Oruga procesionaria y perros: ¿por qué es peligrosa para tu mascota?
Conoce los síntomas que causa la oruga procesionaria en los perros, cómo prevenir su contacto y qué hacer si tu mascota está en riesgo.

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Puede parecer inofensiva, pero nada más lejos de la realidad. Hoy hablamos sobre las características de la oruga procesionaria y su impacto en la salud de nuestros perros, ya que su simple contacto o ingesta puede tener consecuencias letales para nuestras mascotas. Y es que los canes, curiosos por naturaleza, se pueden ver atraídos por esta larva que suele aparecer con la llegada de las temperaturas cálidas, especialmente en los meses de abril y mayo. Pero ¿qué es exactamente la oruga procesionaria? Lo vemos.
¿Qué es la oruga procesionaria y por qué es venenosa?
La oruga procesionaria es la larva de una polilla que recibe su nombre por la forma en la que se desplaza: en fila, como en una procesión. Vive principalmente en pinos, abetos y cedros, donde forma nidos en forma de bolsas blancas colgantes, hasta que cae al suelo para transformarse más adelante en una crisálida. En la fase en la que se mueve por el suelo, su longitud es de unos 3 cm y está recubierta de pelos urticantes extremadamente tóxicos, ya que contienen una sustancia llamada thaumatopina, que provoca fuertes reacciones inflamatorias al contacto. Y aquí aparece el principal riesgo, ya que los perros, atraídos por su movimiento, pueden olerlas, tocarlas con la lengua o incluso ingerirlas, lo que puede provocar reacciones locales o sistémicas de extrema gravedad.

Síntomas de la picadura de la procesionaria en tu perro
Cuando la procesionaria entra en contacto con perros hay algunos síntomas que se pueden manifestar de manera inmediata o en las primeras horas después del contacto, la inhalación o la ingesta de la oruga.
Los signos más frecuentes son los siguientes:
- Hipersalivación (babeo excesivo).
- Inflamación aguda de lengua, labios o cara.
- Dolor intenso y úlceras en la boca y en la lengua.
- Fiebre y decaimiento.
- Conjuntivitis y otras lesiones oculares.
- Dificultad respiratoria (disnea).
- Irritación en las patas o en las zonas de contacto.
- Hemorragias nasales.
- Problemas digestivos, como dolor abdominal, inflamación de esófago o estómago.
- Shock anafiláctico.
Se considera que uno de los daños más característicos y graves del contacto entre la oruga procesionaria y los perros es la necrosis lingual, que puede conllevar la pérdida de parte o toda la lengua del animal. La ingestión de los pelos urticantes puede resultar mortal, incluso sin llegar a tragar la oruga entera.
¿Qué hacer si a mi perro le pica una procesionaria?
Llegados a este punto, es normal preguntarse qué hacer si a mi perro le pica una procesionaria. Ante cualquier sospecha el tiempo es fundamental, y por ello hay que actuar con rapidez y acudir al veterinario de inmediato.
Los primeros auxilios que se pueden aplicar antes de acudir a este profesional de la salud son los siguientes:
- Mantener la calma para actuar con eficacia.
- Retirar al perro de la zona afectada para evitar más contacto con la oruga.
- Utilizar guantes para protegerse (hay que evitar tocar la zona con las manos desnudas).
- Lavar la zona afectada con abundante agua fría, pero sin frotar, ya que esto podría provocar que los filamentos liberaran más toxinas.
- Evitar que el perro se lama o se rasque la zona afectada.
Incluso si los síntomas parecen leves no hay que subestimar este suceso. Una reacción alérgica o una ingestión puede agravarse muy rápidamente y requerir atención veterinaria urgente.

¿Cómo prevenir la procesionaria?
Saber cómo prevenir la procesionaria resulta clave para reducir las posibilidades de que nuestro perro se encuentre con ella. Por ejemplo, durante los paseos, es importante:
- evitar las zonas con pinos, abetos o cedros, especialmente entre febrero y mayo.
- modificar la ruta habitual de paseo y escoger caminos asfaltados o parques sin árboles que puedan albergar orugas.
- llevar siempre a tu perro con correa, especialmente si estás en el campo o en parques naturales, ya que así podrás controlarlo si detectas la presencia de estas peligrosas orugas.
En el jardín de casa puedes revisar los árboles y eliminar nidos si es necesario, y evitar que el perro acceda libremente a zonas de riesgo. Si tu mascota es muy curiosa, también puedes consultar con tu veterinario sobre repelentes naturales o barreras físicas.
La oruga procesionaria representa un riesgo real y potencialmente mortal para los perros. Aunque su apariencia y movimiento resulte atractivo para nuestras mascotas, su contacto puede provocar daños severos o irreversibles. Conociendo sus efectos, sabiendo cómo actuar ante estos incidentes y tomando precauciones en los momentos de mayor riesgo puedes proteger a tu perro de esta peligrosa amenaza.