Primeros auxilios para perros y mascotas

Una mascota feliz juega, corre, se divierte... Y en estas actividades, puede sufrir algún pequeño accidente que debamos atender. Por supuesto, ante cualquier anomalía en la salud del animal hay que acudir al veterinario, pero no está de más conocer algunas técnicas de primeros auxilios que podemos practicar a nuestro animal en caso de urgencia.

Cómo valorar el estado del perro

Para valorar el estado del perro debemos conocer los parámetros normales de respiración, temperatura (para perros y gatos es de 38-39ºC), frecuencia cardíaca (la de un perro oscila entre 80-120 latidos por minutos y la de un gato, entre 80-200) y el estado de las mucosas, para lo que hay que mirar las encías o el interior de los párpados. Un color rosáceo nos indicará que todo va bien. Si están blancas, el animal ha perdido sangre; si están azuladas, indica falta de oxígeno; las rojas nos indican hemorragia, fiebre o hipertensión, y si las vemos amarillas, puede indicar fallo hepático.

RCP en perros

La resucitación cardiopulmonar (RCP) es una de las maniobras más complejas de practicar a un perro y no es recomendable hacerla si no se sabe hacer de manera correcta. Solo si el perro no respira y no sentimos los latidos de su corazón podemos arriesgar a hacerla, aunque es mejor si un veterinario nos va guiando, ya que se trata de un momento angustioso para el responsable y esta maniobra mal realizada puede tener graves consecuencias en el perro. También es muy importante saber que es difícil que esta maniobra tenga éxito. 

Si el perro no respira y nos vemos capacitados para hacerla, debemos colocar al perro tumbado sobre su lado derecho. El masaje cardiaco se realiza en el punto donde, al flexionar el brazo, el codo toca su pecho. Se ha de tener en cuenta el peso del perro para realizar el masaje y si, tras 10 minutos, el perro no respira, es que no se ha tenido éxito. 

Maniobra Heimlich en perros

Los perros se pueden atragantar con alimentos u otros objetos. Si esto ocurre, hemos de ver si tose y respira. Si es así, lo dejaremos toser porque es probable que pueda expulsar él mismo el objeto atragantado en la tráquea.

Si no respira ni tose, hay que meter la mano en la boca para ver si tiene algún objeto. Si no es así, pondremos el perro boca abajo como si fuese una carretilla, le levantaremos las patas traseras y le daremos varias sacudidas para ver si expulsa el objeto. 

Si nada de esto funciona, podemos ayudarle mediante la maniobra de Heimlich, que consiste en dar unos golpes secos en la boca del estómago hacia arriba. Para ello, nos colocamos detrás del perro, ponemos nuestra mano detrás de la última costilla y, con la otra mano, rodeamos el puño y presionamos hacia arriba unas 5 o 6 veces hasta que expulse el objeto. Tras la maniobra, el perro debe recuperar oxígeno y hay que llevarlo al veterinario para una exploración profunda.