¿Qué ver en Albacete?
Descubre qué ver en Albacete: los mejores lugares para visitar, qué comer, los pueblos más bonitos y actividades para hacer cerca de la ciudad.
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Albacete es una ciudad de Castilla La-Mancha que cuenta con una gastronomía exquisita, unos emplazamientos muy interesantes de visitar y pueblecitos encantadores a una distancia relativamente cercana. Por algo el prolífico escritor y novelista Azorín la describió como el “Nueva York de La Mancha”, por sus innumerables cualidades. ¿Qué ver en Albacete? A continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta bonita ciudad manchega.
¿Qué visitar en Albacete?
Saber qué visitar en Albacete es esencial para poder planificar bien nuestra visita. Un día suele ser tiempo suficiente para conocer los puntos más importantes de la ciudad. Son los siguientes:
- Parque de los Jardinillos. Este parque se considera uno de los más apreciados y frecuentados de Albacete, en parte, debido a su antigüedad; de hecho, una de sus entradas es la Antigua Puerta de Hierros, que presidió el recinto ferial de Albacete durante casi dos siglos. En verano, los autóctonos de la zona suelen descansar en los numerosos bancos, bajo la sombra, que hay esparcidos por el parque. Su templete, por otro lado, es un lugar ideal para alojar conciertos al aire libre.
- Plaza Mayor. Es el corazón comercial de la ciudad e, históricamente, la sede de la Casa Consistorial, el Mercado de Abastos y la cárcel municipal. Cada domingo tiene lugar en este punto el rastro, donde se pueden encontrar desde libros hasta monedas y sellos, pasando por otras antigüedades. En ciertos momentos del año, como en Navidad, se monta el mercadillo navideño.
- Plaza del Altozano. Una de las más antiguas de Albacete y con unos edificios, parterres y fuentes muy peculiares. De esta plaza destacan, además, las dos esculturas que representan los símbolos de la ciudad: el monumento al cuchillero y la Bicha de Balazote (una esfinge que evoca el origen de Albacete). En esta plaza también se puede visitar la antigua Casa Consistorial, hoy sede del Museo Municipal de Albacete y del Museo Internacional de Arte Popular del Mundo.
- Catedral de Albacete. Dedicada a San Juan Bautista, la catedral se enmarca bajo el estilo gótico y exhibe una combinación estilística muy peculiar por sus elementos neorománicos y neogóticos. Son especialmente relevantes los enormes lienzos situados en el interior, obra del pintor Casimiro Escribá. La catedral también alberga la capilla de la Virgen de Los Llanos, patrona de la ciudad.
- Museo Municipal de Cuchillería. En la propia plaza de la Catedral también se encuentra el principal museo de la capital, en un precioso edificio de estilo modernista conocido como Casa del Hortelano. Aquí se pueden encontrar famosas navajas albaceteñas, cuchillos y tijeras, además de otros antiguos objetos. La cuchillería, no en vano, es una de las actividades que se desarrolla en la ciudad desde el siglo XVI, por lo que tiene mucha representación en la localidad. El museo, de hecho, realiza de forma habitual distintas actividades con el fin de preservar el patrimonio cuchillero de la ciudad.
- Pasaje Lodares. Esta elegante galería modernista une la calle Mayor y la calle Tinte de la capital. Dispone de una cubierta acristalada y unas columnas esculpidas con la forma de figuras femeninas que la soportan y que escoltan las tiendas que se pueden visitar.
- Posada del Rosario. Se considera uno de los primeros alojamientos de la ciudad y data del siglo XVI. En la actualidad está declarada como monumento histórico-artístico y, como curiosidad, es el actual emplazamiento de la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Albacete. También tiene distintas salas de estudio. El edificio, además, combina los estilos renacentistas y gótico-mudéjar, y cuenta, en la planta baja, con una antigua cocina cubierta con una cúpula.
- Depósitos del Sol. Antiguamente funcionaban como enormes depósitos de agua que abastecían la ciudad; después, a finales del siglo XX, se habilitaron como lo que son hoy: la Biblioteca Municipal, sede central de la Red Pública de Bibliotecas Municipales de Albacete y centro cultural. Del edificio destaca una torre de 34 metros de altura que acoge también un mirador.
¿Qué comer en Albacete?
La gastronomía de Albacete es fuerte y contundente debido a las bajas temperaturas que suelen tener lugar en invierno en tierras manchegas. Por eso, si ya te estás preguntando qué comer en Albacete debes saber que la mayoría de las recetas tienen un aporte energético intenso. Por ejemplo, el gazpacho manchego, uno de los platos más conocidos, se trata de un guiso caldoso con diferentes carnes (pollo, perdiz, liebre o conejo), que en algunos lugares está acompañado de setas, y que se vierte sobre una torta cenceña.
El pisto manchego, por otro lado, también cuenta con muchísimos adeptos, tanto dentro como fuera de las fronteras de Castilla-La Mancha. Se compone de una fritada hecha con verduras como pimientos verdes, pimientos rojos y calabacín, las hortalizas que solían recoger de la huerta los campesinos, los cocineros originales de esta suculenta receta. Lo habitual es servir el pisto en una cazuelita de barro individual, y se puede acompañar de jamón u otros embutidos, o de huevo.
El atascaburras, también llamado ajoarriero o ajomortero, hace del bacalao en salazón el principal ingrediente. Junto con patatas cocidas, ajo y aceite de oliva da lugar a un masa parecida a la del puré. Se puede servir con nueces y rodajas de huevo duro por encima. El ajomataero, también conocido como ajopringue, por otro lado, se prepara con hígado y pan.
Las migas ruleras, otro de los platos de la gastronomía manchega, también tiene su origen en tiempos pasados. En este caso, eran los pastores quienes aprovechaban el pan que quedaba seco para elaborarlas. Estas migas se cocinan junto a chorizo, tocino de cerdo, jamón, ajo y aceite de oliva y se tuestan en una sartén a fuego lento. Se pueden acompañar de alguna fruta, como uva o melón.
Tampoco hay que pasar por alto productos típicos de la zona como el lomo de orza y las costillas; el cordero manchego, que destaca por su suavidad y jugosidad; o el queso manchego. En cuanto a elaboraciones más fresquitas destaca el mojete, una ensalada hecha con tomate, cebolleta, huevo duro, atún en lata, aceitunas negras, sal y aceite de oliva. Se suele acompañar de pan para mojar, de ahí que reciba el nombre de mojete.
En cuanto al dulce, destacan los miguelitos de La Roda, unos pastelitos de hojaldre rellenos de crema y espolvoreados con azúcar glas típicos de esta localidad, y los bollos de mosto, unas exquisitas piezas de bollería cuyo ingrediente más básico es el mosto, junto con la harina, los huevos, la piel de limón, el azúcar, la levadura y el aceite de oliva. Los suspiros son típicos de Ayna, un pueblo situado en la sierra del Segura, y se elaboran con claras de huevo, azúcar y almendras. Por último, las flores fritas y las hojuelas (típicas en Semana Santa) son otras de las perdiciones para los amantes del dulce.
Los pueblos más bonitos de Albacete
Fuera de la ciudad hay un conjunto de pueblos encantadores que puedes conocer. Te damos algunas ideas de qué hacer cerca de Albacete, aunque te lo advertimos: no hay solo un pueblo bonito de Albacete, sino varios, y la mayoría de ellos combinan un pasado medieval con los vestigios musulmanes, lo que hace que tengan un carácter único e inigualable. Son los siguientes:
- Parque Natural de Los Calares del Mundo y de la Sima. Cascadas, formaciones kársticas, cañones… Eso y mucho más es lo que encontrarás en este paraje natural situado a poco más de una hora y media de Albacete. La cascada más representativa es la del río Mundo, todo un espectáculo visual. Aprovechando que estás por la zona, además, puedes visitar Riópar, una localidad que conserva su aire medieval y que, de hecho, es la puerta de entrada al parque natural; y Yeste, donde se encuentra el centro de interpretación del espacio natural y está ubicado uno de los castillos más hermosos de la zona, de origen musulmán.
- Ayna. Considerado la “Suiza manchega”, este pueblo está situado junto a una de las gargantas más profundas del río Mundo y sus muros de piedra han obligado a los visitantes a cultivar la tierra en terrazas, y moldear así la ladera de la montaña. Como curiosidad, aquí se rodó la emblemática película Amanece que no es poco. A un poco más de distancia está Bogarra, otra pequeña localidad que merece la pena conocer.
- Alcaraz. Este pueblo se considera de visita obligada por su patrimonio medieval y renacentista, que se puede apreciar en la plaza Mayor, la iglesia de la Santísima Trinidad o la torre del Tardón. La sierra de Alcaraz también permite disfrutar de actividades más movidas, como rutas a pie, en bici, incluso a caballo, o aventuras para los más atrevidos en forma de vías ferratas.
- Alcalá del Júcar. Su paisaje espectacular hace que se considere uno de los pueblos más bonitos de España. Sus fachadas blancas, sobre la ladera, ocultan cuevas; y el puente romano que da la entrada al visitante es digno de ver. Se puede visitar su castillo, construido por los almohades en el siglo XII, y que se sitúa coronando la ladera. Muy cerca está Jorquera, un pueblo perfecto para hacer barranquismo.
- El Pitón Volcánico de Cancarix. A este antiguo volcán se puede llegar a través de dos rutas. Son cuatro kilómetros de subida, pero las fantásticas vistas que se alcanzan hacen que valga la pena el esfuerzo. A solo quince minutos de distancia en coche está Hellín, otra localidad con reminiscencias de la época romana y árabe.
- Liétor. En este municipio de la sierra del Segura se pueden contemplar las estrellas; de ahí que se lo conozca como un “destino starlight”. También hay un mirador con un panel explicativo que ayuda a localizar las constelaciones. El conjunto de casas de pueblo, además, se asoma sobre uno de los acantilados que forma la vertiginosa hoz del río Mundo, que compone una estampa muy particular.
- La laguna de Pétrola. A solo media hora de Albacete se puede visitar este espacio natural de agua salada que, en realidad, no es una zona para el baño, sino un humedal repleto de especies como garzas o flamencos. Los amantes de las aves lo disfrutarán especialmente en primavera.
- Las lagunas de Ruidera. Componen un espectáculo visual de aguas de un profundo color turquesa y cascadas, lo que supone un pequeño paraíso para los amantes de los deportes acuáticos. También es el lugar al que acuden los autóctonos a darse un buen chapuzón y huir del calor durante el verano. En tu visita, podrás visitar también senderos y lugares como la cueva de Montesinos, uno de los escenarios del Quijote, o la Quebrada del Toro, una profunda grieta de 400 metros de longitud que se puede recorrer a través de pasarelas de madera.
- Almansa, Alarcón y Belmonte. Estos tres lugares destacan, fundamentalmente, por sus castillos. En Almansa se sitúa una de las fortalezas mejor conservadas. Alarcón y Belmonte, por otro lado, se encuentran oficialmente en Cuenca, no en Albacete, pero también se puede aprovechar la ocasión para conocerlos. El castillo de Alarcón destaca por el río Júcar a sus pies, y Belmonte es escenario de torneos nacionales e internacionales de combate medieval.