Cómo hacer tomates secos
¿Quieres saber cómo hacer tomates secos desde casa? ¡El verano es el mejor momento para elaborarlos! Solo tienes que seguir estos sencillos pasos.
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Nos gustan frescos, fritos y, por supuesto, deshidratados. Hablamos (no podía ser de otra forma) de los tomates. Los utilizamos para cualquier ensalada, fritos (en salsa) para acompañar multitud de platos y, claro está, también secos. Los tomates secos, de hecho, son una excelente guarnición para carnes asadas, o para canapés y tentempiés. Funcionan estupendamente también con la pasta, las ensaladas y las tostas o las focaccias, e incluso para preparar pesto rojo. Prácticamente no hay nada que se les resista.
¿Cómo hacer tomates secos? Pues bien, existen varias formas de poder disfrutar de este ingrediente. Lo fundamental es saber cómo deshidratar el tomate, ya que, como estarás imaginando, para disfrutar de esta receta tendremos que someterlo a altas temperaturas. Eso es clave, además de incorporar aceite, albahaca, ajo, tomillo y otras hierbas aromáticas para que quede delicioso.
Como te adelantábamos, hay distintas formas de conseguir estos suculentos tomates deshidratados. Eso sí, si te preguntas cómo preparar tomates secos, debes saber antes que nada que todos estos procesos requieren una dosis extra de paciencia, puesto que se necesitan invertir largas cantidades de tiempo para que queden sabrosos. Para ello, por cierto, también será esencial escoger tomates de tamaño y color uniformes, que garantizarán el éxito de la receta. Los más adecuados serán los tomates de pera y, cuanto más pequeños y dulces sean, más ricos estarán. Pero, sin más preámbulos, descubramos cómo hacer tomates secos.
Cómo hacer tomates secos al horno
Hacer tomates secos al horno no tiene ningún misterio más allá de controlar bien los tiempos. Veamos cómo exactamente:
1. Lo primero que tendremos que hacer es lavar nuestros tomates, cortarlos por la mitad y retirar las semillas.
2. A continuación, los colocaremos en una fuente, donde espolvorearemos con sal y azúcar y dejaremos reposar entre media hora y una hora.
3. Escurriremos el agua que han soltado en el tiempo de maceración y volveremos a colocar los tomates en una bandeja.
4. Los pincelaremos después con aceite y añadiremos hierbas aromáticas y pimientas al gusto.
5. Encenderemos el horno a 60 grados y meteremos los tomates. Tendremos que estar muy pendientes, ya que durante las siguientes tres horas tendremos que escurrirles el líquido que suelten cada media hora.
6. Pasadas esas tres horas, cuando estén casi secos, los colocaremos en una rejilla del horno y los dejaremos unas tres horas más.
7. Pasadas las seis horas, los dejaremos enfriar con la puerta del horno abierta.
8. Una vez tengamos nuestros tomates secos, los usaremos directamente o los conservaremos en aceite.
Esta última parte, precisamente, es muy importante si queremos guardarlos para más adelante. Si te preguntas cómo hacer tomates secos en aceite, tendrás que apuntar también los siguientes pasos:
1. Pondremos un cazo al fuego con agua y cuando rompa a hervir añadiremos los tomates secos. Los herviremos durante unos 20 minutos.
2. Después, escurriremos los tomates y los dejaremos reposar un rato en el colador para que suelten toda el agua y queden lo más secos posibles. Luego, los secaremos con un trapo limpio. Es crucial que estén secos antes de ponerlos en aceite, ya que, en caso contrario, podrían estropearse.
3. Pelaremos unos ajos y los aplastaremos con el canto del cuchillo para que queden machacados (y así suelten todo su aroma).
4. Rellenaremos un tarro de cristal intercalando ajos, tomates, granos de pimienta, orégano y albahaca por capas para que todo quede más repartido. Cuando tengamos todo colocado, lo cubriremos con aceite de oliva virgen extra (los tomates, por supuesto, deben quedar bien sumergidos).
5. Cerraremos el tarro y lo guardaremos en la despensa. Dejaremos que macere un mínimo de 3 días, aunque también se puede dejar una semana perfectamente. Durante ese tiempo, no tendremos que abrirlo para que se impregnen bien todos los sabores.
6. Pasado este tiempo, ya podremos utilizarlo. Una vez abierto, deberemos guardarlo en la nevera (donde podremos conservarlo durante unas 2 semanas).
Cómo hacer tomates secos en microondas
Casi todo lo que se hace en el horno se puede replicar en el microondas. Si quieres saber cómo hacer tomates secos en microondas, no te pierdas esta opción:
1. De la misma forma que antes, lavaremos y cortaremos los tomates por la mitad a lo largo. Los vaciaremos, secaremos su interior y los espolvorearemos con una mezcla de sal y azúcar. Los dejaremos reposar de nuevo para que suelten líquido.
2. Colocaremos la parte carnosa boca abajo en un plato cubierto con papel de cocina (unos cuatro serán suficientes), y después los meteremos en el microondas a temperatura máxima durante 5 minutos. Cuando pase ese tiempo, sacaremos los tomates, los aplastaremos ligeramente con una cuchara o una espátula para quitar el vapor que se forma entre carne y piel, transferiremos los tomates a otras 4 hojas de papel limpias y repetiremos el proceso otras dos veces. En la última iremos controlando más el tiempo para ver el punto de deshidratación que alcanzan los tomates.
3. Posteriormente, volveremos a poner los tomates en el microondas a máxima potencia durante unos 2 minutos, algo que repetiremos en dos ocasiones más. Les daremos la vuelta al final, colocándolos sobre la piel, y, según su aspecto, podremos ponerlos en el microondas otro minuto más o no.
4. Estarán ya listos para consumir o para guardar en aceite.
Cómo deshidratar tomates al sol
La fórmula más tradicional para hacer tomates secos es dejarlos secar al sol. Es cierto, eso sí, que no en todas partes de nuestra geografía hay sol durante tantos días para que queden bien. Puede ser, por otro lado, que no queramos depender de un elemento externo para prepararlos. En cualquier caso, y por motivos climatológicos evidentes, el verano se convierte en la mejor estación para recurrir a esta alternativa si quieres ponerla en práctica.
Para deshidratar los tomates al sol, deberemos lavarlos, secarlos y prepararlos de las formas que hemos visto antes. La diferencia fundamental es que los colocaremos al sol, con las semillas hacia arriba, sobre una superficie plana y limpia (la rejilla del horno, por ejemplo). Lo suyo es proteger los tomates con una mosquitera de tela o similar para que no reciban visitantes inesperados como insectos.
Tendremos que dejarlos secar al sol de 4 a 7 días, y por las noches deberemos retirarlos a un lugar seco hasta el día siguiente para que no reciban humedad. Una vez secos, los dejaremos airear (envueltos en un papel poroso como papel de prensa, o en un canasto) y, cuando estén fríos, procederemos a la fase de conservación.