Recetas de San Valentín: un menú romántico
Te traemos recetas de San Valentín para sorprender a tu pareja en este día. Prepara platos deliciosos con una presentación que enamorará. ¿Empezamos?
Hoy comemos
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El amor se celebra durante todo el año, es cierto. Pero si hay una fecha que está reconocida mundialmente para hacerlo es la del 14 de febrero, el día de San Valentín. Se pueden hacer muchos planes para tener un detalle ese día, y uno de ellos, como no podía ser de otra forma, es preparar algo bien rico de comer con lo que enamorar (todavía más) a nuestra pareja. En muchas ocasiones, dedicar tiempo, esfuerzo y dedicación a preparar un menú especial para San Valentín se valora incluso más que comprar directamente algo material, por lo que conviene tenerlo muy en cuenta.
Aunque este año el 14 de febrero cae entre semana (es martes), hay muchas recetas de cena de San Valentín rápidas y fáciles que podemos poner en práctica. Las ideas de comida para San Valentín no se quedan atrás, por lo que tenemos la opción de decantarnos por un plan de mediodía, si nos viene mejor que uno nocturno.
Hoy te traemos algunas recetas de San Valentín que demuestran que hay posibilidades para todos los paladares y platos tan sencillos como sofisticados, dependiendo de nuestro tiempo, bolsillo y mano en la cocina. ¡Vamos allá!
Recetas para tu cena de San Valentín
Empecemos por el principio, es decir, los entrantes para San Valentín. ¿Cuándo son especialmente idóneos? Pues en caso de que queramos apostar por una cena ligera y con mucha variedad.
Podemos apostar por canapés como tartaletas con queso, nueces y miel, o salmón con Philadelphia; empanadillas o pizza con forma de corazón, o provolone con tomatitos cherry cortados. Las brochetas y las tostas también son alternativas deliciosas; por ejemplo, bruschetta con camembert y uvas al horno, tostas de pan de centeno con pesto y lascas de jamón… Otros entrantes resultones, también clásicos, son los makis de melón con jamón, los dátiles con beicon o los saquitos de queso de cabra.
Entre las recetas fáciles para San Valentín que podemos encontrar también hay ensaladas, carnes o pescados. Una ensalada, pese a que es un plato que puede parecer más anodino, tiene muchas posibilidades, porque se le puede dar una vuelta añadiendo ingredientes más especiales. La ensalada de espinacas con fresas y queso de cabra, la ensalada con peras caramelizadas y queso azul, la ensalada de naranja y fresones, o la ensalada de mango, aguacate y feta con zumo de lima lo demuestran. Lo bueno que tienen este tipo de preparaciones, además de que se pueden dejar hechas a falta del aliño, es que nos dejarán más sitio para el postre, y ya se sabe que en celebraciones como San Valentín este es directamente imprescindible para los amantes del dulce.
En cuanto a la carne, al marisco o al pescado, también hay recetas tradicionales que no pasan de moda: el solomillo de cerdo al whisky, con salsa de foie o a la mostaza; el montadito de solomillo con queso brie; el pollo a la miel con almendras y canela; el asado de cerdo con frutas secas y jengibre, el carré de cerdo con peras y miel… En este punto, lo relevante son los ingredientes más atípicos, que dan lugar a interesantes contrastes y también aportan un punto sugerente muy apropiado para San Valentín.
Dicen que el marisco y el pescado, por otro lado, son afrodisíacos, por lo que también es habitual encontrarlos en un menú especial para San Valentín. Algunas ideas son la dorada a la plancha con verduras salteadas, la langosta en salsa, las gambas al ajillo, el ceviche de dorada y langostinos con mango, la merluza en salsa naranja, los lomitos de merluza con vinagreta de frutos secos o el lenguado a la florentina.
En cuanto a los postres para San Valentín, hay clásicos indiscutibles, como las fresas bañadas en chocolate. Otras opciones, como las cupcakes de chocolate, el chocolate con fresas y nata, los bombones caseros, la corona de frutos rojos, la tarta de chocolate negro con arándanos o el esponjoso de chocolate, también pueden encontrar su espacio en esta velada tan especial.
Y, por supuesto, es obligatorio acompañar la comida con una decoración bonita que esté a la altura. Unas buenas velas, un hilo musical de fondo, flores o alguna sorpresa serán una apuesta segura, aunque es importante señalar que es mejor ir a lo sencillo en vez de recargar el ambiente.
Dicho todo esto, solo nos queda desearte un feliz San Valentín. ¡Que lo disfrutes!