Calçots rebozados: Cómo hacerlos crujientes 

Los calçots rebozados son una alternativa a los tradicionales que preparamos a la brasa. ¡Dales un toque crujiente y único a tus calçots esta vez!

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Llega la temporada de calçots y los amantes de esta variedad de cebolla tierna preparan desde sus recetas más típicas hasta las más originales. La tradición ya sabemos que se sirve alrededor de las brasas, pero, como no siempre podemos disponer de una llama, existen muchas otras opciones para disfrutar de esta verdura tan deliciosa. Desde calçots en tempura hasta al horno, en tortilla o a la plancha, todas sus variedades sacan el máximo partido a esta cebolla típica catalana. En esta ocasión, repasamos cómo hacer calçots rebozados con un toque crujiente, que sorprenderá a todos y cada uno de tus comensales.

Ingredientes para preparar calçots rebozados y crujientes

Es muy sencillo preparar esta receta de calçots rebozados, una opción culinaria fácil de elaborar, ya que los ingredientes necesarios los encontraremos en cualquier supermercado:

  • 10 calçots
  • 1 huevo
  • 2 cucharadas soperas de harina
  • Agua fría
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de levadura
  • Aceite para freír
  • Salsa para calçots



Cómo preparar calçots rebozados en tempura

Una vez contamos con los ingredientes necesarios para preparar los calçots rebozados en tempura, es importante tener en cuenta que su correcta limpieza va a ser fundamental en la elaboración del plato. Los calçots se cultivan bajo tierra, por lo que es importante limpiarlos a fondo bajo el grifo y eliminar su capa exterior. Una vez bien limpios, los cortaremos dejando únicamente la parte blanca del calçot; si los hiciéramos al horno los cortaríamos de otra manera, pero para hacer calçots rebozados en tempura su corte quedaría tal como indicamos.


1. Empezamos quitando las primeras capas, cortamos la parte verde y los lavamos bien. Ponemos una olla con agua y una pizca de sal. Cuando el agua empiece a hervir, escaldamos los calçots durante dos o tres minutos como máximo. Inmediatamente después, los sumergimos en agua fría con tal de cortar la cocción y los escurrimos bien.

2. A continuación, pasamos a preparar la tempura para posteriormente rebozar los calçots. Es muy sencillo: batimos el huevo y lo mezclamos con la harina, la sal y un poquito de agua fría. La textura que debemos conseguir es parecida a una bechamel de color claro. Llegados a este punto es donde aplicamos el toque mágico, y es que para hacer que queden crujientes podemos añadir una cucharadita de levadura, ya que así el rebozado se hinchará más. Una vez tengamos la tempura lista, la reservamos en la nevera hasta que vayamos a utilizarla.

3. Preparamos una sartén con abundante aceite para freír y metemos los calçots rebozados previamente en la tempura que acabamos de preparar. Es importante que queden bien empapados por ambos lados, de esta manera evitaremos darles la vuelta. Cuando el aceite esté caliente, lo bajamos a fuego suave para que los calçots se vayan haciendo poco a poco sin que se queme el rebozado. La idea es que estén blandos por dentro y crujientes por fuera.

4. Por último, una vez tengamos los calçots fritos, los escurrimos en un papel absorbente para retirar el exceso de aceite. Podemos presentarlos acompañándolos de salsa romesco.

Un plato sencillo, riquísimo y nutritivo donde tus invitados repetirán seguro.