Consejos para dormir bien con el calor del verano

Descubre cómo dormir con el calor del verano: consejos para mantener tu habitación fresca, elegir ropa de cama adecuada y mejorar tu calidad del sueño.

Salud y BELLEZA

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Las altas temperaturas pueden hacer de las noches más bonitas del año una auténtica pesadilla. El termómetro alcanza valores muy altos en plena madrugada y nos supone un auténtico reto conciliar el sueño.

La temperatura ideal para tener un descanso óptimo oscila entre los 19ºC y los 21ºC. Aunque hay que tener en cuenta que la sensación térmica de cada persona es diferente, ya que contribuyen otros factores como la ropa que uno lleva para dormir, los medicamentos que haya tomado, la rutina previa al sueño, etc.

El calor no solo te impide dormir. Las altas temperaturas también contribuyen a tener un sueño más superficial. ¿Y en qué deriva esto? Más cansancio por la mañana, menos productividad, aparición de problemas de salud, etc.

Para que te sea un poco más fácil pegar ojo este verano, anota estos trucos para dormir con calor:

  • Lo primero es hacer todo lo posible para evitar que la habitación se caliente durante el día: esto podemos evitarlo escogiendo la habitación más aislada de la casa y manteniéndola fresca cerrando ventanas, puertas y persianas durante el día. Cuando cae la noche, la temperatura exterior suele bajar, por lo que será el momento de abrirlas y crear una pequeña corriente de ventilación en la habitación que, además, refrigerará toda la casa.
  • Utiliza sábanas frescas para el verano: es importante escoger ropa ligera de cama, ya que las fibras naturales absorben mejor el sudor que las sintéticas, y usar pijamas de verano. Estar lo más frescos posibles nos ayudará a conciliar antes el sueño.
  • ¿Es posible enfriar la cama? En parte sí: coge una bolsa de hielo del congelador, envuélvela en un paño de cocina y colócala en la cama donde te resulte más cómodo. Para un alivio más instantáneo, ponte una bolsa de hielo en los puntos de pulso de las muñecas, el cuello, los codos, las ingles, los tobillos e incluso detrás de las rodillas.
  • La hidratación es clave: bajar la temperatura del cuerpo es de gran ayuda en el momento de meternos en la cama. Darse una ducha con agua tibia antes de dormir no solo te hidrata, sino que te hace sentir más fresco. Y sí, decimos tibia porque es muy importante que no sea con agua fría. La ducha caliente aumenta la humedad del ambiente y cuanta más humedad haya en el ambiente, más difícil será que nuestro sudor se evapore y que esa evaporación reduzca nuestra temperatura.

El resto de ideas que podemos encontrar son consejos básicos y fundamentales como la importancia de hidratarse durante el día, no abusar de las cenas copiosas y evitar el alcohol antes de irnos a la cama, ya que es un deshidratante natural y, por eso mismo, contribuye al problema. También es recomendable desenchufar los aparatos eléctricos de tu habitación o mantenerse alejado de los dispositivos electrónicos, y leer un libro relajante o hacer ejercicios de respiración inducirán fácilmente el sueño.