TDAH: ¿Qué es y cómo identificarlo?

¿Qué es TDAH?

Iniciamos este artículo con un par de aclaraciones e historia.
Las siglas se corresponden con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.

En 2013 la APA, Asociación de Psiquiatría Americana, revisó en su quinta edición los criterios diagnósticos de esta condición neurobiológica, hasta entonces solo dentro de los Trastornos del niño y del adolescente que, tras las investigaciones y evidencias científicas, confirmaban la presencia del mismo en edad adulta.

Un 30% de los niños y adolescentes alcanzan una remisión total de los síntomas: ¿y el resto? Quedan aquellos que mantienen síntomas residuales, que llegan a la edad adulta y siguen condicionados por este trastorno con afectación a su vida personal, laboral, familiar y social.

Sabedores de esta realidad, pasamos a definir brevemente una condición neurobiológica, diagnosticada la mayoría de los casos en edad infantil. En este trastorno se ven alteradas tres áreas muy importantes para el desarrollo y aprendizaje: problemas de atención, hiperactividad e impulsividad.

Déficit de atención o TDAH: ¿cuáles son sus síntomas?

Podríamos indicar que hay tantos diagnósticos de TDAH como personas, pues las manifestaciones son muy diversas.

Es importante aclarar que está muy normalizado el uso del déficit de atención para referirse a la categoría diagnóstica del TDAH. Desde el punto de vista técnico, médico y/o científico es inexacto, teniendo en cuenta que hay muchos más síntomas.

Los síntomas relacionados con la inatención son los siguientes: dificultad para prestar atención con detalle, comisión de errores por descuido, dificultad para mantener la atención en tareas o actividades, cuando se le habla directamente parece que no escucha, dificultad para seguir instrucciones y problemas para organizar tareas y actividades.

La hiperactividad se manifiesta en forma de: inquietud, dificultad para permanecer sentado, correr o moverse demasiado en situaciones inapropiadas y hablar en exceso.

La impulsividad se refleja en dificultad para esperar su turno, interrumpir a los demás, tener necesidad de hablar y no ser capaz de inhibir la conducta en situaciones en las que se espera que se haga.

Déficit de atención: test diagnóstico

No existe un test diagnóstico o prueba médica que permita atinar en el diagnóstico. Es necesaria la intervención de varios profesionales que colaboren para el diagnóstico: pediatras, neurólogos, neuropediatras, psiquiatras y psicólogos unidos a la familia, el centro escolar y/o la colaboración del paciente, para hacer posible el diagnóstico y marcar las líneas de actuación futuras.

El conocimiento del desarrollo evolutivo, la situación y entorno familiar, la educación recibida, los procesos de enseñanza-aprendizaje, la producción escolar o laboral, las relaciones sociales y un largo etcétera, permiten conocer el contexto en el que se ha gestado el trastorno.

¿Cómo puede afectar el déficit de atención en el día a día?

El propio diagnóstico del trastorno indica la influencia y compromiso que tiene para el quehacer diario de la persona que lo sufre: desde el ámbito académico hasta las relaciones interpersonales.

• Ámbito escolar / profesional: dificultad para concentrarse en las tareas, olvidos y despistes menores que inciden, falta de organización y bajo rendimiento.
• Relaciones interpersonales: la impulsividad y la inatención pueden dificultar el mantenimiento de relaciones, ya que las personas con TDAH pueden tener problemas para escuchar a los demás y seguir las normas sociales.
• Ámbito personal / familiar: las dificultades persistentes pueden afectar la autoestima, y llevar a sentimientos de frustración y baja autovaloración.

A modo de conclusión, para comprender y atender el TDAH es fundamental proporcionar apoyo adecuado a quienes lo padecen. Un enfoque multidisciplinar y la identificación temprana son esenciales para abordar los desafíos asociados a este trastorno.