Cuidados de un agaporni

Los agapornis, ninfas y periquitos, pertenecientes a la familia de las psitácidas, son algunos de los pájaros preferidos para tener como mascota. Pero, antes de decidirnos por uno de ellos como compañero de vida, es importante destacar que son aves muy inteligentes y que requieren cuidados específicos para su bienestar físico y emocional.

Es importante saber que estas aves no son domésticas, sino que son salvajes, por lo que conservan muchos comportamientos e instintos de su vida natural. Además, algunas de estas aves son muy longevas, como las ninfas, que pueden llegar a vivir 20 años.

Cuidados de una ninfa 

Como siempre, antes de adquirir una ninfa o un agaporni, recomendamos una visita al veterinario para que nos informe de sus cuidados. Pero veamos algunos consejos sencillos que debemos tener en cuenta para el cuidado de estas aves.

• Alimentación: necesitan una dieta lo más variada posible. No es aconsejable mantener su alimentación a base solo de semillas como el alpiste, sino que hay que añadir siempre a su dieta frutas y verduras frescas. Algunos alimentos como café, alcohol, chocolate, leche, galletas, aguacate y cebolla son altamente tóxicos para ellos.
• Jaula: debe ser adecuada para estas especies, con un tamaño mínimo de 60 x 60 x 60 cm, y, si es posible, debe tenerse en el exterior. Y es muy importante que sea cuadrada, ya que en las jaulas redondas se sienten inseguros. Tanto ninfas como agapornis deben poder moverse libremente por dentro de la jaula y es fundamental ponerles ramas naturales para evitar que en un futuro aparezcan problemas en sus patas. Por supuesto, hay que colocar un recipiente para agua y otro para comida y no olvidar también disponer de un recipiente amplio para que se puedan dar baños. A las aves les encantan y, además, lo necesitan para mantener el plumaje en buen estado.

• Socialización: son animales muy sociables, que en estado salvaje viven en bandadas. Si viven aislados, pueden desarrollar problemas de comportamiento que afectarán a su bienestar emocional y físico. Lo mejor es tenerlos por parejas, pero, si no es posible, al menos por el día pueden estar en el salón con nosotros y más tarde, a la hora de dormir, llevarlos a una habitación a oscuras y tranquila. De esta forma nos aseguramos sus horas de descanso, que también es importante para ellos. Hemos de evitar siempre corrientes de aire, temperaturas extremas y posibles focos de estrés.
• Salud: se deben realizar visitas periódicas a un veterinario de animales exóticos, además de aprender a observarles para detectar posibles problemas de salud. Algunos síntomas de que algo va mal pueden ser el pico deformado, dificultad para respirar, manchas alrededor de los ojos o las fosas nasales, cambios en sus heces o problemas con la muda del plumaje, entre otros. Algunas de las causas que ocasionan estos problemas de salud pueden ser estrés, parásitos, mala alimentación o cambios bruscos de temperatura. También debemos estar atentos a algunas enfermedades comunes como la clamidofilosis, que se produce por la infección de una bacteria y que provoca problemas respiratorios o anorexia, y la viruela aviar causada por un virus que se esparce lentamente por el ave.