Desmontamos los 10 mitos más comunes sobre la alimentación. Descubre la verdad sobre los alimentos y sus beneficios.

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Los mitos sobre alimentos son comunes y a menudo se propagan sin ningún tipo de base científica. Separar los hechos de la ficción en el mundo de la alimentación y la nutrición puede ser todo un desafío en una sociedad inundada de consejos. Ahora es más importante que nunca armarse de conocimientos que nos ayuden a tomar decisiones más formadas, tanto en nuestra compra como en nuestros menús. Estos mitos pueden llevar a opciones poco saludables o a malentendidos sobre lo que realmente es bueno para nuestro bienestar. Te contamos los 10 conceptos erróneos sobre alimentación más extendidos y cuáles son las evidencias que los desmontan.

MITO 1. “Los huevos suben el colesterol”

REALIDAD: Durante muchos años se creyó que el colesterol de los huevos aumentaba el colesterol en sangre y, por tanto, el riesgo de enfermedades cardíacas. El hígado produce colesterol de manera endógena y, cuando consumimos colesterol dietético, la producción interna suele disminuir. Además, los huevos contienen grasas insaturadas, que pueden ser beneficiosas para la salud cardíaca.

Otros mitos sobre el huevo: “Consumir huevos crudos es saludable”. Cocinar los huevos elimina bacterias como la salmonella y hace que sean más seguros para el consumo. “Los huevos marrones son más saludables que los blancos”. Ambos tienen perfiles nutricionales similares y ofrecen los mismos beneficios para la salud. “La clara es la única parte nutritiva del huevo”. Las claras son una buena fuente de proteínas y bajas en calorías, pero la yema contiene la mayoría de los nutrientes. Consumirlo entero proporciona un perfil nutricional más completo.

MITO 2. “El pan engorda”

REALIDAD: El aumento de peso se debe a un exceso de calorías en general, no a un alimento en concreto. Comer pan en cantidades moderadas como parte de una dieta equilibrada no necesariamente conduce al aumento de peso. El problema suele ser la cantidad y, sobre todo, los acompañamientos del pan.

Otros mitos sobre el pan: “El pan fresco es mejor que el pan del día anterior”. La frescura del pan no afecta significativamente su valor nutricional. “El pan sin gluten es más saludable”. Para las personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten es esencial, pero los panes sin gluten pueden tener menos fibra y más azúcar o grasas añadidas para mejorar el sabor y la textura. “El pan integral tiene menos calorías que el blanco”. Ambos tienen un con-tenido calórico similar, la diferencia está en la fibra, vitaminas y minerales, no en las calorías.

MITO 3. “La fruta por la noche no es buena”

REALIDAD: No hay evidencia científica sólida que respalde esta afirmación. El cuerpo humano puede procesar los alimentos de la misma manera independientemente del momento del día. Lo importante es mantener un equilibrio calórico adecuado a lo largo del día.

Otros mitos sobre la fruta: “Los zumos equivalen a la fruta”. Los zumos pueden parecer una alternativa conveniente, pero suelen tener menos fibra y más azúcar que las frutas enteras. “Las frutas deben consumirse por separado para evitar problemas digestivos”. Combinar frutas con otros alimentos, como yogur, ayuda a la absorción y a mantener los niveles de energía.

MITO 4. “Los lácteos producen más mucosidad”

REALIDAD: Aunque muchas personas creen que los lácteos aumentan la producción de moco, sobre todo en los bebés, no hay ninguna evidencia científica sólida que respalde esta afirmación. Para la mayoría de las personas, los lácteos son una fuente importante de calcio y proteínas.

MITO 5. “Es imprescindible beber ocho vasos de agua al día”

REALIDAD: Las necesidades de hidratación varían según factores como la edad, el peso, el sexo, el nivel de actividad o el clima, entre otros. Es importante aprender a escuchar a nuestro cuerpo y beber agua cuando tengamos sed prestando atención a las señales de nuestro cuerpo.



MITO 6. “La grasa es mala”

REALIDAD: No todas las grasas son iguales. Mientras que las grasas saturadas y trans pueden ser perjudiciales para la salud cardiovascular, las grasas insaturadas, como frutos secos, entre otros, son beneficiosas y necesarias para una dieta saludable.

MITO 7. “Los alimentos orgánicos son siempre más saludables”

REALIDAD: Los alimentos ecológicos se cultivan sin la adición de sustancias químicas de síntesis y no hay evidencia concluyente de que sean nutricionalmente superiores a los alimentos convencionales. La elección entre alimentos ecológicos y convencionales a menudo depende de las preferencias personales y el presupuesto.

MITO 8. “Los carbohidratos son malos para ti”

REALIDAD: Los carbohidratos son una fuente importante de energía para el cuerpo. La clave está en elegir carbohidratos complejos y que aporten fibra, como granos enteros, frutas y verduras, en lugar de carbohidratos refinados como azúcares y harinas blancas. Y siempre, en todo caso, alternar su consumo.

MITO 9. “Necesitas grandes cantidades de proteínas para estar sano”

REALIDAD: La mayoría de las personas en las sociedades occidentales consumen más proteínas de las necesarias. Es importante obtener proteínas de diversas fuentes, incluidas
también las plantas, para obtener todos los aminoácidos esenciales para nuestro cuerpo.

MITO 10. “Comer chocolate te hace feliz”

REALIDAD: Es cierto que el chocolate puede tener un efecto temporal en el estado de ánimo, debido a sus compuestos estimulantes, como la cafeína y la teobromina, pero, aunque no es lo que más nos gustaría confirmar, su consumo no es un remedio milagroso para la tristeza o el estrés a largo plazo.

En conclusión, en la mayor parte de los casos, la clave del consumo de un alimento o un grupo de alimentos está en la moderación y en la variedad de los que incluimos en nuestros menús. Es importante cuestionar y verificar con distintas fuentes la información sobre alimentos y nutrición que recibimos diariamente para tomar decisiones informadas sobre nuestro estilo de vida y, de esta manera, mantener estos hábitos saludables a largo plazo.