Cómo aprovechar al máximo las verduras
La guía definitiva para aprovechar las partes de las verduras que siempre tiramos. Aprovechar los tallos, hojas, pieles o vainas de las verduras no solo es cuestión de ahorro, sino de evitar el desperdicio alimentario, además de ganar nuevos sabores. ¡Lo que te estás perdiendo!
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De la misma manera que aprovechamos la cabeza y espina de un pescado para preparar un buen fumet, no deberíamos descartar la parte verde de las zanahorias o la piel de las patatas. Aprovechar los tallos, hojas, pieles o vainas de las verduras no solo es cuestión de ahorro, sino de evitar el desperdicio alimentario a la vez que disfrutamos de nuevos sabores y texturas que hasta ahora seguramente ni conocíamos.
Aprovechar la piel
Cebolla
Es una gran aliada en caldos, sopas o salsas. Podemos añadirla bien picadita en nuestros guisos o deshidratarla en el horno y ponerla en polvo. También podemos usarla para aromatizar rebozados si la mezclamos en trozos muy pequeños con el pan rallado. Potencia mucho los sabores y, además, les da un toque dorado a los platos.
Patata
Como el resto de verduras, podemos aprovechar la piel de las patatas para añadirlas a cualquier caldo o fondo. Aunque una opción más apetecible, quizá sea convertir esas pieles en aperitivos crujientes para picar. ¿Cómo? Lavándolas bien y horneándolas a 200 ºC con un poco de aceite, sal y especias al gusto.
Aprovechar las hojas de la verdura
Puerros, cebollas y cebolletas
Aunque para comer en crudo las hojas de estos alimentos pueden parecernos más fibrosas, podemos usarlas para enriquecer un caldo o introducirlas en sopas y potajes, donde quedan más blandas. Eso sí, siempre bien lavadas.
Los tallos altos de cebollas, puerros y cebolletas, que son más verdes, pueden usarse para dar más sabor a revueltos, tortillas o pasteles salados tipo quiche, además de para adornar platos igual que muchas veces hacemos con el cebollino.
Rábanos, nabos y chirivías
Las hojas de los rábanos y rabanitos son tiernas y perfectamente comestibles. Podemos usarlas junto a su propio fruto para comerlos en crudo. Por su parte, las hojas de los nabos, llamadas nabiza o grelos, son muy apreciadas en algunas regiones del norte, como Galicia. Pueden comerse crudas, cocidas, salteadas o añadirse en cualquier caldo.
Zanahoria
De sabor ligeramente amargo, las hojas de zanahoria bien picaditas pueden aderezar cualquier tipo de plato sustituyendo otras hierbas aromáticas como el perejil, el orégano o la albahaca. De hecho, para hacer pesto queda buenísimo.
Y si queremos aromatizar aceites o mantequillas, las hojas de zanahoria picadas también les dan un toque muy especial, tanto solas como acompañadas de otro tipo de hierbas.
Remolacha
Para los que tienen por costumbre usar remolacha fresca en sus recetas, les gustará saber que las hojas y los tallos de la remolacha son perfectamente aprovechables. De hecho, si los usamos como si fueran acelgas o espinacas, se sorprenderán de su sabor, que es mucho más suave. Se pueden hervir, saltear o añadir a tortillas y revueltos.
También se pueden usar en crudo para preparar los conocidos smoothies, batidos o zumos o, por qué no, en ensaladas.
Coles: coliflor, brócoli, etc.
Como la remolacha, las hojas de las coles combinan muy bien en caldos y cremas de verduras. Además, si son pequeñas y tiernas, como las del brócoli, incluso se pueden comer crudas.
Alcachofas
La alcachofa es una verdura que, para prepararla bien, necesita eliminar muchísimas de sus hojas y, la mayoría de las veces, también los tallos. Un gran desperdicio que ahora podremos aprovechar. Las hojas de las alcachofas, si son tiernas, se pueden freír para conseguir unos sabrosos y crujientes aperitivos. Por el contrario, si están más duras, se pueden aprovechar para todo tipo de guisos y cremas.
Hinojo
Las hojas del hinojo se utilizan mucho para aromatizar encurtidos o como sustituto de las hierbas aromáticas. Su sabor suave, dulce y anisado lo hace perfectamente compatible con zumo y batidos, además de para acompañar ensaladas, guisos, caldos o simplemente para espolvorear los platos antes de servirlos y así darles un toque diferente.
Aprovechar el tronco
Brócoli, coliflor o alcachofa
En crudo, cortado a láminas muy finas, salteado, hervido o al vapor acompañando a los ramilletes, el tronco del brócoli, la coliflor o la alcachofa, si se le quita la parte exterior, queda muy tierno. Por supuesto, es perfecto para cualquier tipo de crema de verduras.
Puerro
El tramo verde que el puerro tiene en su interior es perfectamente aprovechable. De hecho, tiene un sabor más suave. Podemos usarlo en guisos, tortillas o incluso para decorar algún plato.
Aprovechar las vainas
Guisantes y habas
En temporada de habas y guisantes frescos, desperdiciamos multitud de vainas. En lugar de tirar las vainas a la basura, podemos cocerlas con otras verduras para enriquecer cremas. También podemos aprovecharlas para asarlas a la parrilla y comérnoslas enteras si no son muy gruesas. Y, por supuesto, si las cocemos y luego las trituramos, nos quedará un jugo verde muy llamativo que podremos usar como base para salsas y vinagretas.