La COVID-19, indudablemente, ha cambiado nuestros hábitos. Hoy hablamos sobre hábitos y costumbres que han venido para quedarse tras la pandemia. ¡Descúbrelos!

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Aunque algunos sociólogos afirman que estamos ante el fin del principio de la pandemia, y que no será hasta 2024 cuando, realmente, entremos en la era post-pandemia, ya podemos ver algunas de las consecuencias que la llegada de la COVID-19 ha dejado en nuestra forma de relacionarnos y de vivir el día a día. Si bien es cierto que, ya no vamos a volver a escenarios como marzo de 2020, ni enero de 2021 donde la incertidumbre y las temidas “olas” provocaron cambios drásticos en nuestra forma de vida hay ciertos hábitos, sociales e higiénicos, que hemos ido adquiriendo durante todo este tiempo y que parece se han quedado instaurados para siempre en nuestro día a día.

Ejemplos de hábitos que se han adquirido tras la pandemia

  1. La higiene. No es lo mismo limpiar que desinfectar. La pandemia nos dio una clase magistral de las diferencias de estos dos conceptos y la importancia de la desinfección en los hogares. Según la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), la compra y uso de lejías tuvo su momento álgido durante las primeras semanas de la pandemia: los desinfectantes y las lejías experimentaron un alza de la demanda de más del 100%, y los limpiadores del hogar subieron alrededor de un 30%, con un incremento de ventas total a finales de 2020, del 20%, respecto al año anterior, en lo que a lejías y desinfectantes se refiere. Lo que más llama la atención de estos datos es que, la lejía y los desinfectantes también se han subido al carro de la compra de los más jóvenes, por su relación calidad/precio, que desconocían los diferentes usos de este tipo de productos frente a otros más específicos como friegasuelos o multiusos.
    Además, en el aspecto personal, el lavado de manos y el uso de geles hidroalcohólicos han calado en la sociedad y hemos incrementado el lavado y desinfección de manos cada vez que manipulamos cosas que toca mucha gente.

  2. La forma de socializar. El uso de mascarillas y la distancia social ha supuesto un punto de inflexión a la hora de relacionarnos con los demás. Esta situación nos ha llevado a que uno de los hábitos que teníamos muy arraigado en esta sociedad, como, por ejemplo, llegar a una reunión y saludar a los presentes, conocidos o no, con dos besos, se ha cortado de raíz, no solo por el aislamiento y confinamiento, sino por mantener la distancia de seguridad interpersonal y evitar los contactos físicos.

  3. El teletrabajo. Esta modalidad de trabajar, que era casi una utopía en países como el nuestro, de la noche a la mañana se hizo necesaria e imprescindible para el funcionamiento de las empresas entre los meses de marzo y abril de 2020. Pues bien, son muchas las empresas que después de hacer una puesta a punto de la forma más inmediata posible e invertir en este tipo de sistemas de trabajo, han visto los beneficios que tiene para sus trabajadores, como el ahorro de desplazamientos, la conciliación de la vida laboral y personal y una predisposición del trabajador más directa ante cualquier necesidad de la empresa.

  4. La compra online. Una modalidad de compra que creció en el 2020 lo que hubiera crecido en los próximos cinco años. La pandemia, el temor al desabastecimiento y a los contagios han hecho que muchos optarán por cambiarse al canal digital, alcanzando, en el caso de los supermercados, una cuota de mercado de un 4%, según el último informe de la consultora Kantar, un sector que ha experimentado cambios muy rápidos y se ha tenido que adaptar a las nuevas tendencias como consecuencia de la pandemia. Además, el informe afirma que cuatro de cada diez españoles aseguran que cada vez comprarán más online. Entre los principales motivos, se impone la comodidad y el ahorro de tiempo para dedicarlo a otras actividades.

  5. Auge de la comida a domicilio. Con las restricciones horarias, de aforos e incluso cierre de la hostelería, muchos restaurantes y bares se han reinventado y sumado a las plataformas Delivery para poder seguir trabajando y dando servicio a sus clientes. Por lo que, de una forma u otra, nos hemos acostumbrado a tener el “bar” en casa, ya que esta, se ha convertido en nuestro refugio. Hemos aprendido a estar más, quererla más y cuidarla más. Las plataformas Delivery y el servicio de comida a domicilio crecieron un 60% durante el estado de alarma, según un informe de la consultora Kantar. Durante este periodo, los operadores de entrega a domicilio sumaron cerca de mil restaurantes nuevos, cada uno en menos de tres meses, de forma que aquellos que no contaban con este servicio lo incorporaron por primera vez.

  6. El auge del uso de tarjetas de crédito o App’s de bancos en detrimento de la moneda y los billetes. Las primeras informaciones que teníamos sobre el virus eran que tenía un alto valor de transmisión por contacto, por lo que las autoridades sanitarias aconsejaban que se hiciera más uso de las tarjetas de pago y de aplicaciones bancarias que del dinero en efectivo.