¿Qué comer en verano? Estos son los alimentos de temporada
Comer lo que la tierra o el mar nos ofrecen en cada estación no es solo más sano, sino también más económico sostenible. En verano la huerta eclosiona y nos deja un buen número de frutas, verduras y hortalizas de temporada que nos servirán para preparar platos frescos y ligeros con los que hacer frente a las altas temperaturas.
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En verano nuestro cuerpo necesita menos calorías y más agua. Las altas temperaturas propias de estas fechas hacen necesario que nos hidratemos más de lo habitual. Las frutas y verduras de esta época se caracterizan por un elevado contenido en agua y un importante aporte de fibra, que hacen que nuestro organismo reciba todos los nutrientes necesarios para abrir nuestro apetito sin que las digestiones sean pesadas.
Si hablamos de frutas, el puesto a ‘reina del verano’ se disputa entre la sandía y el melón. La sandía es la fruta que más agua contiene, casi un 93%, pero además es rica en antioxidantes, vitaminas y minerales, muy beneficiosos para el corazón. Junio, julio y agosto son los mejores meses para su consumo. Por su parte, el melón alarga su temporada un poco más, hasta septiembre podremos saborear esta fruta saludable que solo aporta 26 kcal por cada 100 gramos. El melón destaca por ser rico en vitaminas A y E, ésta última antioxidante y protectora que ayuda a prevenir el cáncer y la aparición de enfermedades cardiovasculares. El melón también actúa como laxante y diurético y ayuda a neutralizar la acidez. Añadir sandía al gazpacho, preparar helados de sandía y melón o agregarlos en trozos a las ensaladas son otras formas más originales de consumirlas, además del consumirlas directamente sin ningún otro acompañamiento.
Los melocotones son también propios del verano. A finales de abril ya podemos ver los primeros, aunque es de mayo a septiembre cuando están más sabrosos. El melocotón es una fuente de beneficios para nuestra salud. Contienen vitaminas A, B1, B2, B6 C, ácido fólico y minerales como potasio, calcio, fósforo, hierro, cobre, magnesio, manganeso, selenio, zinc, azufre y cloro. También es rico en antioxidantes y fibra y su aporte calórico es bajo. También los meses de verano es cuando ciruelas, albaricoques y nectarinas están en su mejor momento. Las cerezas están terminando, aunque todavía podremos disfrutar de ellas hasta prácticamente el mes de julio.
También los meses de verano es cuando ciruelas, albaricoques y nectarinas están en su mejor momento
Si el melón y la sandía son las reinas del verano, el rey de la estación en lo que respecta a verduras y hortalizas, es sin ninguna duda, el tomate. Aunque podemos saborearlo durante todo el año, es ahora durante la época estival cuando este fruto alcanza su máximo apogeo. Elaborar gazpachos y salmorejos, para muchos los platos estrella de la época estival, con tomates de temporada, es éxito asegurado. Tomarlos crudos en ensalada con un poco de sal y un chorrito de aceite es el inicio perfecto para cualquier cena ligera. Y otra buena opción es hacer acopio de tomates a final de verano para preparar conservas caseras y así disponer de salsa de tomate todo el año. No olvidemos que el tomate es uno de los alimentos más sanos que existen y que menos calorías tienen.
Otras dos hortalizas típicamente veraniegas son el pepino y el pimiento, también presentes en la receta del gazpacho. El primero es muy rico en agua y su ingesta proporciona una gran cantidad de las vitaminas que aportan energía y ayudan al sistema inmunológico. Aunque en muchas casas prefieren pelarlos antes de comerlos, es recomendable consumirlos con piel ya que esta es muy rica en vitamina C.
Respecto al pimiento, sus beneficios son innumerables. Se distinguen por su alto contenido en vitaminas y minerales, ayudan a bajar de peso, depuran el organismo y mejoran la digestión. El betacaroteno que contiene convierte al pimiento en un importante antioxidante. Crudo en ensalada o asado en multitud de platos, es un complemento idóneo en nuestra dieta para estos meses. Nuestra cesta de la compra podemos complementarla con calabacines, remolacha y nabos.
¿Y en el mar?
Aunque durante todo el año podemos encontrar en la pescadería prácticamente cualquier especie marina, también el mar tiene sus ciclos. En Valencia, solo de mayo a septiembre, podemos degustar la clotxina, un mejillón más pequeño y con una carne más fina y sabrosa que sus hermanos gallegos y catalanes. Estos meses son también idóneos para atiborrarse de crustáceos de todo tipo: gambas, langostinos, cigalas y langostas pueden acompañar nuestras cenas veraniegas.
Las sardinas son otro de esos clásicos que no puede faltar en las noches de julio y agosto. Asadas, en su versión más tradicional o marinadas para tomarlas en tostas o ensaladas, son deliciosas y aportan muchos beneficios al ser ricas en ácidos grasos insaturados Omega-3, lo que se conoce como grasa buena. Están indicadas para reducir los niveles de colesterol y los triglicéridos y se recomiendan para prevenir enfermedades cardiovasculares. Junto a las sardinas, otros pescados azules como el bonito y los boquerones están en su momento.
Sandía y melón, frutas veraniegas por excelencia
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