crocanti de almendra
  • hojas de menta

Sacamos el helado del congelador y lo dejamos a temperatura ambiente durante 15 minutos. Con un sacabolas, formamos una bola de helado y la colocamos sobre una galleta para taparla con otra, de forma que parezca un sándwich (con el helado en medio). Con un cuchillo pequeño, vamos recortando el helado que sobresalga por los lados. Repetimos el proceso con el resto de galletas y el resto del helado. Después, las colocamos en una bandeja, las tapamos con film de cocina y las metemos en el congelador.

Ahora toca el turno de preparar el chocolate. Fundimos el chocolate al baño maría y lo pasamos a un bol más pequeño. A continuación, introducimos medio sándwich en el chocolate fundido y después en el crocanti de almendra, que habremos puesto en otro recipiente para que quede pegado por encima. Repetimos el proceso con todos los sándwiches y ¡ya está!

Si no queremos que se derritan en seguida los sándwiches, podemos optar por congelar un recipiente grande con agua y colocar los sándwiches encima, sobre un plato.