Aperitivo: qué es y cuál es su historia

El aperitivo, esa deliciosa tradición que antecede a la comida principal, ha evolucionado a lo largo de los siglos para convertirse en un ritual gastronómico apreciado en todo el mundo. Este breve, pero esencial, momento antes de la comida principal o de la cena no solo abre el apetito, sino que también ofrece una oportunidad única para explorar sabores, texturas y experiencias culinarias.

La palabra “aperitivo” proviene del latín aperitivus, que significa ‘que tiende a abrir’, y su propósito original era justamente este: el de abrir el apetito antes de la comida. Esta práctica tiene sus raíces en la antigua Roma, donde se servían bebidas antes de los festines para abrir boca. Con el paso de los siglos, a estas bebidas se les fueron sumando pequeños bocados, primero más básicos y poco a poco más elaborados y sofisticados.

La verdadera revolución del aperitivo llegó en el siglo XIX, cuando compartir este momento previo a la comida principal del día se convirtió en una cita social ineludible, empujado, en buena medida, por el nacimiento en Italia del cóctel especiado que conocemos como “vermut” o “vermú”. De hecho, con la expresión “tomar el vermú” se conoce en muchas zonas la propia acción de disfrutar del aperitivo.

En algunos países, el aperitivo acostumbra a realizarse solamente en fechas señaladas festivos y no es común que se haga a diario, mientras que, en otros, como España, Portugal, Francia, Italia, Perú o Argentina es una costumbre extendida en cualquier día de la semana y forma parte de la cultura gastronómica como una comida más.

Misión y contenido del aperitivo

• El propósito del aperitivo: el aperitivo no solo tiene como objetivo abrir el apetito, sino que también es una oportunidad para socializar y relajarse antes de la comida. Es un momento para disfrutar de la compañía de amigos, colegas de trabajo o familiares en un ambiente distendido. En algunas culturas, además, está ligado también al entorno de la empresa y la negociación, para establecer vínculos laborales en lo que conocemos como networking en torno a la comida y la bebida o para socializar con el equipo tras una jornada laboral en un afterwork.
• La hora del vermú: en muchos países europeos, el aperitivo se disfruta típicamente en las primeras horas de la noche, generalmente entre las 18 y las 21 horas. Es un momento perfecto para reunirse después del trabajo y antes de la cena. En otros lugares, como es el caso español, este “tapeo” está más ligado al mediodía, a los fines de semana con familiares y amigos y, también, a los últimos momentos previos a la preparación de la comida principal del día que también se comparte.
• Qué bebemos: las bebidas más comunes durante el aperitivo son los vermús, vinos blancos o espumosos, cócteles suaves, cerveza y, en algunos lugares, incluso se sirven licores amargos. En su origen, estas bebidas más ligeras y dulces preparaban el estómago para los platos siguientes y animaban el apetito de los comensales.
• Qué comemos: los aperitivos pueden incluir una amplia variedad de alimentos, desde aceitunas, frutos secos y patatas fritas hasta pequeños sándwiches, embutidos, quesos y otros aperitivos más elaborados, como croquetas, empanadas o brochetas. En cada zona hay productos típicos de este momento del día, e incluso estas tapas se pueden adaptar a las frutas o verduras de temporada o al momento social.
  
  

A cada destino, su aperitivo

Este tentempié, que va ganando fieles poco a poco, no se limita a una región o cultura; al contrario, cada rincón del mundo ha contribuido con su propio toque a esta experiencia culinaria. Aquí tenemos algunos ejemplos:

• El antipasto italiano: Italia es la cuna del aperitivo moderno y nos ha regalado una maravillosa variedad de opciones. Desde el clásico licor spritz veneciano hasta la tabla de quesos y embutidos ahumados, todas las posibilidades están encaminadas a agradar a los paladares más exigentes y es que aperitivo italiano es un arte.
• Nuestras tapas made in Spain: aquí el aperitivo se presenta en forma de tapas, pequeñas porciones de
  delicias como aceitunas rellenas, gambas al ajillo o patatas bravas. La cultura de compartir y socializar en torno a estos platos, si es posible al aire libre, es una parte fundamental de la vida en nuestro país. Por supuesto, en compañía de vino o cerveza.
• Los petiscos portugueses: nuestros vecinos acostumbran a servirlos con vino de Oporto o vino verde y generalmente se preparan tomando como base el bacalao, las aceitunas marinadas o el queso curado.
• Los mezze de Medio Oriente: hummus, falafel o tabulé, entre otros, son platos típicos y sabrosos que se disfrutan con amigos y familiares en esta zona, acompañados de pan recién hecho.
• El otsumami japonés: aunque Japón es conocido principalmente por su cocina sofisticada y saludable, el otsumami o aperitivo es también una tradición importante. Las bebidas alcohólicas, como el sake, la cerveza o el shochu, se toman junto a pequeños bocados de pescado o brochetas, sobre todo como cierre de la jornada laboral.