Teletrabajo sí, pero no a cualquier precio
¿Qué consecuencias puede tener teletrabajar desde casa a medio y largo plazo? ¿Qué prácticas puedo seguir para evitar estas consecuencias? Te damos algunas claves. ¡Descúbrelas!
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Este último año ha sido complicado desde el punto de vista sanitario, social, laboral, familiar y personal. ¿Quién nos hubiera dicho que el deseado teletrabajo se iba a convertir en un buen aliado, y a la vez en un suplicio?
Sin duda, uno de los hándicaps más importantes ha sido mantenernos a salvo, con salud física y mental, para afrontar la nueva situación pandémica. Nadie, en ningún sector económico, ha sido ajeno a los nuevos cambios, a la incorporación de nuevas tecnologías y metodologías de trabajo: hemos asistido a una pandemia, a un cambio de era, en lo que se refiere al concepto del trabajo y nuestro desempeño profesional.
Sin embargo, pocos son los que se plantean las consecuencias de este nuevo modelo económico, basado en el desarrollo de proyectos, implicación personal desde casa, con reuniones sin hora de fin..., mientras conviven en casa el resto de miembros de la familia: la era del teletrabajo y la conciliación familiar.
Pros y contras del teletrabajo
Muchas empresas han tenido que tomar medidas más flexibles respecto a los horarios de trabajo, a la par que se han mostrado más exigentes con los plazos y cumplimientos de las tareas a desarrollar. Por otro lado, las pantallas, llamadas y videollamadas se han normalizado en nuestros hogares, pero ¿cómo afecta esta situación a una familia, que, además de gestionar trabajo y estudios, tiene que organizar un hogar?
Existe bastante acuerdo en el hecho de que hay que repensar el modelo, en aras de evitar el conflicto entre la necesidad laboral y la familia. La expansión y explosión de posibilidades laborales no pueden acaparar y erosionar nuestro entorno de descanso, donde está el ansiado bienestar al fin de la jornada y fin de semana.
Aun con todo, tenemos que ver el vaso medio lleno. Como se dice ahora, «las oportunidades son para aprovecharlas»: ¿quién dice que esto no lo es? Es la oportunidad para adaptar nuevas formas de trabajo y adquirir nuevas expectativas profesionales.
Si eres de los que teletrabajan:
- Procura tener tiempo definido para trabajar. Que el acceso al ordenador o a la tablet no suponga estar conectado al trabajo: así será más fácil descansar y desconectar.
- Limita el espacio. No permitas que cualquier lugar de la casa sirva para desarrollar tu trabajo. Que tu casa no sea una extensión de la empresa. Elige y decide dónde, cuándo y cómo vas a trabajar.
- No reaproveches el tiempo… En otras palabras, teletrabajar no consiste en hacer la comida mientras despachas con tus compañeros el planning de la semana.
- No olvides ayunar tecnológicamente. Hoy, más que nunca, se hace necesario aprender a desprenderse de los aparatos tecnológicos con los que trabajamos. Disfruta de tu tiempo libre sin tecnología.
- Cuida tu salud y tu descanso. Hemos pasado a un mayor nivel de sedentarismo y a un aumento de exposición a las pantallas que dificulta nuestro descanso, por lo que se hace más necesario poner límites a su uso y realizar actividad física al aire libre, que, sin duda, repercutirá en la calidad de nuestro sueño.