Qué es el miedo

El miedo es una emoción básica, actúa como una alarma que avisa ante situaciones de peligro con el objetivo de generar una respuesta que neutralice esa amenaza. Son muchos los miedos que nos paralizan. A continuación te contamos cómo enfrentarlo con éxito. 

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Qué es el miedo


Gracias al sistema que tiene el ser humano para adelantarse a las situaciones de peligro, ha logrado sobrevivir y adaptarse al medio en el que vive,consiguiendo enfrentar los peligros que le acechaban bien a través de la lucha o de la huida.

Cuando salir a cruzar una calle se percibe un riesgo de atropello, en el organismo se pone en marcha un potente dispositivo con el objetivo de evitar el accidente. A nivel cognitivo, se evalúa si es más eficaz terminar de cruzar o volver al punto de origen, a nivel fisiológico se genera una activación extra del sistema nervioso simpático para que el rendimiento sea máximo y, a nivel motor, se tiene mayor potencia para correr o saltar hasta un lugar seguro.

De esta forma se van enfrentando y resolviendo las situaciones amenazantes que vivimos diariamente. Pero hay ocasiones en las que el miedo pierde este valor adaptativo y provoca la respuesta contraria, la paralización y el bloqueo. Paradójicamente lo que hace es impedir que se enfrente el estímulo peligroso.

Esto ocurre cuando la activación fisiológica del organismo que se desencadena repentinamente es muy intensa y, además, la interpretación que le sigue es catastrófica. 



Al notar que de forma súbita el corazón late rápido, se empieza a sudar, cuesta respirar y se produce una sensación de mareo e inestabilidad. Ante esta situación, es fácil centrar toda la atención en el miedo y generar una espiral en la que este miedo puede llegar al pánico.

No todas las personas tienen la misma probabilidad de padecer estas reacciones intensase inesperadas de ansiedad. Muchos son los factores que influyen en ello y es importante tener una actitud proactiva para prevenirlas. Es importante cuidar el valor adaptativo del miedo.

Mantener un estilo de vida marcado por un alto nivel de preocupación de forma indiscriminada, aumenta la probabilidad de generar esquemas cognitivos automáticos de peligro. Estos esquemas favorecen una mayor vulnerabilidad a padecer trastornos de ansiedad.

La preocupación es útil cuando puede convertirse en un plan de acción, por tanto,preocuparse sobre cosas que son improbables y sobre las incontrolables o inciertas, no sólo es ineficaz, sino que puede generar efectos secundarios no deseables.

  


10 ideas para enfrentar el miedo con éxito

  • Reconocer y aceptar lo que provoca miedo, sin negarlo ni justificarlo.
  • Enfrentar el miedo, no intentar anularlo.
  • Racionalizar el miedo, no alimentar los pensamientos catastróficos.
  • Empezar por enfrentar miedos poco intensos.
  • Proponerse pequeños pasos progresivos para llegar a la meta final.
  • No evitar las situaciones/objetos que provocan miedo.
  • Buscar modelos competentes, observar cómo afrontan sus miedos otras personas.
  • Orientarse a las soluciones, no revisar únicamente las potenciales amenazas.
  • Visualizar el proceso que llevará a conseguir enfrentar la situación/objeto temida, y admitir que el proceso implicará dificultades.
  • Buscar la ayuda de un profesional si no se puede conseguir por uno mismo.

Cómo actuar ante una crisis de pánico


1. Identificar la sintomatología: pensar que lo que está ocurriendo en el cuerpo son los síntomas de ansiedad con una alta intensidad. 

2. Controlar la hiperventilación: hacer una respiración lenta y profunda atendiendo especialmente a la expiración.

3. Situarse en un lugar cómodo: mientras desaparecen las sensaciones fisiológicas, sentarse y esperar a que baje la intensidad.

4. Utilizar autoinstrucciones: repetirse mentalmente frases que ayuden a enfrentar la situación, por ejemplo, “es sólo mi cuerpo sintiendo ansiedad, no va a pasar nada peor”.

5. Buscar distractores: los distractores ayudan a que no sigan aumentando los pensamientos catastróficos.

6. Rodearse de compañía: recibir apoyo de otra persona puede hacer disminuir la intensidad de la situación.

7. No luchar contra el pánico: Dejar que pase, sabiendo que estos episodios suelen tener una duración aproximada de unos diez minutos.