Propiedades del higo

La higuera es un árbol peculiar. Aunque no sucede con todos los ejemplares, muchas de ellas nos regalan sus frutos dos veces al año, enmarcando, así, los meses de verano. Comienza con las brevas, en junio, que generalmente son más pequeñas y menos dulces, y ya pasado el ecuador de agosto tenemos la segunda cosecha, los higos.

Los frescos

Comparte


Diferentes tipos de higos

Los higos no se deben consumir hasta que hayan alcanzado el punto óptimo de maduración, ya que los verdes contienen una sustancia (líquido blanquecino y lechoso) que puede producir irritaciones o sarpullidos en la piel. Los higos se pueden clasificar en tres grupos según su color.

  • Las variedades blancas presentan en su época de madurez un color blanquecino, amarillento o incluso verde. Los más sabrosos son los amarillos dorados y los amarillos verdosos.
  • Las variedades coloradas incluyen los diferentes higos de color pardo azulado más o menos claro.
  • Las variedades negras incluyen los higos que poseen un color que oscila desde un rojo oscuro hasta totalmente negro, destacando por su calidad los de color negro púrpura.


Valoración nutricional

Después del agua, el componente mayoritario de los higos frescos lo constituyen los hidratos de carbono (glucosa, fructosa y sacarosa). Junto al plátano, la chirimoya y las uvas, el higo es una de las frutas con mayor contenido en azúcares, por lo que se suele recomendar en la dieta de deportistas y en la de personas que desarrollan una actividad física intensa.

Aunque el contenido proteico no es alto, presenta todos los aminoácidos esenciales.

Respecto a la fibra, el higo fresco tiene una cantidad importante, que produce sensación de saciedad y favorece el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento, además de prevenir enfermedades de los aparatos digestivos y cardiovasculares.

No es una fruta rica en minerales, aunque sí presenta una elevada proporción de potasio, y contiene cantidades apreciables de calcio, fósforo y magnesio.


Beneficios de comer higos

  • Aportan energía. Como el plátano, el mango o el caqui, son ricos en hidratos de carbono, por lo que proporcionan energía.
  • Actúan contra el estreñimiento. Por su alto aporte en fibra soluble, contiene aproximadamente un 2%, ayuda a recuperar el tránsito intestinal.
  • Cuidan el intestino. La fibra actúa como prebiótico, favoreciendo la creación de la flora del intestino delgado. Además, ayuda a la digestión de otros nutrientes, sobre todo de los minerales.
  • Favorecen la densidad ósea. Los higos secos aportan 250 mg de calcio por 100 g, mientras que en la opción fresca contienen 38 mg por 100 g. Aun así, se debe moderar su consumo  en casos de sobrepeso y diabetes por su contenido en azúcares.
  • Ayudan a controlar la hipertensión. El higo tiene oligoelementos (fibra, potasio y magnesio) que ayudan a controlar la presión sanguínea. Sin embargo, como ningún otro alimento, tiene en sí mismo efectos curativos.
  • Son antioxidantes. Aportan provitamina A o betacarotenos, que se transforman en el organismo en vitamina A y tienen acción antioxidante.
  • Mantienen los niveles de glucosa. Pueden ser considerados un alimento isotónico, ya que reponen azúcares (sacarosa, glucosa, fructosa) y sales minerales que se pierden en un sobreesfuerzo. Un excelente tentempié cuando has realizado una gran actividad física o mental.



Conservación de los higos

Hay que tener en cuenta que los higos son frutas muy frágiles, lo que hace que tanto su transporte como su conservación en buenas condiciones resulten particularmente difíciles. Al ser una fruta perecedera, no se conservan más de 3 días en la nevera. De todas formas, aunque se conserven en frío es conveniente sacarlos de la nevera un rato antes de su consumo para que el frío no atenúe su sabor.



Composición por 100 gramos de porción comestible    

Valor energético (kcal)

292

Hidratos de carbono (g)

16

Fibra (g)

2,5

Proteínas (g)

1,2

Potasio (mg)

270

Calcio (mg)

38

Magnesio (mg)

20