Cómo leer las etiquetas de los alimentos
Leer las etiquetas de los alimentos nos puede ayudar a comer más saludable y a conocer el valor nutricional de nuestras comidas. ¡Te contamos cómo hacerlo!
Saber comprar
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Cuando vamos al supermercado tenemos una gran variedad de productos a nuestro alcance. Algunos nos reclaman con atractivos eslóganes como “bajo en grasas”; otros, con su “cero azúcares”, y muchas veces acaban en el carro de la compra. Pero ¿realmente estamos haciendo las elecciones correctas para nuestra salud?
Cómo leer las etiquetas de los alimentos: en qué debes fijarnos
Para saber realmente lo que estamos comprando, deberíamos prestar atención a la información que sí es útil. Esta se encuentra en tres partes fundamentales que, además, son obligatorias: la denominación legal de venta, los ingredientes que contiene y la información nutricional. Veamos:
Denominación legal de venta
Puede parecer superflua, pero es importante consultarla para identificar el producto inequívocamente y así saber lo que de verdad estamos comprando. Aquí puede aparecer de diferentes maneras. Con la denominación definida legalmente, como la “mayonesa”, que, según la normativa, es la salsa formada por una emulsión constituida principalmente por aceites vegetales, huevo, vinagre y zumo de limón, de modo que, si no cumple estos requisitos, no puede venderse bajo ese nombre; con su nombre consagrado por el uso, donde puede utilizarse el nombre socialmente conocido, por ejemplo, “natillas”, o por la descripción del producto, es decir, con una denominación de venta, una explicación detallada: por ejemplo, “empanada de hojaldre rellena de atún”.
Etiqueta de ingredientes
Es la parte más importante. Como su nombre indica, en ella se muestran los ingredientes presentes en el producto. Esto es algo obvio, pero lo que no resulta tan evidente son algunos detalles:
- El orden de los ingredientes te dará pistas sobre lo que el producto contiene en mayor cantidad. Se indican en orden decreciente.
- Ingredientes destacados. Si alguno de los compuestos se destaca de algún modo en el envase, debe especificarse su porcentaje. Además, aquellos ingredientes considerados alérgenos también se deben destacar en la lista de ingredientes.
- Cantidad de ingredientes. Está muy extendida la idea de que los productos con más de cinco ingredientes son indeseables, pero no siempre es así: el número de ingredientes no afecta a la calidad nutricional de los productos. Y lo mismo se puede decir para los productos que contienen azúcar, sal o grasas saturadas. En estos casos, deberíamos tener en cuenta la cantidad en la que se encuentran.
Es importante no olvidarse de mirar la sal: es obligado indicar la cantidad de sal que contiene el producto (antes podía aparecer solo sodio) y así es más fácil no superar los 5 g diarios. Este dato es clave, porque su abuso se asocia con la hipertensión y la retención de líquidos.
Es alto en sal si contiene 1,25 g o más, y bajo si solo aporta 0,25 g.
Etiqueta del valor nutricional
Es cierto que es lo primero que solemos mirar, pero puede despistarnos un poco. Podemos pensar que los frutos secos aportan muchas calorías y, por otro lado, creer que un refresco light no contiene azúcares, cuando obviamente son afirmaciones erróneas. Por lo tanto, no debemos fijarnos tanto en las grasas o azúcares y hacerlo más en el alimento en sí.
- En la información nutricional debe indicarse, de forma obligatoria, el valor energético (lo que conocemos como calorías) y las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
- De forma voluntaria, se pueden incluir otras cantidades como las de los ácidos grasos monoinsaturados, la fibra alimentaria, las vitaminas y los minerales.
¿Qué es el Nutri-Score?
Es un modelo de etiquetado frontal simplificado que recoge, de forma gráfica, parte de la información nutricional que deben facilitar los alimentos y bebidas envasados . Nutri-Score clasifica los alimentos en cinco categorías con un logo que incluye una letra y un color que va de la A (verde oscuro) a la E (rojo), y entre ellos están la B (verde claro), la C (amarillo) y la D (naranja). El logo A (verde oscuro) indica una mejor calidad nutricional y el logo E (rojo), una peor calidad nutricional. Las empresas de alimentación pueden decidir si lo utilizan o no, pero, si lo adoptan, debe aparecer en todos los productos de la misma marca.