¿Has oído alguna vez la regla del 50-30-20? Esta es la forma en la que los expertos recomiendan basarse para aumentar, poco a poco, nuestro nivel adquisitivo. El método se basa, principalmente, en dedicar el 50%de nuestros ingresos a gastos fijos, el 30% a ocio y el 20% a ahorro.

Tema del mes

Comparte

Pero ¿es tan fácil como parece? Lo más importante es ser organizados y saber por y para qué estamos ahorrando en cada momento, poniendo siempre un poco de sentido común a lo que hacemos.


 Hay que ser conscientes de que es complicado seguir esta norma a rajatabla: tenemos meses de más y meses de menos, pero marcarnos un presupuesto anual nos puede ayudar a llevar un mayor control de gastos e ingresos, según señala Natalia de Santiago, ingeniera de formación y financiera por vocación, en su libro Invierte en ti. El presupuesto es una herramienta que nos permite anticiparnos a lo que va a pasar cada vez, teniendo más margen de maniobra si surge cualquier imprevisto.



5 pasos para gestionar la economía familiar

  • Cubrir los gastos mensuales: lo principal para que nuestra economía vaya bien es llegar a fin de mes todos los meses del año. ¿Cómo? Haciendo que nuestros gastos nunca superen a nuestros ingresos, y siempre teniendo en cuenta que habrá meses que pueda pasar, pero debemos ir compensándolo en el resto. Por eso es tan importante tener un presupuesto anual.
  • El colchón de emergencia: los expertos recomiendan que nuestra capacidad de reacción ante épocas de crisis sea alrededor de 3 veces el valor de nuestro sueldo neto, aunque lo ideal es que sea de 6. En otras palabras, multiplica tu sueldo por 3 y esa será la cifra mínima que estaría bien tener ahorrada por lo que pueda pasar. Esto es complicado y no puede hacerse de hoy para mañana, así que una buena forma de ir haciendo crecer este colchón de emergencia es, por ejemplo, traspasar una cantidad de dinero mensual a una cuenta de ahorro. Recuerda también que este dinero debe estar en activos muy líquidos, para poder disponer de él lo más rápido posible si es necesario.
  • Ahorrar para la jubilación: sí, aquella época dorada que todos vemos tan lejana. Da igual si tienes 25 o 55: es importante ir guardando, sin prisa pero sin pausa, una cantidad de dinero para cuando nos jubilemos. Y ten en cuenta que, cuanto más ganes ahora, más tendrás que ahorrar para el futuro, puesto que la pensión puede suponer una reducción sustancial del sueldo mensual.
  • Objetivos a medio plazo: una vez tengas en orden el presupuesto anual, el colchón de emergencia y el ahorro para la jubilación, puedes marcarte otros objetivos: un viaje, un coche, tu boda soñada…
  • Vivir con comodidad: si, y solo si, has cubierto todos los puntos anteriores, puedes dedicar el resto de tu dinero a vivir cómodamente o a invertir, asegurar el futuro de tus hijos, comprarte un yate o jubilarte a los 40. Parece imposible, pero se puede conseguir: es cuestión de constancia, organización y planificación.