Flan de coco y leche condensada, un acierto seguro

Si eres un amante de los flanes no te puedes perder esta receta de flan de coco y leche condensada. Su textura y sabor único no te dejarán indiferente. ¿A qué esperas?

Hoy comemos

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Puede que antes resultara un producto exótico y atípico, pero hoy en día el coco es uno de esos alimentos que ha llegado para quedarse. Gracias a su versatilidad, esta fruta de origen tropical se puede degustar al final de una comida o cena, pero también en multitud de platos y recetas. Una de ellas es el flan de coco y leche condensada, una combinación ganadora que seduce por la sencillez de la receta y enamora por su sabor.

Si ya sabes hacer una receta de flan de leche condensada, seguro que añadir coco a la ecuación te resulta muy fácil. Pero, si no es así, no te preocupes, porque te contamos cómo preparar exactamente flan de coco y leche condensada para que triunfes con un postre único, especial y, sobre todo, muy sencillo.

Ingredientes:

300 g de leche condensada, 600 ml de leche entera, 3 huevos y, por supuesto, ¡coco rallado! Por otro lado, para hacer el caramelo que coronará el flan, necesitaremos 200 g de azúcar y una cucharadita de agua.


Elaboración:

Lo primero que tenemos que hacer es el caramelo. Pondremos en una sartén los 200 g de azúcar y un poquito de agua, y esperaremos hasta que adquiera un color dorado (importante, eso sí, que no se queme). Cuando esté listo el caramelo, lo dejaremos esparcido por el interior del molde en el que haremos el flan. Si queremos hacer la receta al baño maría, introduciremos el molde en otro recipiente más grande con agua.

Mientras se enfría un poco el caramelo, batiremos los huevos (como si fuera para tortilla) y añadiremos la leche normal y la leche condensada. Mezclaremos bien para que los ingredientes queden integrados y ¡ya tendremos la masa del flan!

A continuación, verteremos la masa sobre el molde con caramelo. Una vez lo hagamos, en la superficie que quede a la vista, distribuiremos el coco rallado. Después, meteremos el recipiente con agua donde está nuestro molde en el horno a 180 grados durante 45 o 50 minutos, dependiendo del horno.

Cuando haya pasado el tiempo pertinente y esté listo, lo dejaremos enfriar. Podremos optar porque repose un día en la nevera o dejarlo que enfríe durante una hora más o menos. Para sacarlo del molde, solo tendremos que darle la vuelta sobre un plato, de tal forma que quede el caramelo por encima y la masa del flan por abajo.

Debes saber que hacer un rico flan de leche condensada sin horno es posible utilizando, en su lugar, microondas. Por otro lado, otra opción para disfrutar de este delicioso postre es hacer flan de leche condensada con Thermomix.

 

Otras variantes deliciosas para tu receta de flan de leche condensada

 

La receta del flan de leche condensada permite, además, incluir otros muchos ingredientes. ¿Qué tal, por ejemplo, un flan de queso y leche condensada o un flan de café con leche condensada? Si mezclar café con leche condensada ya funciona en un simple vaso, seguro que en un flan estará todavía más delicioso.

 

Cualquiera de estas opciones, además, es muy parecida a la del flan de coco y leche condensada, por lo que, si te ha parecido sencillo realizar esta receta, las otras no tendrán ningún misterio. Si queremos hacer un flan de queso y leche condensada, solo tendremos que añadir queso en crema a la mezcla de los huevos y las leches. El resto de pasos son idénticos.

En el caso del flan de café con leche condensada se hace de la misma forma. En esta ocasión, en lugar de echar queso, echaremos café a la mezcla, para lo que tendremos primero que preparar dos cafés solos bien cargados. Los integraremos junto al huevo, la leche normal y la leche condensada y, de nuevo, repetiremos los pasos: verteremos esta mezcla en un molde cubierto previamente con caramelo y lo dejaremos al baño maría en el horno durante unos 45-50 minutos a 180 grados.

El flan es un postre ligero para el verano cuya textura y sabor hacen que siempre queramos repetir. Con estas recetas, será más fácil que nunca hacer un sabroso flan con el que culminar una comida o cena. ¡Que aproveche!