Tipos de refrescos

Existen distintos tipos de refrescos. Cada sabor e ingrediente los convierte en únicos para según qué ocasión. ¡Encuentra tu refresco ideal para este verano! 

A examen

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Si hacemos un poco de historia, tenemos que remontarnos hasta finales del siglo xviii para encontrar los primeros refrescos en las reboticas de las farmacias, ya que, en la mayoría de los casos, este tipo de bebidas se usaba para paliar pequeñas afecciones. 

Los primeros refrescos conocidos se elaboraban a base de agua natural o aguas gaseosas naturales, que se combinaban con frutos y edulcorantes como la miel u otros zumos azucarados.

El primer refresco moderno del que tenemos constancia es la “soda”, nombre con el que se empezó a denominar a la bebida que se elaboraba a partir de agua, bicarbonato sódico y anhídrido carbónico. 

Actualmente, en España se consumen alrededor de 40 litros por persona y año, con los refrescos de cola como primera opción. Aunque, según la Asociación de Bebidas Refrescantes, (ANFABRA), la mayoría de las categorías han evolucionado positivamente durante 2021. Las bebidas refrescantes de limón, con un incremento del 18%, junto con las energéticas (+22%), las bebidas para deportistas (+9%), las de naranja (+8,7%) y las de té (+5,6%) son las que más han subido.

Clases de refrescos 

Las bebidas refrescantes son bebidas compuestas, fundamentalmente, por agua. A este componente básico, se le añaden otros ingredientes como azúcar, zumos, anhídrido carbónico, cafeína, aromas, sales minerales, vitaminas, etc. Según su tipología, los podemos clasificar como:

  1. Refrescos regulares: son las bebidas con gas más comunes y pueden ser de diferentes sabores. 
  2. Refrescos bajos en calorías: en esta categoría diferenciamos, por una parte, los que llevan edulcorantes artificiales, que los hacen menos calóricos: serían los que se denominan “light”; y, por otra, los que no llevan azúcares ni edulcorantes artificiales, consiguiendo tener cero calorías o únicamente una caloría sin alterar demasiado el sabor original, que conocemos como “zero”.
  3. Refrescos saborizados: son bebidas con algún sabor específico como el del limón o la naranja. La mayor parte de la bebida base sigue siendo la misma y solo se le agrega una pequeña cantidad de edulcorante artificial. Pueden contener gas o no. 
  4. Refrescos sin cafeína: son una variedad de los refrescos regulares, a los que no se les añade cafeína para evitar sus efectos, que estimulan el sistema nervioso.
  5. Bebidas energéticas: este tipo de bebidas, salvo las “light”, contienen azúcar en un porcentaje medio que ronda el 11%. Además, suelen contener cafeína, taurina, y guaraná, las tres con efectos estimulantes. 
  6. Bebidas isotónicas: la ley las clasifica junto a las bebidas de cola como “bebidas refrescantes aromatizadas con adición de otros ingredientes alimenticios”. Contienen sales minerales y son sin gas. Además, suelen tener azúcar, aunque en los últimos años han aparecido versiones “zero” para no consumir calorías. Son aptas para reponerse tras un esfuerzo físico.