Propiedades del boniato
El boniato es un alimento rico en hidratos y vitaminas, se puede cocinar de muchas maneras y es un postre o guarnición ideal. ¡Descúbrelo!
Los frescos
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El boniato es una de las joyas que nos trae la llegada del otoño. Este tubérculo, también llamado camote, patata dulce o batata tiene centenares de variedades repartidas por todo el mundo, aunque en España las más comunes son la blanca y la roja, cuyo interior es de un intenso color naranja. Su temporada va de octubre a marzo, meses en los que este vegetal que emerge de la tierra se encuentra en su momento óptimo de consumo.
¿Cuáles son los beneficios del boniato?
El boniato tiene numerosos beneficios y nutrientes para nuestra salud.
Entre sus propiedades se encuentra un alto contenido en ácido fólico, una vitamina esencial para el buen funcionamiento del sistema inmune, el aporte de folatos ayuda a la formación normal de nuestras células sanguíneas y su consumo es ideal para las mujeres, antes y durante el embarazo.
Otra particularidad es su aporte en minerales como el fósforo y el potasio con los que tus huesos y músculos se mantendrán sanos. Es también fuente de vitamina A, que contribuye al metabolismo del hierro, vitamina C, que mejora su absorción y vitamina E protegiendo a las células de procesos oxidativos
¡Añade boniato a tu dieta si quieres un potente antioxidante natural rico en betacarotenos!
Formas de cocinar boniato
Al igual que las patatas, el boniato no puede consumirse sin cocinar. Con la aplicación de distintas técnicas de cocina sobre el boniato podemos lograr decenas de platos, tanto salados como dulces, en lo que el boniato es absoluto protagonista o bien, una excelente guarnición de acompañamiento para carnes, pescados e incluso arroces y otros cereales.
El boniato asado en el horno es, con toda seguridad, la manera más fácil y conocida de disfrutarlos. Simplemente hay que lavarlos, envolverlos en papel de aluminio y dejar que el calor del horno haga su acción. El resultado: un postre dulce, sano y de textura muy agradable, que también puede integrarse en pasteles y bizcochos. Si no se quiere encender el horno, el boniato puede cocerse cortado en rodajas o cubos. Cuécelo pelado y luego, con la carne ya cocida, tritúralo hasta tener un rico puré o mezcla los cubos con otros vegetales, carnes y cereales.
La forma más sabrosa de consumir el boniato es como si fueran patatas fritas. Fríe o saltea bastoncillos de boniato y obtendrás un sustituto de las patatas fritas, mucho más colorido y con un interesante punto dulce que contrasta con otros alimentos salados. Para reducir la ingesta de aceite, el boniato se puede pasar por la plancha, una vez cortado en láminas no muy gruesas.
Las batatas o boniatos son otro de los productos que nos llegaron de las Indias y que rápidamente arraigaron en nuestra cultura culinaria, especialmente en el sur de España, de hecho, a principios del siglo XVII, la batata era conocida en todo el territorio nacional como ‘patata de Málaga’, ya que en esa zona del país fue donde se popularizó su consumo por primera vez.