Perro adiestrado, dueño feliz

Tener un perro no es sólo jugar, pasearlo, alimentarlo y darle un lugar donde dormir. Vivir con una mascota implica enseñarle a comportarse. Si el perro está adiestrado tendremos mayor confianza en él y, por tanto, le daremos más libertad.

Mascotas

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Es importante que el proceso de aprendizaje empiece lo antes posible. Además, es una etapa que favorecerá que os conozcáis más. Los perros tienen distintas formas de ser y es interesante conocer bien a tu mascota para saber cuáles son sus virtudes y sus defectos. Su tamaño, su raza y su personalidad influirán de forma decisiva en el proceso.

El adiestramiento nos permitirá tener más control sobre él en situaciones difíciles y así disfrutar de su compañía mucho más. La consecuencia de un buen aprendizaje es que el perro nos haga caso y el efecto natural, que confiemos más en él y, por tanto, le demos mayor libertad. La paciencia y el afecto son las claves para comenzar con la instrucción de nuestra mascota, pero si no podemos dedicarle el tiempo suficiente al adiestramiento o no nos vemos capaces de afrontarlo, lo mejor es recurrir a servicios profesionales.

La paciencia y el afecto son las claves para comenzar con la instrucción de nuestra mascota, pero si no podemos dedicarle el tiempo suficiente al adiestramiento o no nos vemos capaces de afrontarlo, lo mejor es recurrir a servicios profesionales.

Asume el papel de ´profe´

Las órdenes deben ser claras y concisas, igual que los elogios. Si repites siempre las mismas palabras o señales con las manos, será más fácil que las asimile. Por ejemplo, ‘sit’, ‘ven’ o ‘no’, para la orden y ‘bien’ o ‘buen chico’ cuando quieras motivarle.

• Anímale remarcando sus progresos y utiliza un tono de voz positivo y efusivo para que no queden dudas de que lo que ha hecho es lo que quieres. Si percibe miedo, frustración o enfado en tus palabras se confundirá.

• Acarícialo y muéstrale tu alegría cuando haga las cosas bien y procura no regañarle si se equivoca, sobre todo al principio.

• Enséñale a entender tu orden en entornos diferentes y situaciones distintas y a que obedezca, tanto si te ve como si no.

Tómatelo con calma

• Los perros, especialmente los cachorros, prestan atención por un tiempo limitado y se distraen con facilidad. Tendrás que ser paciente.

Lo ideal es realizar 2 o 3 sesiones de entrenamiento cortas (unos 10 minutos) todos los días. Haz descansos para lograr que se concentre totalmente.

Es probable que necesites varias semanas de entrenamiento constante para que el animal empiece a comprender.

Elige bien el ´aula´

El lugar de entrenamiento debe ser una zona en la que el perro se sienta cómodo y que esté libre de distracciones. Utilizar una habitación de la casa es una buena opción para apartarlo de otros estímulos y captar su atención con más facilidad.

Aunque en un primer momento parezca lo más adecuado, las sesiones al aire libre ofrecen un ambiente mucho menos controlado y con muchas más distracciones. Si se está obligado a entrenarlo al aire libre, es aconsejable buscar un área segura para evitar que se vaya o usar una correa para poder controlarlo con más facilidad.

Prémiale con golosinas y con afecto

Todo esfuerzo tiene su recompensa y para tu ‘amigo’ no hay mejor premio que las golosinas. Ten a mano una bolsa con varios tipos de estas delicias para perros y descubre cuál es la que más le gusta mientras entrenáis. Si le dieras un juguete cuando cumple la orden querría enterrarlo o morderlo y se desconcentraría.

Al principio, será necesario que utilices una o varias cada vez que complete una ‘tarea’ pero conforme las vaya realizando con normalidad tendrás que ir reduciéndole el premio en golosinas, aunque mantengas siempre las recompensas afectuosas.

Asegúrate de que vea y huela que tienes el premio antes de dar la orden para que esté más motivado a cumplir con tus órdenes.