Mil y un beneficios psicológicos de hacer deporte

En los últimos años, la práctica del deporte no ha hecho más que aumentar. Ya no se cuestionan los múltiples beneficios que proporciona, tanto a nivel físico como psicológico, y goza de un elevado estatus en nuestra cultura. Hoy en día, con la práctica del ejercicio físico se persigue mucho más que quemar grasa o ganar músculo, se busca una vida más saludable.


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La mayoría de las personas que se inician en un deporte lo hacen muy motivadas, pero las estadísticas indican que aproximadamente la mitad termina por dejarlo en los primeros seis meses. Para conseguir los beneficios mencionados, la constancia es fundamental.

Son muchos los estudios que muestran los beneficios psicológicos de la actividad física, entre los más destacados están: el aumento de la sensación de bienestar, el incremento de la autoconfianza y autoestima, la mejora del funcionamiento intelectual, la disminución de la sintomatología de ansiedad y depresión, la reducción de los niveles de tensión y estrés, y el incremento en los niveles de energía.

Estos beneficios son tan potentes y los efectos emocionales que genera son tan deseables, que se ha planteado el uso del ejercicio físico como recurso terapéutico desde un punto de vista clínico. Algunos programas lo incorporan ya en el tratamiento de trastornos de ansiedad y depresión de forma combinada con otras terapias.


¿Cómo puede ayudar el ejercicio a una mejor salud mental?

• Se incrementa el flujo sanguíneo y la oxigenación, lo que tiene efectos beneficiosos en el sistema nervioso central.

• Aumenta la producción de norepinefrina (noradrenalina), moderando la respuesta del cerebro al estrés.

• Favorece la liberación de endorfinas, sustancias químicas que producen sensación de bienestar y felicidad.

• La actividad cerebral también aumenta. Por un lado se producen más neuronas y más conexiones entre ellas y, por otro, aumenta la producción de sustancias químicas que previenen la degeneración de las neuronas del hipocampo.

• Mejora el sueño y el descanso.

• Aumenta la autoestima, influyendo también sobre la asertividad, la estabilidad emocional, la independencia, el autocontrol y el rendimiento académico o laboral, entre otros.


En definitiva, la práctica deportiva hace que el organismo se active de forma muy positiva y genere un aumento del nivel de bienestar mental y de las funciones cognitivas en particular.

La actividad física es una experiencia social, que ayuda a mantener y mejorar muchas habilidades, que proporciona sensaciones muy placenteras, que ayuda a liberar tensiones y que mejora la autoestima al colocar a la persona en situación de entrenamiento para conseguir una meta particular.


CÓMO CONVERTIR EL EJERCICIO EN UN HÁBITO

1. Encontrar la actividad deportiva adecuada para cada persona.
2. Ajustar el horario del entrenamiento a la agenda personal.
3.Ser realista a la hora de programar las metas a conseguir.
4.Realizar el entrenamiento de forma gradual.
5. Procurar realizar la actividad en grupo, con otras personas.
6. Advertir los beneficios que se consiguen a corto plazo.
7. Anticipar los beneficios que se pueden conseguir a largo plazo.
8. Registrar los progresos.
9. Convertirlo en una experiencia positiva, considerar la diversión.
10. Utilizar recompensas extrínsecas.