Cómo hacer granizado en casa

¿No sabes cómo hacer granizado? En verano es la forma perfecta de recibir a tus familiares y amigos y disfrutar de una bebida refrescante. ¡Te enseñamos!

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Con la llegada del verano, las bebidas bien fresquitas comienzan a inundar nuestra nevera: helados, zumos y, cómo no, granizados. Y es que esta fórmula, un clásico de la restauración en la temporada estival, puede ser fácilmente replicable en casa. La receta del granizado (que se cree que se consumía ya en la Mesopotamia del siglo XIX aC) resulta la perfecta combinación de saludables y apetecibles frutas para esos días especialmente calurosos.


¿Cómo hacer granizado? Fácil: solo necesitaremos hielo (esto es, agua congelada) y frutas. Las que queramos. Hacer granizado en casa, además, nos ayudará a controlar con mayor exactitud la proporción de azúcar, que seguramente sea más alta en los elaborados industriales. Y a estas alturas ya sabemos que no es lo mismo consumir la fruta sin procesar (que hace que tomemos, además de fructosa, fibra o vitaminas) que tomarla en zumo, en cuyo caso eliminaremos de la ecuación otros nutrientes. Por ello, ante la duda, merece la pena invertir en este plato tan sencillo, resultón y refrescante.


Para saber cómo hacer granizados caseros solo tenemos que atender a dos cuestiones: las dos formas principales que existen a nuestra disposición para prepararlos. La primera variante (la más recomendada) consiste en trocear las frutas, colocarlas en un recipiente y meterlas en el congelador. Una vez estén congeladas, las sacaremos, las pondremos en una batidora y añadiremos un poco de azúcar (sin pasarnos). También podremos añadir agua fría si cuesta trabajarlo e, incluso, algún zumo de otra fruta de las que hayamos escogido inicialmente. Solo nos quedará picar hasta tener la consistencia deseada y servir lo más rápido posible.


Otra manera de hacer granizado casero es añadir a una batidora cubitos de hielo directamente, el zumo exprimido de la fruta que hayamos elegido y azúcar. Habrá que repetir el proceso, es decir, picarlo todo hasta lograr la consistencia que queramos. Incluso tenemos como alternativa congelar directamente el zumo exprimido y después triturarlo en la batidora en lugar de usar cubitos; eso sí, esto hará que el sabor de nuestro granizado sea bastante más intenso (y quizá más adecuado para granizados de limón o naranja).


Cómo hacer granizado de café, sandía y otros

Algo muy positivo de los granizados es que prácticamente cualquier fruta se presta a ello, lo que hace que tengamos un abanico muy amplio de posibilidades. Cómo hacer granizado de sandía es una de las preguntas habituales, puesto que es una de las frutas que más contenido en agua posee, y una de nuestras grandes aliadas, especialmente en verano. 


Para preparar nuestro granizado de sandía (al que podemos añadir limón, para darle un toque ácido), tendremos que cortar la sandía en dados y retirar las pepitas. Después, guardaremos dichos trozos en el congelador durante unas cuatro horas. Mientras tanto, exprimiremos un limón y reservaremos su zumo. Lavaremos también unas hojas de menta que añadiremos a la mezcla. Introduciremos la sandía congelada en el vaso de la batidora y añadiremos hielo, el zumo de limón, las hojas de menta y un poco de azúcar. Lo trituraremos hasta obtener la textura del granizado y lo verteremos, a continuación, en los vasos. 


Y no solo el granizado de frutas ocupa un lugar destacado de nuestras recetas veraniegas. El granizado de café supone otra receta a la que prestaremos atención. ¿Cómo hacer granizado de café? Te lo contamos: habrá que empezar haciendo una buena (y bien cargada) cafetera, algo más recomendable que optar por café soluble y agua, que tendrá menos sabor. Mientras sube el café, calentaremos unos 100 ml de agua y disolveremos unas 3 cucharadas de azúcar. Removeremos y lo dejaremos reducir durante aproximadamente 5 minutos hasta obtener un almíbar que mezclaremos con el café. Agregaremos, a continuación, zumo de limón y lo mezclaremos bien todo. Probaremos y rectificaremos el azúcar si es preciso. 


Una vez tengamos esta mezcla, la meteremos en un táper o una bandeja y lo congelaremos durante 2 horas. Transcurrido este tiempo, romperemos los cristales de hielo que se habrán formado utilizando un cuchillo afilado o un tenedor (y yendo, por supuesto, con cuidado). Volveremos a introducirlo en el congelador y repetiremos la operación cada 30 minutos hasta que el resultado sean unos pequeños cristales similares al hielo picado. Conforme lo vayamos haciendo, veremos que el color de la mezcla será cada vez más dorado y menos oscuro. Por último, solo tendremos que servir nuestro granizado de café y disfrutarlo. 


¿Granizado o sorbete?


El granizado y el sorbete se diferencian fundamentalmente en un punto: su textura. Mientras que el granizado es una bebida helada que se sirve cuando el hielo está cristalizado, el sorbete se sitúa a medio camino entre el granizado y el helado, y no es apreciable, en su composición, el hielo. ¿Cómo se hace el sorbete? Si ya te lo estás preguntando, no te resultará nada difícil.


El procedimiento habitual es hervir, en primer lugar, agua y azúcar durante unos 5 minutos para obtener almíbar (igual que en el granizado de café). Algo que nos puede ayudar en la preparación de un sorbete es la pectina que tienen algunas frutas, como por ejemplo el mango. La pectina, en presencia de agua, se convierte en algo parecido a un gel, lo que hace que actúe como espesante. En los sorbetes es muy útil, ya que controla la formación de cristales y además juega a favor del sabor. 


Para preparar un sorbete de mango, por ejemplo, necesitaremos hervir el agua y el azúcar y reservar. Después, agregaremos zumo de limón al almíbar (ya frío), y cortaremos y pelaremos el mango. Pondremos el almíbar en el vaso de la batidora y echaremos el mango troceado. Lo trituraremos, a continuación, hasta obtener un puré muy fino, que colaremos para deshacernos de las hebras del mango. Nos aseguraremos de que la mezcla obtenida sea homogénea. 


El siguiente paso será colocar el puré dentro de un táper y congelarlo durante al menos unas 2 horas. A continuación ya estará listo para consumir. Podremos decorarlo, para darle un último toque, con una hoja de menta y trocitos de mango.