Apuesta por una decoración hygge esta Navidad
¿Te gustaría que esta Navidad fuera la más feliz? Si la respuesta es sí, apuesta por una decoración hygge. Con estos tips sorprenderás a tus invitados.
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¿Qué es el estilo hygge?
Hygge es una palabra danesa para describir una sensación, un momento y una experiencia a la vez. Según Meik Wiking, autor del libro Hygge, La felicidad en las pequeñas cosas, el hygge “consiste en estar con las personas que amamos. Una sensación de hogar. Sentirnos seguros, protegidos del mundo y permitirnos bajar la guardia. Ya sea teniendo una conversación sin fin sobre las pequeñas o grandes cosas de la vida –o solo estando a gusto en compañía del otro en silencio–, o sencillamente disfrutando una taza de té a solas.” Lo que se podría traducir como el bienestar del “aquí y ahora”, dejando el estrés de lado.
Este concepto se asocia con uno de los secretos de la felicidad; de hecho, Dinamarca, país originario de este concepto, es uno de los más felices del mundo y el hygge parece contribuir a ello.
¿Por qué una Navidad hygge en casa?
La Navidad en sí es un momento muy hygge, con sus reuniones familiares, la preparación de las fiestas, la decoración de la casa, el ambiente especial que se crea, etc. Pero, además, la Navidad hygge nos protege del estrés general y del estrés consumista del que estamos rodeados, sobretodo en este periodo del año.
La Navidad hygge nos protege del estrés general y del estrés consumista del que estamos rodeados
Ideas de decoración hygge
Para conseguir la calidez del estilo hygge y crear un ambiente acogedor y tranquilo, debemos optar por una decoración que prime la madera, la sencillez y las luces tenues en los elementos navideños “puros“, como el árbol. También debemos buscar tejidos suaves y calentitos, detalles cuidados, un cierto minimalismo y mucha naturaleza.
• El árbol: un abeto con 3 elementos básicos puede convertirse en un éxito. Basta con utilizar figuritas pequeñas, unas luces y una estrella de madera en la cumbre. Puedes combinar diferentes estilos, dándole tu toque personal, pero sin recargar demasiado el árbol.
• Estantes y muebles: aprovéchalos para añadir elementos decorativos acordes a tu estilo: guirnaldas, pequeñas luces en algún espejo, mantas para sillones y sofás, etc.
• La mesa: es un elemento imprescindible para transmitir ese espíritu hygge a todos los comensales. Utiliza un mantel de tela bien planchado; elige un centro de mesa bonito, con 3 o 4 elementos, que permita un buen manejo de platos a todos los que estén sentados en la mesa; apuesta por una vajilla diferente a la habitual, sin grandes pretensiones, pero ten en cuenta que solo cambiando los platos la mesa adquirirá un aire diferente; cuida también los pequeños detalles: haz etiquetas con los nombres de los comensales, utiliza un salero y un pimentero bonitos, saca el agua en una jarra, presenta el vino con un decantador, utiliza unas servilletas bonitas, etc.
• La puerta de entrada: cuelga una corona, un adorno DIY, una estrella o un calcetín. Aunque te parezca una tontería, son estos toques los que marcan la diferencia.
6 factores para crear un ambiente hygge infalible
1. El sabor: saborear sin prisas, utilizando nuestros sentidos para disfrutar de cada bocado, del momento y de la familia. No hay nada más hygge que esa sensación. No hace falta crear un menú sibarita, existen multitud de recetas sencillas que harán las delicias de todos los presentes.
2. El olor: chocolate, canela, bizcochos… ¿La felicidad navideña tiene un olor para ti? Cada uno tiene sus propios códigos en este sentido, ese olor que solo tú sabes que te reconforta. Disfrútalo cuando llegue el momento.
3. Los sonidos: piensa en aquellos sonidos característicos para ti durante esta fecha. La lluvia, las risas de los niños, el ruido de la leña al quemarse, etc. Eso también forma parte de la Navidad hygge.
4. El tacto: el tejido de tu manta preferida, la taza de cerámica de tu abuela, la fuente de los postres caseros de tu madre… ¿Cuál es para ti el tacto de la Navidad?
5. La luz: utiliza velas para crear un ambiente cálido y relajado, regula la intensidad de la luz para hacer las estancias más acogedoras… Con pequeños gestos podemos conseguir grandes cambios.
6. Presencia y gratitud: vive el presente, el “aquí y ahora”, encuentra el placer de las pequeñas cosas (un buen libro, la música que te gusta, regar tus plantas favoritas, tomarte un té en la terracita, etc.). Y, después, agradece el placer de poder vivir esos momentos, es muy reconfortante.
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