Diferencia entre bullying y conflicto escolar

¿Sabes diferenciar un conflicto escolar de niños y el bullying o acoso? Te contamos los indicios que debes prestar atención para evitar que crezca.

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Como microsociedad, los centros educativos reflejan situaciones diversas que se producen en las relaciones sociales. El cometido más importante de los colegios es colaborar con las familias en la educación de los hijos, apoyando el itinerario educativo elegido por los padres. La contribución para el desarrollo personal de los alumnos implica enseñar a mantener relaciones con dificultades y cambios, que, en ocasiones, suponen conflictos interpersonales. Los colegios son ecosistemas propicios para el aprendizaje en la resolución de los conflictos. 

¿Cómo detectar la violencia en la escuela?

Los conflictos escolares suponen desacuerdos entre los alumnos acerca de las ideas, los intereses y valores que existen dentro de la comunidad educativa. Estos malos entendidos implican rivalidad, peleas por el uso de espacios, discriminación, intimidación, pérdida o robo de material escolar, etc. 

Existen algunos aspectos que facilitan el aumento de la agresividad y el conflicto entre los alumnos: una mayor edad para acabar la educación secundaria obligatoria, con alumnos en el aula más desmotivados; un mayor número de alumnos por clase, lo que implica mayores fricciones que conllevan conflictos y tensión física y psicológica; una lenta, pero severa, disminución de la autoridad de los profesores ante sus alumnos, que conlleva el incumplimiento de ciertas normas y reglas; y una dificultad de comunicación entre los profesores y los alumnos. Todo ello se traduce en situaciones de conflicto. 

Diferencia entre el bullying y el conflicto escolar

Los llamados Reglamentos de régimen interno de los centros educativos proponen las normas que conviene tener en cuenta y que facilitan el ambiente de trabajo y la disciplina, e incluyen la normativa y las estrategias a desarrollar cuando se producen los conflictos escolares.

El bullying o acoso escolar es uno de los mayores problemas de conflicto interpersonal que se pueden producir en un centro educativo y/o fuera de él. Las formas en las que se puede manifestar son el maltrato físico, verbal o psicológico, y/o el acoso por internet (ciberbullying).

Para distinguir qué es un conflicto escolar y qué es bullying, conviene tener en cuenta que la conducta del agresor tiene que ser una acción repetida e intencionada con el fin de intimidar, someter, atemorizar a otro alumno, bien en el centro educativo o fuera de este. Además, esta exposición produce en el agredido las consecuencias de dicha acción, bien con daños físicos o consecuencias psicológicas.

 

Indicios a los que debes prestar atención 

Los síntomas más característicos que pueden alertar al profesorado o a la familia de que un niño está sufriendo bullying son:

- Irritabilidad, dolor de cabeza, falta de apetito, cansancio, etc.

- Ansiedad, depresión.

- Insomnio, pesadillas y dificultades para dormir.

- Apatía, cambio conductual y anímico, aislamiento social.

- Mantenimiento de un estado de alerta constante, no queriendo ir al colegio o faltando mucho.

- Conductas de evitación y huida, negando, incluso, los hechos que se están produciendo.

- Miedo a perder el control o a estar solo.

- Inquietud, nerviosismo o pesimismo.

- Ideación autolítica o intentos de suicidio.


Es necesario implantar en los centros educativos estrategias para la resolución y gestión de conflictos, así como el desarrollo de habilidades interpersonales, mediante el trabajo con la inteligencia emocional. No se trata de buscar acabar con el conflicto, sino más bien mantener como objetivo la prevención de la violencia mediante una mejor concienciación social, el aprendizaje de la resolución de problemas, el automanejo emocional, el desarrollo de la empatía, la gestión del estrés y el desarrollo de unas relaciones saludables.