Gestiona la incertidumbre con estos consejos

¡Aprende a gestionar la incertidumbre! No dejes que las preocupaciones te frenen y mejora tu tolerancia a este sentimiento con los siguientes consejos.

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¿Qué es la incertidumbre según la psicología?

La incertidumbre es el resultado de tener un conocimiento limitado sobre un hecho o evento, lo que dificulta el control, la planificación o la predicción de un resultado futuro y que, a menudo, puede resultar angustioso. No podemos predecir el futuro, por lo que, en la vida, nos encontramos con inseguridades, temores e incertidumbre.


La mayoría de las personas funcionamos con hábitos y costumbres que nos aportan un plan o una rutina, generando un entorno psicológico de seguridad. Cuando las cosas se desvían de nuestros planes, puede parecer que perdemos el control, lo que contribuye al aumento de la inseguridad, el malestar y la incertidumbre.

Cómo se manifiesta la incertidumbre 

La incertidumbre nos afecta a todos de manera diferente, al provocar en cada uno respuestas fisiológicas y conductuales distintas: depende de los factores individuales, culturales, sociales y familiares de cada uno. Hay personas que resuelven con facilidad las situaciones de crisis, con cambios adaptativos rápidos. Sin embargo, hay otras personas que parecen luchar contra lo desconocido y es probable que experimenten cambios en su estado de ánimo, patrones de sueño, apetito y afrontamiento. La intolerancia a la incertidumbre nos puede producir estrés, ansiedad, depresión, ataques o trastornos de pánico y compulsiones.

 

5 pasos para afrontar la incertidumbre 

A menudo somos duros con nosotros mismos por luchar cuando las cosas no salen según lo planeado. Adoptar un papel para con uno mismo más flexible, en el que tenga cabida la paciencia, la aceptación, la calidez y la amabilidad, facilitará una respuesta más adecuada y adaptativa. Veamos cómo podemos afrontarlo de la mejor manera posible con estos sencillos pasos.

  1. Haz una lista de tus comportamientos para reconocerlos y controlarlos. Puedes preguntar a los demás, hacer comprobaciones, posponer actividades hasta estar seguro, identificar las que evitas, etc.
  2. Clasifica esos comportamientos según el nivel de ansiedad, malestar o incertidumbre que te generan. Puntúalos de 0 a 100 y ve tratándolos según el nivel de ansiedad que te generen, empezando por los más sencillos.
  3. Practica la tolerancia a la incertidumbre. Empieza por elegir y practicar con 3 elementos de menor puntuación, para que puedas realizar la práctica de tolerancia a la incertidumbre con niveles bajos de ansiedad. Trata de hacer, al menos, 3 cosas a la semana, todos los días. Esto te permitirá, con la repetición diaria y constante, ayudarte a reducir el malestar.
  4. ¡Escríbelo! Haz un registro de todas las veces que llevaste a cabo la acción que te generaba incertidumbre. Anota qué hiciste, qué sucedió y cómo te sentiste. Si anotas las cosas, podrás ver todo el esfuerzo que haces para exponerte a la incertidumbre. A medida que sigas practicando, las situaciones se te harán más fáciles.
  5. Cuando te sientas cómodo con los pequeños pasos que has dado para tolerar la incertidumbre, intenta, poco a poco, cosas más difíciles. Busca oportunidades para tolerar la incertidumbre en la vida diaria. 


A veces las cosas no saldrán exactamente como las planeaste, si permites cierta incertidumbre en tu vida. Pero esto no es una señal de fracaso. La mayoría de las personas que toleran la incertidumbre aprenden que, incluso si suceden cosas malas, pueden sobrellevarlas. Al volvernos más tolerantes con la incertidumbre, podemos dejar de lado todos los problemas asociados con la intolerancia y darnos cuenta de que podemos lidiar con las cosas, incluso, cuando no salen a la perfección.