Canónigos: propiedades interesantes

Los canónigos cuentan con propiedades excelentes, aportando numerosas vitaminas y nutrientes muy beneficiosos para el organismo. ¿Las descubrimos todas?

Los frescos

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También conocidos como “hierba de gatos” por su olor (que atrae a los felinos), los canónigos son uno de los productos más comunes en cualquier supermercado y uno de los alimentos más empleados en multitud de recetas. Los canónigos pertenecen a la familia de las valerianáceas, una hierba que se distingue, en concreto, por la peculiar disposición de sus pequeñas hojas verdes en forma de ramilletes o rosetas. Esta hierba es pequeña (de 10 a 30 centímetros de altura) y sus hojas redondeadas; cuanto más pequeñas, más tiernas y sabrosas. 


Como curiosidad, debes saber que los canónigos comenzaron a consumirse como parte de la dieta campesina hace ya unos cuantos siglos. De hecho, este alimento debe su nombre a que, durante la Edad Media, eran cultivados y consumidos por los clérigos en los conventos cristianos. A partir de finales del siglo XX comenzó a incrementarse su consumo entre toda la población hasta el día de hoy. Y es fácil saber el motivo, puesto que sus cualidades son muy reconocidas y laureadas.


Así, los beneficios de los canónigos son diversos. Desde el punto de vista nutritivo, los canónigos destacan por ser una fuente de minerales como el yodo y potasio, y de vitaminas, como vitamina C, A y B6, además de tener un escaso aporte calórico. Pero no solo eso: gracias a su aporte en vitamina C, tienen un gran poder antioxidante. La vitamina A contribuye al mantenimiento de las mucosas, la piel y la visión en condiciones normales, y la vitamina B6, a la formación normal de glóbulos rojos. Además, su contenido en potasio ayuda a mantener la tensión arterial en condiciones normales, y su aporte de yodo contribuye a la producción normal de hormonas tiroideas.


Entre los canónigos destacan las propiedades, mientras que las contraindicaciones prácticamente son inexistentes. Como lo oyes (o mejor dicho, lo lees): no se conoce ninguna contraindicación de este tipo de hierba que, además de en platos veraniegos y frescos, puede ingerirse de distintas (y sabrosas) formas. 


Recetas que llevan canónigos

Puede que no hayamos caído en ello porque estamos habituados a ingerirlos frescos, pero los canónigos cocinados, en realidad, se presentan como una gran manera de consumirlos también de forma cotidiana. Y es que además de en ensaladas, los canónigos y sus propiedades se pueden disfrutar durante todo el año y prácticamente a gusto del consumidor. Cabe recordar, eso sí, que la conservación de canónigos es reducida, así que conviene tenerlo en cuenta para sacarles todo el partido posible cuando los compremos. 


Por ejemplo, los canónigos se pueden hacer en deliciosas cremas, salsas y sopas, o se pueden añadir a la pizza una vez esté hecha (y después de haberla espolvoreado con parmesano rallado). Su sabor va perfecto con carne, pollo o pescado, lo que demuestra su extraordinaria versatilidad. Incluso la tortilla de canónigos es tremendamente fácil de hacer y, con unas rodajas de tomate de acompañamiento, resulta tan sencilla como saludable para resolver cualquier cena. 


Ahora que conoces todos los beneficios de los canónigos solo queda poner en práctica las recetas que hacen de este producto una estrella. Los canónigos, por todas sus propiedades, seguro que se quedan como un producto recurrente en tu lista de la compra.