3 claves para elegir un buen café

Guía sencilla para elegir el mejor café según sus propiedades

Saber comprar

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El café forma parte del desayuno de muchos hogares y, de hecho, es uno de los productos más consumidos y el segundo más comercializado en el mundo, después del petróleo. Pero, a pesar de ello, no siempre recurrimos al de mejor calidad. Toma nota de estos consejos para que tu café sea la envidia del vecindario.


Qué hay que tener en cuenta para elegir un buen café 

Variedad

En los lineales de los súpers solemos encontrar cafés de dos variedades, arábica y robusta. Los expertos cafeteros prefieren la primera por sus matices en cuanto a aroma y sabor, además de un gusto exquisito y con menos acidez, al contrario que la robusta, por su sabor ácido y amargo.


Tueste 

  • Natural: el tueste del grano se hace de manera natural y sin ningún aditivo. Se suelen utilizar granos de café arábico.
  • Torrefacto: durante el tueste, se añade azúcar y se mezcla a altas temperaturas, creando una capa caramelizada. Tiene un sabor más ácido y se suele utilizar la variedad robusta.
  • Mezcla: se mezcla el café natural con torrefacto, mezclando a su vez las dos variedades, arábica y robusta. Sus características varían según el porcentaje de cada una de ellas.


¿En grano o molido?

El café en grano recién molido intensifica su sabor y olor, pero el que compramos ya molido es más práctico y, muchas veces, más económico. De todos modos, es más cuestión de gustos que de calidad.


 

Cata de café: en la variedad está el gusto 

Como todo, una cosa es la teoría y la otra el gusto de cada uno. Lo mejor es ir probando variedades y tuestes hasta encontrar el que mejor se adapta a tus preferencias. A continuación, detallamos algunas características de cata.

  • Cuerpo: es la sensación que deja el café al contacto con el paladar; así, puede ser ligero o más intenso y fuerte.
  • Acidez: cuanto más alto es el lugar donde se ha cultivado, mayor acidez tendrá.
  • Fragancia: se trata del aroma que llega hasta nuestro olfato. Los cafés arábicos son más suaves, mientras que los robustos son más amargos y con aromas más fuertes.