Comer en la playa
¿Quién no ha oído alguna vez que el calor quita el hambre? Nada más lejos de la realidad, tras pasar algunas horas de sol y mar. El apetito hace acto de presencia, y sentados en la arena, y más aún en vacaciones, es fácil dejarse seducir por alimentos poco saludables.
Hoy comemos
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La playa ofrece un sinfín de tentaciones culinarias tanto en los ‘chiringuitos’ como en nuestra propia nevera, en la que muchas veces se olvida que la salud no se toma vacaciones. El kit de playa se llena de bebidas azucaradas, snacks salados, embutidos o bollería, dejando a un lado alimentos ligeros y frescos, más convenientes para esta época.
Los tentempiés y los menús de playa deben reunir ciertos requisitos básicos: ser cómodos, nutritivos, saludables y ofrecer garantías de conservación y manipulación. Te ofrecemos algunas sugerencias para acompañar tu jornada perfecta en la playa con un menú de diez.
Condiciones de transporte
• La nevera portátil debe mantener la temperatura por debajo de los 4ºC con placas refrigerantes o hielo en bolsa.
• Es recomendable tratar de separar las bebidas de la comida. Al hacer calor se consume más líquido lo que supone la apertura permanente de la nevera y la consiguiente pérdida de frío.
• La comida se puede llevar en ‘tupper’ o envases específicos reutilizables para alimentos, y la bebida, en termos o botellas de aluminio.
Selección de alimentos
La mejor estrategia para elegir los alimentos es seleccionar verduras y frutas frescas que brindan agua, minerales, vitaminas y un bajo aporte calórico, y optar por elaboraciones sencillas de trasladar y tomar.
• Cremas frías: las combinaciones aparentemente imposibles entre hortalizas y frutas son una opción sorprendente, apetitosa, nutritiva y, sobre todo, muy refrescante.
• Ensaladas: combinaciones de verduras con patata, maíz, arroz o pasta, frutos secos, semillas, cuyo aliño puede prepararse con aceite y limón.
• Pizzas o tartas saladas: es aconsejable optar preferiblemente por recetas con vegetales Son fáciles de preparar y de comer.
• Sándwiches vegetales: evitando, en la medida de lo posible, las salsas.
• Purés de legumbres, vegetales o frutas: es recomendable el humus, de garbanzos o berenjenas y el puré de aguacate para acompañar crudités de zanahoria, apio o pepino.
• Frutas: en brochetas o dados. La sandía, el melón, los melocotones o las ciruelas son los más indicados ya que están compuestos en un 80% de agua, tienen un alto contenido en fibra y aportan vitaminas.
Además de pensar en los alimentos que llevaremos a la playa, hay que tener en cuenta que la bebida juega un papel fundamental en verano. Lo ideal es optar por agua, limonadas, té frío o batidos de fruta caseros, que incluso se pueden congelar la noche anterior. Esto facilita que mantengan su temperatura, ya que se descongelarán de manera progresiva, pero se mantendrán fríos.
Menú para la playa
Descubre este menú veraniego
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