Sonambulismo: qué es, y cómo afecta en el día a día

Descubre qué es el sonambulismo, sus causas y sus síntomas, y cómo afecta a los adultos. Aprende a identificar y a manejar este trastorno del sueño.

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¿Qué es el sonambulismo?

Probablemente hayas oído hablar del sonambulismo, pero ¿qué es? El sonambulismo es un trastorno del sueño que se produce cuando la persona afectada realiza alguna actividad o camina estando dormida de forma que no es consciente de lo que está haciendo. Este trastorno tiene lugar durante el sueño no REM, en la etapa 3 del ciclo del sueño, también conocido como “sueño profundo” y que corresponde con las primeras horas de sueño. Es más común en niños que en adultos y tiende a ser hereditario.

Aunque el sonambulismo no es una enfermedad grave mientras la persona afectada no corra peligro o no suponga una amenaza para la gente de su entorno, sí es una patología importante y conviene ser tratada con precaución. No en vano, las personas que sufren sonambulismo pueden mover muebles, ir al baño, vestirse o, en casos extremos, realizar actividades peligrosas como conducir un coche mientras están dormidas. La duración del episodio de sonambulismo puede ser breve o durar hasta un poco más de 30 minutos, y un paciente con esta dolencia puede volver a dormirse con total normalidad después del episodio, aunque, eso sí, puede que lo haga en un lugar inusual o diferente.

Síntomas del sonambulismo

Los síntomas de sonambulismo más comunes son los siguientes:

  • Confusión y desorientación al despertar.
  • Expresión facial ausente o una mirada perdida.
  • Habla incoherente o mínimamente receptiva.
  • Apertura de los ojos: abiertos y vidriosos.

Aunque no tiene por qué pasar, puede que la persona sonámbula se comporte de forma agresiva si es despertada por otra persona. Entre otros síntomas del sonambulismo, también destaca que la persona que lo padece no recuerda el episodio cuando despierta, tanto es así que la mayoría de las veces se entera de ello a través de un familiar.

Para detectar el sonambulismo no hace falta realizar ningún tipo de prueba, aunque, llegado el caso, se puede recurrir a algún tipo de método diagnóstico para detectar otro tipo de trastornos, como las convulsiones. También es posible que se someta a la persona a un examen de salud mental para valorar si esta patología tiene que ver con la ansiedad o el estrés.

Causas del sonambulismo

La ansiedad, la falta de sueño o la fatiga son algunas de las causas del sonambulismo. Hay otros factores de riesgo que influyen, como el alcohol, los sedantes y medicamentos o los trastornos mentales. La genética e historia familiar, la apnea obstructiva del sueño o el síndrome de piernas inquietas también tienen relación con el sonambulismo.

En cuanto a las formas de prevenirlo, evitar el consumo de alcohol, los antidepresivos y dormir bien (tratando de evitar el insomnio) son maneras claras de enfrentarse al sonambulismo. Reducir o minimizar el estrés, la ansiedad o los conflictos que puedan desembocar en esta patología también son buenas ideas.



¿Qué consecuencias puede tener el sonambulismo en adultos?

El sonambulismo en adultos puede tener consecuencias tanto físicas como emocionales. Y es que no solo pueden correr el riesgo de caerse o lesionarse durante estos episodios, sino que, como se interrumpe el ciclo de sueño, el sonambulismo provoca generalmente fatiga y somnolencia, algo que también puede afectar al rendimiento en actividades cotidianas. A ello se suman problemas como el estrés, la irritabilidad o la disminución de la calidad de vida en general.

Los casos más graves de sonambulismo pueden provocar que la persona necesite supervisión por la noche para evitar lesiones o accidentes, algo que, a su vez, puede suponer una carga no solo para la persona que lo padece, sino también para las personas de su alrededor.

¿Se puede despertar a un sonámbulo?

Es una de las preguntas más habituales: ¿se puede despertar a un sonámbulo? La mayoría de los expertos desaconsejan despertar a las personas sonámbulas de manera brusca, ya que, como no son plenamente conscientes de su situación, este despertar les puede provocar miedo, confusión e incluso ira. En lugar de despertar a una persona sonámbula, suele ser preferible recurrir a otras medidas de seguridad, como mover objetos, muebles o cables para reducir los riesgos de caída, o llevarla suavemente hasta la cama para que continúe durmiendo. Por supuesto, también conviene bloquear el acceso a escaleras, por ejemplo.

En cualquier caso, el sonambulismo no suele requerir un tratamiento activo, porque los episodios son raros y representan poco riesgo. Además, se vuelven menos frecuentes conforme la persona sonámbula envejece, y algunas veces desaparece por sí solo sin ninguna terapia específica. En otros casos es posible que sea preciso administrar tranquilizantes que ayuden a disminuir estos episodios. Por todo ello, será interesante contar con un especialista en la materia que determine cuál es la mejor solución.