La pandemia provocada por la COVID-19 ha generado grandes cambios en nuestra vida y en nuestra rutina diaria.

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La pandemia provocada por la COVID-19 ha generado grandes cambios en nuestra vida y en nuestra rutina diaria. Uno de los aspectos de nuestro día a día que más se han visto afectados por el transcurso del virus en nuestro país ha sido nuestra forma de alimentarnos; y es que, a consecuencia de esta crisis, ahora comemos más y peor. ¿Por qué? Porque entre el teletrabajo y las restricciones nos hemos habituado a pasar más tiempo en casa, nos aburrimos más, estamos más tristes o sufrimos más ansiedad, y todo esto, inevitablemente, se refleja en nuestra alimentación.

A menudo, la sensación de hambre es simplemente ansiedad provocada por los nervios o el aburrimiento. Estas dos sensaciones son muy similares, pero, por suerte, hay formas de diferenciarlas. En esto consiste el movimiento mindful eating o alimentación consciente. ¿Te suena pero no sabes qué es? A continuación te descubrimos todas sus claves y cómo puede ayudarte a mejorar tu salud.


¿Qué es el mindful eating?

El mindful eating o alimentación consciente es un movimiento que nos permite prestar atención plena a la nutrición para aprender a escuchar nuestro propio cuerpo y, de este modo, alimentarnos de una forma más saludable, disfrutando de cada bocado. ¿Qué significa escuchar nuestro cuerpo? Prestar atención a las señales de hambre y saciedad para evitar comer por impulso; es decir, aprender a distinguir el hambre física de la emocional.


6 tips para aprender a comer de forma consciente

Si hasta ahora te has sentido identificado y quieres adentrarte en el mindfulness, simplemente tienes que seguir unos pasos muy sencillos:

  1. No comas si no tienes hambre: en esto consiste aprender a escuchar tu cuerpo. Muchas veces nos sentamos a la mesa porque es la hora de comer, o para relacionarnos, y nos alimentamos sin hambre o solo por gula. 
  2. Bebe agua antes de comer: beber agua antes de las comidas te ayudará a reducir la ansiedad por comer, calmará tu estómago y aumentará tu sensación de saciedad.
  3. Come sentado y alejado de distracciones: esto te ayudará a concentrarte más en los alimentos y, por lo tanto, a disfrutar más de ellos.
  4. Come de forma variada: la clave de una buena alimentación es comer de forma moderada, variada y saludable. Las frutas, las verduras, los cereales, los huevos, la carne y el pescado serán tus aliados; y si son frescos y de temporada, mejor. ¿Por qué? Porque el principal beneficio de los productos frescos es que aseguran nutrientes de calidad, además de que su sabor es más intenso. 
  5. Come, no engullas: muchas veces, a causa del ritmo diario, comemos rápidamente y sin apenas saborear los alimentos para irnos a hacer otra cosa. El mindfulness aboga por masticar despacio y disfrutando de aquello que comemos. Además, esto no solo nos ayudará a ser más conscientes de lo que comemos, sino que nos ayudará a realizar una mejor digestión.
  6. No te quedes con la sensación de tener el estómago lleno: practicar mindful eating te permitirá evaluar tus niveles de saciedad y parar de comer antes de quedarte con el estómago lleno. Uno de los principios de esta disciplina es poder distinguir entre estar saciado (no necesitar más comida) y estar lleno (haberse pasado de comida). 

Si de cara al verano te preocupa perder algunos kilos de más, te interesa saber que el mindful eating no es una dieta, es un movimiento que aboga por mantener una relación sana con la comida, por lo que su objetivo no es la pérdida de peso, aunque esta pueda darse como consecuencia directa de ello. Ahora que has descubierto un poco más acerca de este movimiento que promueve la alimentación consciente y saludable, ¿te animas a probarlo?