Cómo reutilizar residuos orgánicos
¿Sabes qué residuos orgánicos se pueden aprovechar y cuáles no? Descubre con nosotros cómo reutilizar residuos orgánicos para convertirlos en materia prima!
Es Eco, es Lógico
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España se enfrenta al reto de reciclar el 55% de los recursos municipales antes de 2025. El reciclaje de materia orgánica es uno de los principales retos de las ciudades y pueblos, ya que es el tipo de basura que más generamos, pero no es el que más reciclamos. Los hogares españoles generan 22 millones de toneladas de residuos al año y la mitad es de origen orgánico.
Saber qué es un residuo orgánico es el primer paso para poderlo reciclar bien. Son todos aquellos residuos de origen natural que pueden "echarse a perder". Algunos ejemplos son: cáscaras de fruta o verdura, restos de comida, cascarones de huevo, pan, tortillas, filtros para café, bolsitas de té, heces de animales, lácteos (sin recipiente), huesos, semillas, flores, pasto y hojarasca. Todos estos residuos se deben tirar en el contenedor marrón.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros en casa para aprovechar la materia orgánica? Una de las cosas es el compostaje doméstico, que es un proceso de transformación de la materia orgánica mediante la acción de microorganismos y que desemboca en la creación del compost. De esta manera, contribuyes a proteger el medio ambiente porque reutilizas los residuos orgánicos y, por tanto, produces menos basura. Además, obtendrás un abono natural, lo que significa que no usarás un producto químico. Puedes usarlo en las macetas y, si tienes jardín en tu casa, también para los árboles.
Prácticas para reutilizar desechos orgánicos e inorgánicos
El compost es abono natural y tiene múltiples beneficios: ayuda a mejorar la estructura del suelo, favorece el crecimiento de las plantas y reduce la cantidad de malas hierbas.
A continuación, vamos a ver cómo aprovechar al máximo los residuos orgánicos:
- Prepara los residuos: corta los residuos en trozos pequeños, ya que así se facilita la descomposición. Puedes utilizar un recipiente de plástico con agujeros para facilitar la ventilación, una bolsa compostable, una caja de madera o bidón.
- Mezcla todos los residuos bien. Tiene que haber cierto grado de humedad, sin que llegue a gotear. Si ves que gotea, añade más residuo orgánico seco, pero si ves que no hay humedad, le puedes añadir algo de líquido. La mezcla no debe oler mal, si es así, es señal de que algo estamos haciendo mal. Puede que la mezcla nos quede muy pastosa, esto es porque solo hemos puesto restos domésticos, por eso se aconseja incluir residuos vegetales.
- Tapa el recipiente, pero no hermético, porque tiene que entrar aire.
- Compost preparado para utilizar: al cabo de dos meses, tendrás tu compost. Ponlo encima de la tierra y riega.
Y para aprovechar los residuos inorgánicos, primero debemos saber distinguir qué son. Los residuos inorgánicos son aquellos materiales de desecho cuyo origen no es biológico. A diferencia de los orgánicos, los desechos inorgánicos han sido fabricados en procesos industriales y artificiales y, por eso, tardan mucho tiempo en degradarse.
Son el vidrio, el papel y cartón, la chatarra, envoltorios y envases, plásticos… Por poner algunos ejemplos prácticos: embalajes de celofán, bolsas de plástico, ropa de fibras sintéticas, recipientes de PVC (bandejas, botellas, etc.), pilas, baterías, tetrabricks, botellas de cristal, frascos de vidrio, cartuchos de impresora, cables rotos o neumáticos.
Ya sabemos que los envases se reciclan en el contenedor amarillo, el papel y cartón en el azul y el vidrio en el iglú verde. Pero, ¿qué podemos hacer para reducir el consumo de material inorgánico?:
- Comprar alimentos frescos y a granel para reducir envases.
- Reutilizar envases como los tarros de vidrio para guardar legumbres o arroz.
- Hacer la compra con bolsas recicladas, carrito o capazo.
- Evitar comprar productos envueltos en plástico. Puedes utilizar bolsas de malla reutilizables o bolsas compostables.
- En la cocina, utilizar utensilios de madera.
- Conservar la comida con tuppers de vidrio en vez de plástico.
- Evitar los productos de usar y tirar.
- Comprar, vender o donar ropa de segunda mano.
- Mantener y reparar electrodomésticos para alargar su vida útil.