Descubre el origen de los dulces de Navidad

Turrón, peladillas, polvorones, mazapanes... Todos estos dulces nos trasladan a esa época del año, pero ¿conoces el origen de estos dulces típicos navideños?

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Hoy en día nadie concibe una Navidad sin los tradicionales dulces navideños tan extendidos por toda la geografía de nuestro país. Además de los más típicos como el turrón, los mazapanes, mantecados, polvorones o el roscón de reyes, cada zona tiene sus propios, como es habitual en la cocina y repostería española. Pero la realidad es que, en la actualidad, nadie se pregunta cómo surgieron estos dulces que hoy encontramos en los lineales de los supermercados, y que antiguamente se elaboraban en las propias casas


¿Cuál es el origen de los dulces típicos de Navidad?

Aunque la mayoría tienen su origen en la gastronomía árabe, no se sabe exactamente en qué momento se empezaron a elaborar. Los primeros datos que se tienen es que durante los siglos XVIII y XIX se extendió el consumo de los dulces navideños hasta convertirse en una costumbre totalmente asentada en numerosos países.

En España, la variedad existente es amplísima y muchas de sus recetas navideñas han sido exportadas a zonas de Hispanoamérica. Algunos historiadores apuntan a un origen religioso: durante la celebración de la Navidad y la Epifanía de los Reyes Magos, muchas comunidades limitaban su consumo de carne a favor de alimentos también elaborados a base de trigo que simbolizaban una comunión con Cristo. A este ingrediente principal del trigo, se le fueron añadiendo otros como la miel, las almendras, el chocolate, los huevos, etc., hasta dar origen a un gran abanico de dulces.



1. Turrones. Existen varias versiones acerca del origen de este dulce, ya que su origen se remonta a muchos siglos atrás. Parece ser que los griegos consumían algo parecido que proporcionaba energía a los deportistas durante las Olimpiadas: una mezcla de miel con frutos secos. Pero fueron los árabes los que trajeron este postre a las costas del Mediterráneo, en particular a España y a Italia. La versión española del turrón nace en la provincia de Alicante alrededor del siglo XV. Actualmente, cuando oímos hablar de la denominación Turrón de Jijona (textura blanda) o Turrón de Alicante (textura dura), es porque están dentro de la IGP (indicación geográfica protegida) que, además, está certificada por el Consejo Regulador de Jijona.

2. Mazapanes. Cuentan los historiadores que el mazapán lo inventaron las monjas del convento de San Clemente de Toledo. Tras la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, la ciudad se quedó sin trigo y, para paliar la hambruna, las monjas mezclaron lo único que tenían en sus despensas, almendras y azúcar. Con esta pasta dulce y suculenta dieron de comer a mucha gente.

3. Polvorones. Son dulces elaborados a base de manteca de cerdo o mantequilla que se mezcla con harina y otros ingredientes como la canela, el vino o el limón. Al contrario de los mazapanes o turrones, que cuentan con recetas desde el siglo XVI, los polvorones son mucho más modernos y aparecen en muy pocos documentos anteriores al XIX.

4. Mantecados. Su origen se remonta al siglo XVI en el convento de Santa Clara de Estepa, donde se conservan referencias a la elaboración de «mantecados de Estepa» con recetas antiguas, y donde incluso tuvieron confiteros contratados para atender la demanda que les llegaba de Sevilla o Madrid.

5. Pastelitos de boniato. Tienen su origen en la Comunidad Valenciana, en la época de Al-Andalus, momento en el que se creó una nueva forma de dulcificar la caña de azúcar y que dio paso a una etapa de esplendor de la repostería. Estos pastelitos son una especie de empanadilla dulce con confitura de boniato en su interior y son un clásico en las sobremesas de Navidad.

6. Rollitos de anís. Acompañan a los pastelitos de boniato en las bandejas de dulces navideños. Típicos de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, estas pastas tienen su origen en la antigua Roma y se extendieron por buena parte del Mediterráneo. La masa es muy similar a la de los pastelitos de boniato, siempre regada con un buen chorro de anís seco.

7. Roscón de Reyes. Es el último dulce navideño en llegar a nuestras mesas, aunque, según los historiadores, es un pastel que ya se consumía en el siglo II a. C., cuando se celebraban las Saturnales, un festejo pagano en honor a Saturno, el dios de las cosechas. Con la llegada de la religión cristiana, las fiestas paganas desaparecieron. Siglos más tarde, la tradicional torta regresó a España y Francia de la mano de Felipe V, aunque ya no con la misma simbología. Pero no fue hasta mediados del siglo XIX cuando se eligió la tradicional fecha del día de Reyes para ser degustado, creando alrededor de este riquísimo dulce toda una parafernalia con las características que actualmente conocemos.