Experiencias para regalar

La memoria es selectiva, por eso recordamos mejor lo que tiene mayor significado para nosotros, las experiencias que nos han marcado en nuestra vida más que, por ejemplo, lo que hemos comido ayer. Nuestros cerebros priorizan recuerdos gratificantes sobre otros recuerdos, y los refuerzan mediante su repetición cuando estamos descansando. Entonces, ¿por qué no regalar momentos y experiencias en estas fechas? Seguro que a nuestros seres queridos les encantarán, y al medio ambiente también. 

4 ideas de regalos no materiales inolvidables

No es necesario gastar mucho dinero para mostrar el amor y afecto que sentimos por una persona. Podemos regalar algo mucho más valioso: nuestro tiempo y atención. A continuación, te damos algunas ideas para que los regalos de este año sean inolvidables y también ecológicos.

1. Un paseo por el bosque: acompañar a nuestra persona favorita o a nuestros hijos a caminar por la naturaleza y recargar pilas es regalar tiempo y salud, dos de las cosas más valiosas que tenemos. Siempre es buen momento para recoger todos los beneficios de un buen baño de bosque y hacer algo de actividad física suave que active nuestro metabolismo y también nos permita respirar aire puro. Si vamos con niños, podemos ir diciéndoles qué tipo de árboles, plantas y flores y animales nos encontramos en la ruta para que aprendan con la experiencia y con los cinco sentidos: la forma de la hoja de un chopo, el olor de una margarita, el sonido de un estornino... Y si nos llevamos la comida para comer allí, en plena naturaleza, mejor que mejor. Eso sí, teniendo en cuenta que debemos dejar el lugar como nos lo hemos encontrado, recogiendo todos nuestros residuos. Para que sea más emocionante, podemos planificar nosotros el lugar elegido y la ruta y llevar a la persona a la que le hacemos el regalo o la familia en el coche con los ojos vendados, para que sea una verdadera sorpresa. Seguro que cerca de donde vives hay parajes preciosos que merece la pena visitar con las personas a las que más quieres.

2. Contemplar un amanecer o un atardecer: pararnos a contemplar momentos hermosos en la naturaleza con nuestros seres queridos, como un amanecer o un atardecer, es bueno para la salud mental, pero también para nuestro cuerpo, según diversos estudios. Más allá de que dedicar tiempo a la contemplación y a la relajación de la mente para mitigar el estrés diario es beneficioso para todos, además, la exposición a la luz temprana del día mejora el metabolismo e, incluso, está ligada a la pérdida de peso. Por otro lado, desde el punto de vista psicológico, prestar atención al atardecer y al anochecer mediante la simple contemplación hace que seamos conscientes del ciclo natural del día y, con ello, nuestras actividades también van acoplándose a esta dinámica que influye en nuestro verdadero reloj, el natural. Además, está comprobado que la exposición a la luz del sol mejora nuestro humor y nuestra salud, y el atardecer y amanecer son los momentos más amables para recibir los rayos del sol sin dañar nuestra piel. Regalar este momento a las personas que quieres, con una conversación pausada, serena y atenta, unido, por qué no, a unas risas, puede resultar una experiencia inolvidable.