Cómo cuidarse a partir de los 40 años: 5 rutinas esenciales

Descubre las cinco rutinas esenciales para cuidarte después de los cuarenta años. Te contamos los mejores consejos para mantener tu bienestar y vitalidad.

Salud y BELLEZA

Comparte


La década de los cuarenta es, para las mujeres, sin lugar a dudas, una época de cambios físicos y psicológicos, ya que, para muchas empieza el periodo de la transición a la menopausia y el cuerpo empieza a sufrir una serie de transformaciones, entre ellas, cambios hormonales. Por este motivo, es muy importante que a partir de los cuarenta adaptemos nuestros hábitos a esta nueva etapa. Y no solo nos referimos a los hábitos fitness que debemos tener a partir de esta edad, sino que hablamos de hábitos alimenticios y de bienestar.

1. Ejercicio

Empezar con rutinas fáciles para ir adquiriendo la práctica de hacer ejercicio de forma habitual. No hace falta que sea un ejercicio de alto riesgo ni intensidad, pero la actividad física frecuente nos ayudará a hacer frente a la pérdida de masa muscular, a favorecer la salud ósea y a prevenir enfermedades cardiovasculares. Lo ideal es combinar ejercicios aeróbicos y de fuerza, al menos cuatro días a la semana.

2. Alimentación

Valorar la calidad, pero también la cantidad de alimentos que ingerimos. Lo ideal a partir de los cuarenta años es intentar reducir el volumen de grasa corporal, no solo para un efecto estético, sino también por salud y disminuir el riesgo de sufrir colesterol. Por eso, además de controlar la calidad de los alimentos, debemos controlar la cantidad y apostar por alimentos ricos en proteínas, en omega 3, fibras solubles, calcio y vitamina D.



3. Limpieza de la piel

Para mantener una piel radiante y que los productos que nos apliquemos hagan todo su efecto, debemos hacer una limpieza profunda en el cutis dos veces al día. Para ello, por las noches y antes de empezar con el ritual de hidratación, haremos una doble limpieza. Esta técnica consiste en usar dos tipos de producto para limpiarnos. Uno, leche limpiadora o aceite, para retirar la suciedad oleosoluble que solo se arrastra con bases de aceite, es decir, con maquillaje o protectores solares; y otro limpiador para las impurezas hidrosolubles como las partículas de polvo y las células muertas. Y por la mañana, ya únicamente podemos usar el limpiador para retirar el exceso de producto aplicado por la noche y empezar de cero.

4. Cuidado de la piel

  • Antioxidantes: protegen la piel de los radicales libres y ayudan a corregir los signos visibles de la edad, unifican el tono y ayudan a reducir manchas.
  • Ácido hialurónico: mantiene la correcta estructura de la piel y ayuda a minimizar la aparición de líneas de expresión y arrugas, además de promover la elasticidad y firmeza de la piel. 
  • Retinoles: ayudan a promocionar la síntesis de colágeno, por lo que mejoran la textura y la luminosidad de la piel, e incrementan la hidratación.
  • Hidratación: para preservar que los niveles de agua de la piel estén equilibrados y que la barrera protectora se vea más fortalecida y flexible.
  • Protección solar: para proteger la piel de los daños oxidativos del sol, que provocan deshidratación y manchas. Además, lo ideal es elegir un buen protector solar facial con tratamiento antiarrugas.

5. Descanso

El descanso es el momento en el que nuestro cuerpo aprovecha para regenerarse. Es por eso que es de vital importancia tener un buen descanso para poder estar bien, tanto a nivel físico como psicológico. Asegurarnos rutinas de sueño continuo de ocho horas será uno de los principales retos al que nos enfrentaremos, debido a los numerosos impactos digitales a los que estamos expuestos continuamente.