Cuando la manía se convierte en obsesión

¿Qué hacer cuando las manías se agrandan? ¿Cómo sabemos si una manía se ha convertido en un TOC? Descubre con nosotros las manías más comunes en niños.

Cuidado infantil

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No pisar las rayas del suelo, contar siempre el número de cubiertos de una mesa, tener un «boli de la suerte» para los exámenes, ordenar las cosas siempre de la misma manera… ¿Os suena alguna de estas conductas? Los niños tienen mil y una costumbres, rituales y manías, que suelen repetir muy a menudo y que les ayudan a controlar los acontecimientos externos. A medida que el niño crece, este tipo de conductas suele desaparecer, pero en algunas ocasiones hay manías que se refuerzan y empiezan a interferir en la vida del niño, pasando de la costumbre a la obsesión.

Así, una obsesión se define como una idea o pensamiento repetitivo, inquietante, desagradable y no deseado, que surge de forma incontrolable y reiterada en la mente del niño. Esto puede llegar, incluso, a causarle temor y ansiedad y se puede manifestar a cualquier edad. 

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Lo normal es que este tipo de manías desaparezcan con la edad, así que debemos afrontarlas con mucha paciencia y aceptarlas hasta que vayan disminuyendo en el tiempo, intentando no fomentarlas ni recordarlas.

Las conductas rituales tienen un significado especial para quien las realiza. Suelen ser irracionales, pero son útiles porque alivian la tensión y transmiten tranquilidad. El hecho de que las cosas permanezcan estables en su entorno consigue hacerles pensar que tienen control sobre lo que les pasa. 

Pero, cuando la frecuencia de una manía va ocupando cada vez más parte del tiempo (más de 1 hora diaria) y si cuando deja de hacerlas sufre una ansiedad elevada en forma de llantos, gritos, agresividad hacia él o hacia los demás, se recomienda acudir a un profesional para valorar la presencia de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Muchos padres lo dejan estar, pensando que son «cosas de niños» y que ya se les pasará, pero tratar estas conductas a tiempo les puede evitar muchos problemas.


¿Qué hacer si creemos que nuestro hijo tiene algún TOC?

Es importante para el pronóstico del niño que se realice un diagnóstico precoz, y la implicación de los padres es fundamental para que el tratamiento funcione y la evolución del TOC sea favorable. De hecho, muchos padres se convierten en una especie de coterapeutas, ayudando a eliminar o limitar las manías.

Por tanto, si observas que tu hijo tiene alguna manía que ha evolucionado y cada vez es más evidente y prolongada en el tiempo, no dudes en acudir a un profesional. El TOC responde al tratamiento farmacológico y a la psicoterapia cognitivo-conductual (exposición con prevención de respuesta, reversión del hábito), que consiguen recuperar la calidad de vida del niño.