Tarta de Halloween: una receta de miedo

Prepara una tarta de Halloween escalofriante y divertida con nuestra sencilla receta. Sorprende a tus hijos e invitados con este postre delicioso.

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Ya queda menos para Halloween, también conocido como “la noche de brujas”, una cita donde no pueden faltar los fantasmas, los vampiros y las telarañas. La festividad, conocida mundialmente por la popularidad que tiene en Estados Unidos (allí se celebra por todo lo alto; para muestra, la decoración de la fachada de muchas casas), también ha ido ganando adeptos en los últimos años en todos los puntos del globo terráqueo. También, por supuesto, en España. 


Los orígenes de esta festividad, según los historiadores, se remontan a un ritual celta llamado Samhain, que tiene siglos de antigüedad y que tenía lugar (en eso no ha cambiado nada) el día 31 de octubre, aunque, eso sí, inicialmente duraba tres días. Esta cita ponía fin al verano y anunciaba la llegada de los días cortos y fríos tan característicos del otoño. Las hogueras donde se quemaba la paja eran habituales (se consideraba que repelían la brujería y las enfermedades) y los niños iban de casa en casa rezando por el alma de los muertos. A cambio, recibían dulces. 


Quizá por ello, es lógico pensar en una tarta de Halloween para celebrar este evento tan popular. Teniendo en cuenta que los postres sirven para poner el colofón a cualquier celebración, un pastel de Halloween se erige como la gran apuesta gastronómica para estas fechas. 


Y sí, puedes ir a alguna pastelería que, en Halloween, haya preparado alguna delicia específica, pero no es nada descabellado preparar algo en casa. Hay muchas y variadas tartas de Halloween fáciles que podemos hacer. ¡Vamos a verlas! 


Cómo hacer una tarta de Halloween

Primero, vayamos a lo sencillo, esto es, a las decoraciones que podemos colocar sobre tartas, pasteles o bizcochos que ya sepamos hacer. Para preparar tartas de Halloween originales no necesitaremos invertir ni demasiado tiempo ni esfuerzo, ¡prometido!


Empecemos con la “tarta cementerio”. Sobre una clásica tarta o bizcocho de chocolate, a poder ser rectangular, crearemos un escenario terrorífico. Para ello, trituraremos cereales por encima que simulen la tierra ficticia de nuestro cementerio. Utilizaremos unas galletas rectangulares lisas para escribir sobre ellas, con una manga pastelera, la palabra “RIP” con chocolate. Después, las colocaremos encima del pastel o la tarta para que parezcan tumbas. De una forma muy sencilla podemos, así, darle un aire diferente al clásico pastel de chocolate. 


Este, por cierto, también nos puede servir para tener otras ideas. Sobre el mismo bizcocho de chocolate podemos jugar con referencias cinematográficas de miedo. Por ejemplo, con una base de crema de queso podemos jugar a pintar la cara de Jack Skellington, el mítico personaje de Pesadilla antes de Navidad, y colocarla después encima de nuestro bizcocho de chocolate. 


Incorporar fantasmas hechos de merengue a la superficie de un pastel también puede ser una opción muy divertida y entretenida. Para ello, primero tendremos que precalentar el horno a 80 grados sin aire. Después, batiremos en un bol unas claras de huevo con una pizca de sal y, cuando estén a punto de nieve, añadiremos azúcar glas ya tamizado e iremos batiendo. Luego colocaremos el merengue en una manga pastelera, y lo pondremos en una bandeja de horno formando montoncitos. A continuación, los dejaremos unos 90 minutos dentro del horno, ya apagado, hasta que se enfríen por completo. Después, solo hará falta colocarlos en la parte superior de nuestra tarta e incorporar, si queremos, ojitos de azúcar o cualquier otro elemento que dé miedo a nuestros deliciosos fantasmas. 


La clásica tarta de Halloween de calabaza

La calabaza también es uno de los elementos que más se asocian con Halloween. Quizá por eso también tiene mucho sentido preparar una tarta de Halloween de calabaza en esta fecha. Para ello, necesitaremos los siguientes ingredientes:

  • 300 g de calabaza (rallada)
  • 120 ml de leche entera
  • 2 huevos grandes
  • 120 ml de aceite de oliva
  • 200 g de azúcar
  • 100 g de nueces pacanas
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • 120 g de harina de repostería
  • 120 g de harina integral
  • ½ cucharada de levadura química (tipo Royal)
  • ½ cucharada de canela molida
  • 1 cucharadita de sal
  • ½ cucharadita de bicarbonato
  • ½ cucharadita de clavo molido
  • ½ cucharadita de pimienta negra molida
  • ½ cucharadita de nuez moscada rallada
  • ½ cucharadita de extracto de vainilla

Por otro lado, para la cobertura de nuestro pastel de calabaza necesitaremos:

  • 300 g de queso crema
  • 50 g de azúcar
  • la ralladura de ½ limón y un chorrito del zumo

En cuanto a la preparación, veamos qué tenemos que hacer:

1. Mezclaremos la leche con la cucharada de zumo de limón, gracias a lo cual obtendremos un buttermilk casero. Dejaremos reposar durante unos 15 minutos hasta que la leche se corte.

2. Calentaremos el horno a 180 grados y pondremos calor arriba y abajo. Después, prepararemos dos moldes circulares (lo ideal es que tengan entre 18 y 20 centímetros) con un papel de horno en la base y engrasaremos dichos bordes con aceite. Lo haremos así porque pondremos parte de la cobertura por el medio, así que resultará mejor que hacerlo en un único molde.

3. En un bol, mezclaremos la calabaza con el buttermilk, y en otro, tamizaremos las harinas (la blanca y la integral) y las mezclaremos con el bicarbonato, la levadura, la sal y las especias. En un tercer bol, batiremos los huevos con el azúcar con una batidora de varillas y también añadiremos la esencia de vainilla. 

4. Cuando esta última mezcla esté esponjosa y se haya blanqueado, añadiremos el aceite poco a poco y sin dejar de batir. Añadiremos en ese momento una tercera parte de la harina con especias y mezclaremos con una espátula con movimientos suaves y envolventes. 

5. Cuando la harina esté bien incorporada, añadiremos la mitad de la calabaza con buttermilk y las nueces pecanas. Después, iremos añadiendo poco a poco el resto de la harina y la calabaza hasta obtener una masa homogénea sin remover demasiado. 

6. Repartiremos la masa en dos moldes y hornearemos durante 30-40 minutos hasta que esté hecho. Para ello, una buena forma de comprobarlo es clavar un palillo y que este salga limpio. Mientras tanto, será el momento perfecto para hacer la cobertura. Para ello, habrá que batir queso crema, azúcar y zumo de limón. Después, lo mantendremos en la nevera.



7. Ya está casi nuestro pastel de calabaza. Sacaremos los moldes del horno y los dejaremos enfriar. Cuando los bizcochos estén a temperatura ambiente, cubriremos el que esté más plano con la mitad de cobertura, montaremos el otro, que colocaremos encima, y lo cubriremos con el resto de la cobertura. Por último, podremos añadir elementos dulces (que evoquen a Halloween) para darle un toque todavía más interesante (más nueces pacanas, arañitas o un esqueleto, por ejemplo).