El lenguaje de los perros y cómo entenderlo
El lenguaje de los perros es amplio y muy variado. Un ladrido, un gruñido o un bostezo, dependiendo del contexto, puede significar muchas cosas. ¡Descúbrelo!
Mascotas
Comparte
“Solo le falta hablar”. Cuántas veces hemos oído esta frase de algún perro, sin darnos cuenta de que los perros hablan. No como los humanos, pero los perros se comunican constantemente. Solo tenemos que aprender a leer su lenguaje.
¿Qué lenguaje utilizan los perros para comunicarse?
Los perros se comunican a través del lenguaje corporal; mediante sonidos, como el ladrido y el gruñido, y con el olfato. Así expresan sus emociones, deseos y necesidades.
Los gatos también se comunican con nosotros y con otras especies a través de su cuerpo, sobre todo, con la cabeza, las orejas y la mirada. Y también mediante sonidos o vocalizaciones, como el ronroneo, los bufidos y los maullidos.
La comunicación corporal de los gatos y los perros es diferente, sobre todo en el movimiento de la cola y las orejas, lo que a veces lleva a un difícil entendimiento entre ellos. Esto nos ayuda a entender aquello de “llevarse como el perro y el gato”.
Los ladridos: el idioma de los perros
Es importante saber que cuando un perro ladra, en realidad se está expresando, por lo que no hemos de cortar ni castigar el ladrido, sino todo lo contrario. A través de los ladridos, los perros expresan temor, excitación, necesidad, petición de atención…
Si les observamos con detenimiento, nos daremos cuenta de que el ladrido no es igual en cada momento y aprenderemos a detectar su significado. Un ladrido insistente y corto antes de salir de casa, acompañado de giros y saltos, puede significar excitación y alegría. Si nuestro perro se sienta ante nosotros y nos ladra con ladridos cortos mientras nos mira el bolsillo, puede significar que quiere un premio. Por eso siempre se han de tener en cuenta varios factores, como la situación, la forma del ladrido, la expresión corporal… para saber lo que nos quieren decir.
El gruñido es de gran importancia también para la comunicación de los perros. Suele ser mal entendido por los humanos, que suelen cortarlo, cuando es vital para los perros, sobre todo en la comunicación entre ellos. Si les dejamos expresarse con libertad, el gruñido puede evitarnos muchos problemas, ya que, en muchos casos, significa “aléjate, me incomodas”. Un perro equilibrado entenderá el mensaje y se alejará del perro que ha emitido el gruñido. Sin embargo, si castigamos el gruñido, el perro incomodado o temeroso no sabrá gestionar su temor y podrá tener otras reacciones, como atacar o huir. Por lo tanto, el gruñido es solo un aviso de que nuestro perro no está cómodo y debemos ofrecerle seguridad y tranquilidad.
¿Cómo entender la comunicación canina?
Lo más importante es la observación. Si tenemos vínculo y paciencia con nuestro perro, podremos entender su lenguaje. Ya sabemos que el movimiento de la cola y las orejas es fundamental en su comunicación. Por ejemplo, la cola entre las patas denota miedo y mover la cola rápido puede ser alegría, pero si la mueve demasiado rápido significaría excitación.
Profesionales como veterinarios, etólogos y educadores caninos pueden ayudarnos a entender estas señales. Además, podemos seguirles en redes sociales o consultar libros, blogs o plataformas profesionales.
¿Cómo sé si mi perro me habla?
Tu perro te habla. Puedes estar seguro. Los humanos somos sus guías y ellos han desarrollado una manera de comunicarse con nosotros, por supervivencia. Constantemente nos observan, detectan nuestro estado de ánimo y aprenden nuestro lenguaje para que les podamos entender. Cuando nos miran, se sientan, nos mueven la cola, ladran…: se están comunicando. Por eso, es muy importante no ignorar su comportamiento.
¿Cómo me puedo comunicar con mi perro?
“Mi perro me entiende cuando le hablo”. Esto es lo que creemos cuando convivimos con perros. Y es cierto, aunque no del todo. Los perros entienden muchas palabras, se dice que pueden entender hasta 160. Lo cierto es que aprenden por repetición y asocian la palabra a la acción que realizamos.
Por ejemplo, cuando decimos “vamos”, “a la calle”, “toma”, “pelota” o “sienta”, lo asocian con la acción y el beneficio que les aporta esa acción. Los perros se esfuerzan mucho por entendernos y complacernos porque quieren vernos felices.