Cómo mejorar la autoestima 

Mejorar la autoestima requiere práctica e intención, y merece la pena esforzarse: mejorarás tu calidad de vida. A continuación, te indicamos varias estrategias que pueden ayudarte.

Conócete

Comparte

¿Qué es la autoestima?

Es la capacidad que cada persona tiene para respetarse, admirarse y cuidar de uno mismo.

Las personas que tienen una alta autoestima consiguen una mejor capacidad de adaptación al cambio, alta tolerancia a la frustración y conocimiento de sus fortalezas y puntos débiles para enfrentarse con realismo a los acontecimientos de la vida, lejos de conductas o reacciones emocionales de victimismo o huida.

Las bases para un adecuado desarrollo de la autoestima son: amor y cariño incondicional por parte de los padres hacia sus hijos, lo que provoca un estilo de apego seguro; y una buena formación de la conciencia moral y ética, asentada y firme, sin cambios según sea el escenario al que se enfrente el niño y futuro adulto.

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado cambios en nuestra forma de querernos: podríamos decir que nos ha faltado algo de autoestima.


¿Cómo puedo saber cuál es mi nivel de autoestima?

Desde que el psicólogo e investigador Rosenberg publicase en 1965 una escala para conocer el nivel de autoestima, se han tenido en cuenta como factores de la misma los siguientes aspectos: satisfacción con uno mismo, autoconocimiento de las debilidades, hacer un buen uso de las propias fortalezas y ser capaz de no emitir juicios evaluativos o comparativos con los demás.

Cómo mejorar la autoestima

  • Déjate en paz. Tich Na-Han, monje budista muy conocido por sus aportaciones al mundo de la psicología a través de las prácticas de atención y conciencia plena, indica que uno de los primeros pasos para cuidar de uno mismo es aprender a dejarse en paz.
  • Tómate un respiro, como diría el Dr. Alonso Puig. Perdónate los errores, convive sin sufrimiento emocional con los diálogos internos negativos. Nadie es perfecto y cuidarse a uno mismo no es fácil, pero tampoco es imposible. Cuando comiences en una espiral negativa, pregúntate si estás siendo justo contigo mismo y realista.
  • Considérate. Es posible que tengas cosas que desearías que fueran diferentes, que quisieras cambiar o que, simplemente, no te gusten de ti mismo, pero ámate y respétate en todo caso. Acepta y encuentra valor en quien eres, en el momento presente. Busca en ti y siéntete orgulloso de lo que te hace único, feliz y valorado. Llena las tinajas de autoaprecio y autocompasión.
  • Diario de gratitud. Escribe las cosas positivas de tu vida, concrétalo en acciones y comportamientos, cosas que te gustan de ti mismo, logros alcanzados, cualidades de las que estás orgulloso, y, luego, léelo cada vez que te sientas mal contigo mismo.
  • Toma nota de tus pensamientos. Cuando surjan pensamientos negativos, elige trabajar productivamente en los problemas. De lo contrario, déjalos ir. Y cuando tengas pensamientos positivos, procura amplificarlos, con realismo y disfrutando de ellos.
  • Sé tu mejor amigo. Con los demás somos pacientes, indulgentes, amables, acogedores, solidarios… ¿Por qué no lo somos con nosotros? La próxima vez que estés golpeándote a ti mismo, da un paso atrás, cambia tu perspectiva y mírate como lo harías con un amigo. Te verás de una forma más comprensiva.
  • Ponte en acción. Si hay situaciones, rasgos personales o aspectos de tu vida con los que no te sientes bien, enuméralos y traza un plan de acción para tu mejora personal. Elige pequeños, muy pequeños objetivos para tu día a día y revisa de vez en cuando dónde y cómo vas…, pero no para juzgarte, sino para restablecer el plan que habías pensado.