Alimentación y rendimiento académico

¿Tiene alguna relación la dieta de los niños con su concentración y capacidad para aprender? Aunque existen muchos factores que influyen en el aprendizaje de nuestros hijos, uno de los más importantes es su alimentación.

Cuidado infantil

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El cerebro necesita entre el 20% y el 30% de toda la energía que consume el organismo y en el caso de los más pequeños, esta necesidad de energía se hace aún más evidente, porque están en pleno desarrollo. Pero, ¿cómo se obtiene esa energía?

EL DESAYUNO, ESENCIAL

 La Asociación Española de Pediatría determina que entre el 6% y el 8% de los niños y adolescentes no toman nada para desayunar antes de ir a colegio, un dato que a la larga puede elevar las cifras de obesidad infantil. Este hecho es muy grave, puesto que después de más de ocho horas de sueño, en las que no se ingiere nada, el cuerpo necesita ‘cargar pilas’ con un buen desayuno para afrontar el día con energía.

DESAYUNO SANO Y EQUILIBRADO

Lácteo: un vaso de leche, un yogur o un trocito de queso fresco.

Fruta: puede ser natural o en zumo, aunque conviene evitar los zumos envasados, porque contienen azúcares añadidos.

Cereales: pan, galletas, copos… aportan glucosa, que ayuda a la concentración.

Aceite de oliva: ideal como complemento para el pan.

Acompañamiento: se pueden complementar los cereales con mermelada o embutido bajo en grasa.

Si los niños acuden a clase sin desayunar se mostrarán cansados y somnolientos, y esto influirá de manera negativa en su atención, concentración, memoria e, incluso, en su actitud. Además, como tendrán hambre, es más fácil que acaben comiéndose alguna ‘chuche’ o una pieza de bollería industrial, alimentos poco recomendables por producir grandes altibajos en los niveles de glucosa.

FAST FOOD: CUIDADO CON LA 'COMIDA RÁPIDA'

Todo el mundo sabe que un exceso en el consumo de comida rápida puede ser perjudicial para la salud. Es cierto que a muchos niños les gusta este tipo de comida pero, como las chuches, deben reservarse para días especiales. Debemos apostar por una dieta sana y equilibrada a diario.

 Para desayunar y merendar, las recomendaciones son tomar una pieza de fruta, un bocadillito con pavo, jamón, queso o embutido y, si quieren bollería, que sea casera. Si evitamos los preparados industriales y alimentos como patatas fritas y otros derivados, contribuiremos a una mejor salud para los más pequeños.

AGUA

La mayoría de las personas, también los niños, beben menos agua de la necesaria para una correcta hidratación del organismo. Y si no estamos bien hidratados, podemos tener problemas digestivos, dolores de cabeza o falta de concentración. Por tanto, es un componente imprescindible para el correcto rendimiento académico.

 Su consumo recomendado está entre los 1,5 y los 2 litros al día. Si a los niños les cuesta beber toda el agua necesaria, podemos sustituirla por zumos naturales o más fruta. Y debemos evitar, en la medida de lo posible, los refrescos y los zumos envasados.