Parálisis del sueño: qué es

La parálisis del sueño, ¿qué es? Un trastorno que se produce mientras dormimos o, más bien, cuando se tiene la sensación de despertar y no poder moverse. Son episodios bastante comunes entre la población que están a medio camino entre el sueño y la vigilia. La Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño lo sitúa dentro del grupo de parasomnias y afecta a 1 de cada 1.000 habitantes.

El cuerpo queda completamente inmóvil (excepto los ojos y el sistema respiratorio) mientras que nuestro cerebro está despierto, y esto provoca una sensación de estar atrapado en una pesadilla. Este trastorno, la parálisis del sueño, también puede ir de la mano de alucinaciones sensoriales, auditivas o visuales.

Esta situación tiende a durar más bien poco, ya que, después de unos minutos, el cuerpo de la persona que lo sufre se despierta y puede volver a moverse con total normalidad. De hecho, la parálisis del sueño se divide en diferentes tipos en función de la recurrencia, aunque a menudo resulta un fenómeno aislado.

La parálisis del sueño suele estar relacionada con la ansiedad, narcolepsia o problemas graves de sueño, aunque también puede deberse al estrés o el jet-lag.

Además, la parálisis del sueño tiene distintas causas que analizamos a continuación.

Causas de la parálisis del sueño 

Dentro del ciclo del sueño se distinguen dos etapas: la fase REM y la fase NO REM. La primera se caracteriza porque todavía existe una gran actividad en nuestra corteza cerebral, de hecho, es el momento en el que se producen los sueños. En cambio, entramos en la fase NO REM cuando nuestro sueño es tan profundo que la actividad de nuestro cerebro se reduce prácticamente al límite.

Cuando una persona sufre parálisis del sueño, se encuentra a medio camino entre estas dos fases. Está despierta cognitivamente, pero su musculatura está inmóvil, excepto los ojos y el diafragma.

Su duración suele variar: una persona puede estar paralizada desde 20 segundos hasta 2 minutos. Después de este tiempo, el cuerpo vuelve a la normalidad sin ningún tipo de consecuencias.

 Las causas más comunes son la narcolepsia —una patología que causa problemas para mantenerse despierto durante el día—, la falta de sueño y la herencia genética. Las personas que tienen familiares que sufren parálisis del sueño también tienden a padecerla.

Cómo evitar la parálisis del sueño

Es posible evitar la parálisis del sueño, aunque no hay un tratamiento como tal. De hecho, si se trata de un caso aislado, no debemos tener preocupación alguna porque probablemente no nos vuelva a ocurrir. En cambio, si solemos padecerla, lo más recomendable será cambiar nuestros hábitos de sueño y acudir a un especialista.

Si sufrimos falta de sueño, será necesario marcarnos una nueva rutina para conseguir dormir entre 7 y 8 horas diarias. Para ello, podemos comenzar por reducir el uso de pantallas durante el día o eliminarlas de nuestras actividades una hora antes de irnos a la cama.