Primeros auxilios para perros y gatos
Una torcedura de pata, la picadura de un insecto o un golpe de calor. Es importante saber actuar si nuestros animales de compañía sufren algún accidente. Tener unas nociones de primeros auxilios puede salvarles la vida, mientras acudimos al veterinario.
Mascotas
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NORMAS BÁSICAS
• Ante un problema de salud, lo primero es llamar al veterinario para que sea él quien nos dé las pautas a seguir, e incluso, pueda guiarnos en alguna actuación.
• Nunca debemos medicar a un animal con nuestros medicamentos, ya que muchas de las medicinas que tomamos las personas pueden dañarlo gravemente.
• Controlar la alimentación, ya que en épocas de frío, sobre todo los perros, suelen estar más activos y necesitan un tipo de comida con más proteínas.
• Es importante estar tranquilos y calmar también al animal, sobre todo, si siente dolor, para que nos permita manipularle.
ACCIDENTES MÁS COMUNES
• Torcedura de pata. Si el gato o perro se queja de una pata, lo primero es comprobar que no tiene nada clavado ni se ha cortado. También revisar las uñas, porque a los felinos les crecen y se les clavan en la almohadilla y a los perros se les pueden romper y provocar dolor y, por tanto, una cojera. En estos casos, se suelen lamer la zona afectada. Si no le vemos nada extraño, mantendremos al animal en reposo hasta que lleguemos al veterinario y pueda evaluar si es una torcedura, que puede curarse con un antiinflamatorio, o es algo más grave que haya que tratar.
• Diarrea y vómitos. Si el animal vomita o tiene diarrea, lo primero es averiguar si se ha comido algún cuerpo extraño, revisando la casa en busca de destrozos, basura rota, si falta alguna pieza de ropa... Es conveniente mantener 12 horas de ayuno, ya que puede que solo haya comido algo que no debía y lo expulse con la diarrea o el vómito y mejore por sí solo. Si no mejora en 12-24 horas, hay que acudir al veterinario por si se tratara de gastroenteritis.
• Golpe de calor. En verano, es de vital importancia no dejar a nuestros animales en el coche al sol ni siquiera cinco minutos. Ante un golpe de calor, debemos bajarle la temperatura de forma paulatina, nunca de golpe y procurar rehidratarlo. No hay que taparlo, sino refrescarle, sobre todo, el cuello y la cabeza con paños de agua. También se le puede humedecer la boca y probar si quiere beber, sin forzarle.
• Picadura de insecto. Lo más común es que le pique una avispa y si el animal no es alérgico, basta con esperar a que se le baje el efecto o ayudarle con algún medicamento que nos recomiende el veterinario. También se puede aplicar frío, como una bolsa de guisantes congelados.
• Ingerir veneno. Si lo hemos visto y estamos seguros, lo primero es hacerle vomitar, dándole agua oxigenada hasta que vomite. Por lo general, con 10-20 ml ya suelen hacerlo. Pero ojo porque si ha ingerido un álcali o ácido fuerte, no debe vomitar, puesto que le irritaría el esófago y la garganta al salir. Rápidamente, llamar al veterinario para decirle el tipo de veneno que ha comido y, sobre todo, la cantidad. Así, el veterinario nos dará las pautas a seguir, ya que los venenos que pasan directamente a la sangre son muy peligrosos y cuando aparecen los síntomas, a veces, ya no hay ninguna solución.
• Gusano de procesionaria. Si vamos al monte con nuestro perro debemos tener mucho cuidado con la procesionaria, que puede ser mortal. Por ello, si nuestro perro ha chupado un gusano de procesionaria, lo primero es limpiarle la lengua con mucha agua, no fría, sino templada y nunca debemos frotar, sino dejarla caer para que limpie los pelillos del gusano que le hayan podido quedar en la lengua. Como precaución, podemos llevar algún medicamento indicado por el veterinario para pincharle al perro y que le haga efecto mientras acudimos a su consulta. En este caso, la rapidez es imprescindible.
• Mordedura. A veces, los perros entre ellos o, incluso con gatos, pueden morderse jugando. En ese caso y si la herida sangra, debemos limpiarla bien con suero fisiológico o agua oxigenada. Si podemos, cortaremos el pelo de alrededor de la herida. Si es una mordedura importante, la vendaremos para que el animal no se la toque mientras vamos al veterinario. Si sangra mucho, debemos hacer presión con un paño.
• Espiga en nariz u oídos. No intentemos extraerla. Si nuestro perro la lleva en la nariz, probablemente, estornudará y expulsará sangre. Debemos ir rápido al veterinario antes de que se le pueda introducir demasiado profundo. En la mayoría de los casos, habrá que dormir al animal para extraerla.
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