Verano en pareja: trucos para convivir en vacaciones
Tener pareja es mucho más que compartir techo, cuidar día a día el amor, la intimidad, el compromiso, la comunicación y la convivencia son aspectos clave. Aun así, la vida cotidiana se encuentra salpicada de tensiones y dificultades que la mayoría de parejas resuelven adecuadamente, dando paso a momentos de dulce reconciliación.
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Algunas parejas enfrentan los conflictos discutiendo frecuentemente, generando un estilo de comunicación que los destruye, repleto de críticas, reproches y faltas de respeto. Otras, por el contrario, los eluden y con ello van dinamitando su nivel de intimidad y compromiso. Cuando esto ocurre, la convivencia se hace difícil y puede llegar a provocar mucho sufrimiento.
Los periodos vacacionales son momentos de mayor contacto y convivencia, se comparte más tiempo y actividades que hacen emerger estos déficits acumulados. Durante el periodo laboral, la rutina, los horarios y las responsabilidades se encargan de enmascarar estas dificultades y mantenerlas en estado latente. Esta es la razón por la que, tras el periodo vacacional, hay un incremento significativo del número de separaciones y divorcios.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA SUPERAR LAS CRISIS?
Algunas prácticas pueden ayudar mucho a canalizar y resolver los conflictos que surgen durante las vacaciones. Si esto se convierte en objetivo común para ambas partes de la pareja, pueden ayudar a sanear la relación.
1. Incrementar el intercambio de conductas positivas
Es importante destinar tiempo y esfuerzos para detectar fuentes de recompensa para la pareja, lo que le gusta y hace sentir querido y atendido.
2. Expresar las necesidades
Muchas de las frustraciones y desengaños se producen por la sensación de no sentir cubiertas las necesidades emocionales básicas con la pareja. Se presupone que si hay amor detectará esas necesidades y, si no las cubre, se le atribuye falta de afecto. Habituarse a comunicar lo que se necesita del otro resuelve muchos problemas.
3. Desarrollar y llevar a cabo acuerdos
El abordaje de las diferencias es de vital importancia para la relación. Enfrentarlas como algo natural e incluso enriquecedor, ocupándose de pactar, de llegar a acuerdos sobre estas diferencias, también ayuda a mejorar la convivencia.
4. Entrenamiento en habilidades de comunicación
Saber conversar, escuchar, controlar los reproches y las críticas, reconocer el punto de vista del otro sin juzgarlo ni negarlo, ofreciendo muestras de escucha activa, es vital para mantener una buena relación. El entrenamiento en habilidades de comunicación es un elemento muy importante en las terapias orientadas a resolver los conflictos en la pareja (Costa y Serrat, 1982).
5. Modificar las cogniciones disfuncionales
Algunos conflictos no se superan porque están mantenidos por ideas irracionales. Atribuciones inadecuadas, intenciones ocultas, falsas expectativas, etc., que en muchos casos tienen su origen en los estándares aprendidos o en ideas preconcebidas, suelen estar en la base de esos errores cognitivos. En ocasiones es necesaria la ayuda profesional para realizar esta reestructuración.
6. Mejorar la expresión emocional y el nivel de intimidad
Cuando los conflictos no se resuelven, condicionan el estado emocional de la pareja y lo que se termina transmitiendo son emociones como el enfado o la ira en lugar de las emociones y necesidades primarias. Buscar el apoyo de la pareja, generará que esta le ofrezca el apoyo que necesita.
7. Provocar en la pareja sentimientos de aceptación
Sentirse aceptado y aceptar es un componente básico de cualquier relación interpersonal sana. Según Halford, tres son las técnicas para provocar aceptación: empatía: o ponerse en el lugar del otro; objetividad: basarse en hechos contrastables; y tolerancia: ser capaz de encajar las diferencias y los errores.
8. Aumentar el nivel de energía mental que se dedica a conocer y comprender el mundo del otro
Esforzarse en incorporar el punto de vista ajeno, dedicar esfuerzos a comprender sus motivaciones y comportamientos favorece la empatía y la convivencia, ya que evita las corrosivas justificaciones y argumentaciones.
9. Admiración y afecto
Admirar a la pareja, valorar sus fortalezas, habilidades y cualidades, es un antídoto del desprecio y de la humillación.
10. Resolución de problemas
Cuando aparece un problema hay que dirigirse a buscar la solución y evitar las discusiones. Para ello, el primer paso será encontrar el momento adecuado para tratarlo, que permita abordarlo sosegadamente. A continuación hay que centrarse en definirlo de forma concreta, expresando las emociones y la responsabilidad que se tiene en la situación. Finalmente el aporte de distintas alternativas de solución y una decisión conjunta, permitirán avanzar en la resolución del problema.